La miajadeña que da voz a los jóvenes
Olga Tostado | Presidenta del Consejo Extremeño de la Juventud ·
En marzo cumple dos años al frente del Consejo Extremeño de la Juventud y termina su mandato. Olga Tostado es la presidenta del órgano, que está integrado por más de 60 asociaciones juveniles y donde ahora integran a otros participantes que buscan una «organización más horizontal».
Aún es pronto para hacer balance de su gestión, pero en este tiempo ha puesto voz a las reivindicaciones de los jóvenes ante la Junta de Extremadura. La precariedad generalizada, las escasas posibilidades de emancipación, el aumento de los problemas de salud mental, las realidades de los discapacitados, la lucha contra el cambio climático y la participación de las mujeres en el debate público están en su agenda.
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Formación Educadora social y trabajadora social de 29 años. Se graduó en la Universidad Pablo de la Olavide en Sevilla y estudió en el instituto Gonzalo Torrente Ballester y el colegio Nuestra Señora de Guadalupe de Miajadas, su pueblo. Cursó un máster Interdisciplinar de Género en la Universidad Autónoma de Madrid y está haciendo el doctorado sobre las actitudes de los estudiantes de la UEx hacia las realidades LGBTI.
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Activista feminista Llegó a la presidencia del consejo a través de su voluntariado en Achikitú, asociación de su pueblo, donde enfocan parte de su trabajo en defender la igualdad de género y la diversidad sexual.
Su objetivo es canalizar los problemas de los jóvenes. Y lo hacen ante los políticos o buscando nuevas formas de comunicación, como el 'Feministuber', un canal de la plataforma Youtube donde hombres y mujeres aprenden a identificar los «tips para no ser machista en Nochevieja» o consultar la Escalera de la Violencia de Género.
Dice Olga Tostado que ella se consideraba feminista activista desde muy joven, pero que fue en la Universidad donde aprendió a ponerle nombre a las actitudes que siempre le habían incomodado. 'Educación para la Igualdad', que es como se llama la materia, le abrió una puerta a reivindicar la igualdad de género en la región y la participación juvenil.
Cuando acabó los estudios universitarios, entró en contacto con la Asociación Achikitú, de Don Benito. Corría el año 2015. Aunque dedicada al ocio y el tiempo libre, en esta asociación aprendió de actividades para defender la igualdad de género y la diversidad sexual.
En estos años ha continuado su formación. Cursó el máster Interdisciplinar de Género en la Universidad Autónoma de Madrid y está haciendo el doctorado sobre las actitudes de los estudiantes de la UEx hacia las realidades LGBTI. «Decidí hacer la tesis en este tema porque mi inicio laboral fue en la Fundación Triángulo Extremadura, impartiendo talleres sobre diversidad sexual en institutos, y fui testigo de que sigue habiendo LGBTIfobia. Centrar el doctorado en este tema me permite plasmar los datos que evidencian que es necesario atender este problema social».
«Lo que tenemos ahora es gracias a la generación de nuestras abuelas, que luchó para que vivamos así»
«Me siento orgullosa de ser de pueblo. Me considero una mujer rural»
En los centros extremeños oyó testimonios de personas que sufren incomprensión social y acoso. «Soy testigo de eso y creí que en este tema podía hacerlo mejor. Ahora está muy candente, pero las agresiones siempre han estado ahí. Que estén en la escuela es un reflejo de la sociedad, igual que se mantengan en la calle y en muchas familias». Advierte que hay muchas familias en la región que siguen sin aceptar orientaciones sexuales diferentes a la tradicional en sus hijos.
Le gusta decir que pertenece a una familia con sensibilidad social porque sus padres llevan años implicados en movimientos rurales cristianos y su hermana Silvia es la presidenta de la Fundación Triángulo en la región. Su otra hermana, Esther, es maestra e intérprete de la lengua de signos. «Mi referente son mis hermanas», dice. Pero si de algo se siente orgullosa es de «ser de pueblo». «Me considero una mujer rural y tengo presente que debemos mantener el legado de nuestras abuelas para conservar costumbres y tradiciones. Es el valor de la sencillez que caracteriza a Extremadura».
Abuelas
Por eso, aunque ahora vive en Mérida, cada vez que puede se desplaza a Miajadas y Don Benito, donde están sus abuelas, Cata Suero y Juana Bote. «Tengo suerte de tenerlas a las dos, hablo mucho con ellas de su juventud, de sus relaciones de pareja, les hablo de mis puntos de vista y me dicen que ojalá hubieran podido disfrutar de las libertades que tenemos ahora».
Olga Tostado valora la labor de la generación que hoy está en la tercera edad. «Hay que ser conscientes de que lo que tenemos ahora es por la generación de las abuelas, que luchó para que ahora vivamos así».
Olga Tostado no es la primera mujer que preside el consejo creado en 1985, pero sí la primera en llegar con una candidatura de una asociación juvenil de ámbito rural, la de Achikitú de Don Benito, y caracterizada por rodearse de otros extremeños de localidades muy dispersas: desde Zarza la Mayor o Maguilla hasta Coria, Plasencia o La Nava de Santiago, pasando por Esparragalejo, Mérida, Montijo, Badajoz...
«En la comisión ejecutiva hay muchas personas de asociaciones juveniles de pueblo, que tienen un enfoque diferente y necesario porque Extremadura es eminentemente rural».
Olga Tostado dice que «se nos ha repetido tanto que ser de pueblo es sinónimo de ser 'cateto' que algunos lo creyeron. Pero ahora hay un movimiento en los pueblos, de auge, en el que se demuestra que la vida en los pueblos es posible y además con calidad de vida. Disfrutando de ella».
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