La nuclear de Almaraz lleva 58 recargas y le restan tres si cierra en la fecha fijada

Si esto ocurre, cada reactor de la instalación habrá realizado a lo largo de su vida útil treinta recargas, operaciones que suponen una inyección laboral, ya que cada una de ellas requiere la contratación de unas 1.200 personas, el 60% de ellas residentes en municipios extremeños, según la información proporcionada por la propia central.

En ella fichan a diario 721 personas, de las que 400 son trabajadores de empresas externas de servicios especializados y 321 de la plantilla de la planta. De estas últimas, 172 son titulados universitarios (102 medios y 70 superiores), según figura en el último informe semestral de actividad, el correspondiente a la primera mitad del presente ejercicio.

En él se detalla también que hay 145 personas entre el personal técnico y de oficio, y cuatro empleados en tareas administrativas. La edad media de quienes están en nómina de la central es de 44,5 años. De las más de trescientos personas en plantilla, viven en alguno de los doce pueblos más próximos a la central (la denominada zona 1, que abarca un radio de diez kilómetros de la planta) 37, según un estudio que la consultora Payperthink realizó hace tres años por encargo de la Asociación Española de Municipios en Áreas de Centrales Nucleares).

«Entre empleos directos, indirectos e inducidos, la planta da trabajo a tres mil personas», aseguran desde la propia instalación, que como es sabido, vive estos días en la incertidumbre de su continuidad o no, ya que tiene desde hace cinco años una fecha de cierre pero no existe la certeza de que se vaya a cumplir.

Sus dueños (Iberdrola tiene un 52,7%, Endesa un 36% y Naturgy un 11,3%) firmaron en el año 2019 con Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos S.A., la encargada de desmantelar estas plantas) un acuerdo que establece que el reactor uno se apagará el uno de noviembre del año 2027 y el dos lo hará un año menos un día después. Sin embargo, las administraciones (los ayuntamientos de la zona, la Diputación de Cáceres y la Junta), una mayoría social de la comarca cacereña en la que se asienta (la del Campo Arañuelo) y Foro Nuclear, la asociación que representa los intereses de la patronal del sector, defienden la continuidad de la central. El Estado, sin embargo, se ha mantenido firme, al menos en público, en su intención de hacer cumplir el pacto rubricado hace un lustro.

El panorama actual sobre el presente y futuro de la nuclear extremeña se completa con el mensaje que han trasladado las propietarias de la planta, que afirman que una hipotética prórroga del permiso de explotación no depende solo de que el Gobierno central recule en sus planes, sino también de que bajen los impuestos que ellas pagan.

En este contexto se completó el pasado noviembre la última recarga, la trigésima de la unidad uno, que terminó un día antes de lo previsto. En cada una de estas operaciones, la planta de desengancha de la red y vive unos días con más trasiego en los pasillos de los edificios y el entramado de carreteras que surgen tras cruzar la verja que aísla el recinto del exterior.

Ilustran la dimensión de cada recarga algunos datos de la última, la desarrollada el pasado octubre y que concluyó el 8 de noviembre. En esos días hubo en la planta 1.350 vehículos dados de alta, y cada día se lavaron 3.000 kilos de ropa. Se instalaron dos mil andamios y se registraron 1.600 accesos diarios a la zona controlada. Almaraz suma siete recargas consecutivas sin accidentes.