La Junta estudia el impacto del cierre de Almaraz en la ZEPA de Arrocampo
El espacio protegido debe su existencia al embalse que refrigera la central nuclear, lo que le confiere ciertas particularidades
La Junta de Extremadura lleva «varios meses trabajando en analizar qué impacto tendría el cierre de la central nuclear de Almaraz sobre la ZEPA (Zona ... de Especial Protección de Aves) del embalse de Arrocampo», según aseguró la consejera de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible el pasado día 23 en Navalmoral de la Mata.
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Ese espacio protegido «no es un humedal como los demás», situó Mercedes Morán durante su intervención en las I Jornadas de la sociedad civil contra el cierre de la central nuclear, organizadas por la asociación Pensando Extremadura. «El embalse está a una temperatura determinada, y eso ha generado una biodiversidad determinada», explicó la consejera, que añadió este argumento medioambiental a los económicos y sociales que entiende deberían considerarse para que el Gobierno central cambie sus planes y permita a la nuclear seguir operando. Hay que recordar que un acuerdo entre el Estado y las empresas propietarias de la instalación (Iberdrola, Endesa y Naturgy) establece que el reactor uno se apagará en noviembre del año 2027 y el dos lo hará once meses después.
La ZEPA de Arrocampo fue declarada en el año 2003 y abarca 830 hectáreas en el entorno de la central nuclear, en concreto en los términos municipales de Almaraz, Serrejón, Saucedilla y Romangordo. El espacio protegido debe su existencia al embalse construido 'ex profeso' para enfriar la instalación, y este uso principal le confiere algunas particularidades que le hacen «de gran interés para la avifauna acuática», según recoge el Plan de gestión de la ZEPA.
«Sin la central, el embalse no mantendría su temperatura y volumen constantes distintivos»
Ana Botello
Doctora en Biología
«El uso del embalse, como refrigerante de la central nuclear de Almaraz –se explica en ese mismo documento–, y la presencia de amplias zonas poco profundas genera un ecosistema singular, con aguas relativamente estables, de temperatura elevada (entre dos y cinco grados por encima de lo normal), con zonas de aguas a distintas temperaturas y con altos niveles de eutrofización, compensada por una oxigenación constante causada por la actividad de las bombas».
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«Lugar de tranquilidad»
«Esta gestión –sigue– condiciona enormemente la distribución florística y faunística en el mismo, con importantes zonas de aguas someras de interés para la alimentación y concentración de aves acuáticas y amplias zonas de carrizal donde se localiza la principal comunidad de aves palustres de Extremadura. Además, la existencia de dicha central y los condicionantes de seguridad, convierten a estas zonas en tranquilas para las aves acuáticas». «Destaca también –continúa– la existencia de un muro de separación de aguas dentro del embalse, que es utilizado por distintas especies de aves como lugar de reposo y descanso o como sustrato para su nidificación».
«El cierre de la central nuclear podría convertirse en un grave problema para esta ZEPA», aseguró en las jornadas celebradas en Navalmoral Ana Botello, doctora en Biología y que dedicó su tesis doctoral a las aves acuáticas de Arrocampo.
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«El embalse –explicó durante su charla del pasado día 23 en Navalmoral de la Mata– fue construido en una dehesa tradicionalmente muy aclarada y con suelos arenosos, en una zona con escasez de arroyos y riachuelos». Es un pantano, continuó, «con unas características especiales, que son su temperatura y volumen constantes durante todo el año, y una circulación del agua particular. Está durante todo el año a una media de 28 grados. El agua sale de la central a unos 45 grados, y se enfría al salir y circular por el pantano. Y el volumen se controla mediante un trasvase desde el embalse de Valdecañas, o lo hace la propia central al 'turbinar' agua, subiéndola desde el río Tajo cuando hace falta aliviar porque hay exceso».
«Todo este sistema específico de Arrocampo da lugar a una amplísima biodiversidad general, especialmente de aves, que facilitó la protección del espacio declarándolo ZEPA».
Más posibles efectos
«La temperatura cálida –explicó la bióloga– favorece el crecimiento y la manutención de la base trófica de la que se acaban alimentando las aves de la zona, y el volumen constante permite el crecimiento de una vegetación de ribera que sirve de abrigo a muchos animales». «Arrocampo –amplió la doctora, miembro de 'Pensando Extremadura'– es especialmente interesante para las aves también por sus charcas tributarias y por el embalse de la anguila, por donde se distribuyen otras aves cuando hay demasiadas en torno a Arrocampo».
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«Hay en la zona especies que eran migrantes y se han convertido en residentes porque encuentran en ella todo lo que necesitan», concluyó Botello, que considera que «si se desmantela la central, la temperatura y el volumen constantes no se mantendrán y no se podrán sostener las condiciones ecológicas específicas que hacen de este embalse una zona privilegiada para los animales y el ser humano».
HOY pidió a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible el pasado martes día 24 mediante correo electrónico que ampliara la información anunciada el día antes por la consejera Mercedes Morán en Navalmoral de la Mata, pero la solicitud no ha sido atendida.
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