La peste porcina cierra la frontera
El riesgo de enfermedad causado por los derivados del cerdo puso en aprietos al sector
Javier Mendoza
Jueves, 17 de agosto 2023, 07:26
El cerdo es uno de los animales que más vida da a muchas familias que viven de la ganadería en Extremadura por su condición de ... tierra natural. Detrás del cuidado de los cerdos, hay familias que llevan este oficio en la sangre y lo transmiten de generación en generación.
Sin embargo, también es conocido que el cuidado, custodia y exportación de los cerdos puede ser dañino para la salud, teniendo en cuenta que para las industrias y las familias puede suponer una pérdida importante de ingresos. Esto ya lo sufrieron muchos ganaderos extremeños en 1988.
Habían pasado seis años de la llegada de Felipe González a la Moncloa y ya hubo tensiones en la sociedad española que alcanza su culmen con la famosa huelga general del 14 de diciembre en la que toda España, incluida TVE, se paralizó durante veinticuatro horas para protestar contra una reforma laboral que pretendía introducir algo muy habitual en la actualidad como son los contratos temporales para jóvenes que se sitúen entre los 16 y los 25 años.
Esa huelga provocó un gran descontento de la sociedad española con el gobierno felipista que, en 1989, ganó las elecciones generales pero perdió la histórica mayoría absoluta que ostentaba desde 1982. Pasó de 202 diputados a 175 en seis años, pero logró gobernar porque abarcaba un número suficiente de diputados que le permitía gobernar por mayoría simple.
Dentro de este contexto social de enfrentamientos, los ganaderos de los porcinos no se quedaron atrás. En 1988, 11 provincias con nivel intensivo en la cría de cerdo tuvieron vetada su exportación por un posible riesgo para la salud. En esas provincias, son sacrificados unos 400.000 porcinos al año, algo que da trabajo a mucha gente.
Industria contra instituciones
En los años ochenta, la peste porcina era una de las enfermedades más expandidas. Procedente de África, llegó a España a mediados de los 60 matando más de tres millones y medio de cerdos. La expansión de esta enfermedad ha provocado el cierre de las fronteras españolas durante más de 30 años para la exportación del animal por su elevado peligro para la salud.
Este bloqueo de fronteras afectó gravemente a la industria porcina española. Según informó el diario HOY en su edición del 17 de agosto de 1988, de las 40 provincias españolas en las que hay un nivel importante de la cría de cerdo, ocho estaban en situación de riesgo por los problemas relacionados con la peste porcina y, entre ellas, las dos provincias extremeñas: Cáceres y Badajoz.
Dentro de Badajoz, estaban dos comarcas que han sido gravemente afectadas por la peste: Alburquerque y San Vicente de Alcántara. Esta situación ha generado un clima preocupante de tensión entre ganaderos e industria que les han llevado a reunirse con las instituciones para alcanzar alguna solución. De hecho, el consejero de Agricultura extremeño de entonces, Francisco Amarillo, manifestó que era una de «sus auténticas preocupaciones».
Se llegó incluso a barajar una reunión con el ministro de agricultura de entonces, el socialista Carlos Romero, para saber cuál sería la respuesta o la actitud del gobierno de González con el objetivo de evitar el hundimiento de la industria, según el sector.
Un hundimiento provocado por el cordón sanitario impuesto por la peste y que provocó la imposibilidad de hacer llegar los productos a los principales centros de consumo, es decir, a los consumidores. Una situación que hizo poner en pie de guerra a la industria y criadores contra las instituciones.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión