¿Qué ha pasado este sábado, 6 de diciembre, en Extremadura?
Calle Sisones, donde estaba uno de los tres puntos de venta de droga del 'clan de los Rocho'. Hoy

Piden 419 años de cárcel y 15 millones en multas para 30 miembros del clan de la droga del Cerro de Reyes, en Badajoz

La organización tenía armas, coches de lujo y casas a nombres de testaferros, cocinaba su propia droga y tenía puntos de venta con puertas acorazadas

Martes, 4 de abril 2023, 21:27

La Fiscalía de Badajoz ha remitido a la Audiencia Provincial el escrito de acusación en el que solicita la apertura de juicio contra 30 miembros ... del llamado 'Clan de los Rocho', al que acusa de controlar el mercado de la droga en el barrio de Cerro de Reyes, en Badajoz. El Ministerio solicita que diez de los acusados sean condenados a 15 años de prisión y 700.000 euros de multa cada uno, y otros 15 imputados a 11 años y 500.000 euros cada uno. Para otros cinco solicita distintas penas. Sumando los de todos los integrantes de la trama, hay acusaciones de delitos contra la salud pública, organización criminal, blanqueo, tenencia de arma corta prohibida, tenencia de armas reglamentarias sin las licencias o permisos requeridos, atentado, lesiones y lesiones leves. Entre todos suman 418 años de cárcel y multas por más de 14,5 millones de euros.

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En su calificación de los hechos, el Ministerio realiza una detalla descripción del presunto 'modus operandi' de este grupo, y ese relato incluye al menos un secuestro, agresiones, testaferros, coches de lujo, sustancias para 'cocinar' papelinas, casas blindadas, apodos y otros códigos secretos de seguridad entre los miembros de la organización, además de armas de distintos tipos, desde pistolas con varias cargadores y el número de serie borrado listas para ser disparadas hasta una katana, un rifle simulado o una réplica de una escopeta de combate.

El patrimonio inmobiliario de la organización supera los 2,5 millones de euros, según el Fiscal

El escrito define a este grupo como «una estructura criminal que desde el año 2010 acapara y controla la distribución de sustancias estupefacientes» en el citado barrio, uno de los más populares de la mayor ciudad extremeña. Se valía para ello de «un complejo entramado de personas y lugares de venta, haciéndose con el control total del mercado ilícito de esa zona, y no dudando en cometer otras infracciones criminales para mantener su dominio, ocultar sus ganancias y eludir todo tipo de control«.

'Ganso' y 'Chiquito', los cabecillas

Sus cabecillas, siempre según la Fiscalía, son Jesús R.S., alias 'Ganso', y su pareja, apodada 'Chiquito'. Él lleva oficialmente sin trabajar desde el año 1990, pero tiene a su nombre una vivienda valorada pericialmente en más de 250.000 euros. De hecho, el recuento de propiedades del clan supera los 2,5 millones de euros, e incluye una vivienda tasada en 770.400 euros y otra en más de 400.000. También se les incautaron tres motos marca Kawasaki y doce coches, entre ellos un Hummer, un Audi A5, un Audi A7, un BMW 530 o un Range Rover Evoque.

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El día que la Policía registró el domicilio de la pareja que según la Fiscalía llevaba las riendas del negocio ilegal, encontró 9.750 euros en efectivo entre el salón y el dormitorio, y cinco gramos de cocaína envueltos en una bolsa y guardados en el bolsillo de una chaqueta colgada del armario del dormitorio principal.

El líder lleva sin trabajo del que haya constancia legal desde 1990, y la mayoría de los acusados apenas tiene vida laboral

La organización estaba jerarquizada, según describe el Ministerio Fiscal. En la cúspide aparecen 'Ganso' y 'Chiquito', y en un segundo escalón 'Jesuli hijo' y 'Santo', que entre otras funciones tenían la de «controlar el funcionamiento de los puntos de venta, que permanecían abiertos las 24 horas». También, describe el escrito de acusación, supervisaban la seguridad del transporte de sustancia estupefacientes desde los almacenes hasta los puntos de venta, y el aprovisionamiento de estos.

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Estos dos acusados eran también los encargados de 'cocinar' la droga, utilizando paracetamol, fenacetina (analgésicos y antipiréticos los dos), cafeína, metamizol (analgésico, antipirético y antiinflamatorio), heroína, aceticoldeína (se forma en la acetilación del crudo de opio) y también papaverina y noscapina (alcaloides presentes en el opio). A la organización le fueron aprehendidas sustancias estupefacientes valoradas en 191.000 euros. Además, 'Jesuli hijo', también apodado 'Chupi', era «la persona encargada de infundir temor hacia el clan, y a la que acudían los distribuidores de los puntos de venta cuando había discusiones con algún comprador». Se le señala como responsable de una agresión con katana. A la organización también se le imputa un secuestro.

Cámaras de videovigilancia en las casas

Tanto 'Jesuli hijo' como 'Santo' tenían sistemas de videovigilancia instalados en sus casas. En el mismo escalón que ellos sitúa el Fiscal a otros dos integrantes del 'clan de los Rocho', dos hombres cuyas funciones, describe la Fiscalía pasaban por «el abastecimiento de otro de los puntos de venta». La trama incluía 'aguadores', 'machacas' y 'recaderos', que vigilaban presencias sospechosas, avisaban si veían a la Policía o iban a por comida para los vendedores cuando la jornada laboral ilícita se alargaba más de la cuenta. También empleaba el grupo su propia jerga para comunicarse, con frases como «mucho trabajo esta noche, no he parado de fregar platos», para referirse a que se había vendido mucha droga.

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Disponían de 12 coches, entre ellos un Hummer, un Audi A5, un Audi A7 o un BMW 530

La organización tenía tres puntos de venta principales. Dos de ellos estaban en las calles Sisones y Pablo Neruda, respectivamente, y un tercero en una ubicación que no se desvela. «Los tres estaban especialmente acondicionados con varias puertas de seguridad, rejas en las ventanas y verjas para evitar sustracciones y un eventual registro policial». Y uno de ellos, conocido como 'el gallinero' o 'las cuadras' o también 'la pava', tenía cuatro puertas acorazadas, «con grandes cerrojos y un enrejado en la habitación central, para separar al vendedor de los adquirientes». Cada noche, los jefes del clan pasaban por los tres puntos de venta para recoger las ganancias.

En diciembre del año 2018 se realizaron 15 registros domiciliarios, la mayoría de ellos a miembros de esta trama a la que en esas actuaciones policiales se le requisó también 18.685 euros en efectivo. En los últimos años, entre los dos cabecillas y sus hijos y sus parejas gastaron más de 330.000 euros, según recoge el Fiscal en sus calificaciones. En ellas refiere la presencia de testaferros, o sea, personas interpuestas que figuran como dueñas de bienes que en realidad disfrutan otros. También cita la venta de una vivienda por 28.848 euros cuando su valor pericial supera los 400.000, y la de otra por 18.000 euros cuando su precio de tasación supera los 187.000. Más diferencia aún se dio con una finca vendida por 15.5000 euros y valorada en 770.400 euros.

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