El líder que vendía flores

Sus hermanos se buscaron la vida en la emigración o en Valdelacalzada, pero acabaron volviendo todos al pueblo para dedicarse a la carpintería, la construcción, la peluquería, el comercio, la hostelería… Lorenzo compró a sus hermanos las seis hectáreas familiares, las dedicó a frutales y flores y montó una empresa familiar de invernaderos de flores en la que trabajaban su mujer, su hermano, su cuñada… Quienes le vendieron los invernaderos le aseguraron que le comprarían todas las flores para la exportación, pero desaparecieron y Lorenzo tuvo que coger la furgoneta para irse a vender por los mercadillos la producción de sus 7.000 metros cuadrados de crisantemos, claveles, clavellinas, gladiolos y alhelíes.

En 1978, se afilió al PSOE «Mi padre era un hombre de izquierdas de toda la vida. Él y mi abuelo estuvieron a punto de ser fusilados. Se salvaron de milagro porque quien tenía que fusilarlos se había puesto morado y luego dieron una amnistía», me contaba hace años. En 1983, Lorenzo entró en el Ayuntamiento de Valdelacalzada como concejal y al año siguiente, se empezó a formar la organización agraria UPA en Extremadura, liderada entonces por Juan García Gordillo, de Villafranca de los Barros, un hombre ya mayor que en 1987 decidió retirarse y le planteó a Lorenzo que asumiera el cargo. Ahí empezó una carrera como líder agrario que lo ha llevado a lo más alto: secretario provincial de UPA Badajoz desde 1989 y secretario federal de UPA España desde 2004.

A Lorenzo Ramos le ha llegado el momento de la jubilación. Entró en UPA con 25 años y se retira con 67. Toda una vida cultivando y vendiendo flores y liderando la Unión de Pequeños Agricultores desde que eran 15 afiliados en la reunión que se celebró en Villafranca en 1987 para decidir que él presidiera la gestora de la organización. Al asumir el cargo, se encontró con que en UPA no había quien escribiera una carta ni quien cogiera un teléfono. Pero a partir de 1989, empezaron a abrir oficinas en los pueblos, a montar oficinas ambulantes, a acercarse a prestar servicios a los agricultores. Así hasta convertirse en la organización agraria más fuerte de la provincia de Badajoz y ganar las elecciones de 1998, que llevaron a UPA a la presidencia de la cámara agraria provincial.

Ya en Madrid, ha seguido trabajando de manera incansable a pesar de que el estrés le provocaba alergias y ansiedad desde el congreso en que lo nombraron vicesecretario nacional de UPA. Cada vez que había comicios agrarios, recorría en su coche y en soledad las regiones donde se celebraban procesos electorales. Y, desde luego, procuraba pasar todo el tiempo posible en Valdelacalzada, en sus invernaderos, y en los mercadillos. Se jubila, pues, un trabajador del campo y un líder agrario ejemplar, que hoy vendía flores en Badajoz y mañana negociaba la PAC en Bruselas.