Gallardo y Garlito llenan de reproches el debate de primarias para liderar el PSOE

Los dos candidatos a liderar la federación extremeña se lanzaron anoche numerosos reproches para poner de manifiesto no solo que defienden modelos de partido distintos, sino para evidenciar las carencias e incongruencias mutuas a lo largo de los cuatro bloques en los que se dividió el debate, en el que solo coincidieron en su deseo de recuperar el gobierno de la Junta.

La vicesecretaria general del PSOE y vicepresidenta primera de la Asamblea defendió la necesidad de construir un partido integrador, feminista y municipalista. «Un PSOE moderno que sea reflejo de la sociedad extremeña, que se base en liderazgos compartidos y en el que quepan todos», declaró Lara Garlito. Un partido «no personalista» que apueste por la comarcalización para que todos los territorios de la región estén presentes en los órganos de dirección.

Un modelo que no comparte el alcalde de Villanueva de la Serena y presidente de la Diputación de Badajoz. «Yo quiero un partido con liderazgo, porque la comarcalización es más burocracia y la coralidad solo sirve para diluir responsabilidades». Prometió que ninguna persona tendrá más de un cargo público, «si se es senador, no se es diputado en la Asamblea», y que las estructuras provinciales «dejarán de ser reinos de taifas».

Gallardo cencuró a Garlito que proponga hablar con las comarcas «cuando no lo ha hecho en ocho años como vicesecretaria general» y Garlito criticó a Gallardo que prometa ahora un cargo público por persona quien lleva años compaginando la alcaldía de Villanueva de la Serena con la presidencia de la Diputación de Badajoz.

El regidor abogó por cambios en el partido, «no solo de caras para que nada cambie», con el fin de recuperar la credibilidad ante la sociedad extremeña y atraer a los jóvenes. «Tenemos que recuperar el pulso de la calle», reclamó. Recordó que «ya le dije a Vara, por lealtad, que no merecía perder dos veces», para subrayar su compromiso con el partido. Insistió en que sale de su «comodidad» como alcalde.

Garlito, que se definió como una «una mujer joven de pueblo», se comprometió también a que «si se va en la lista municipal, no se va en la autonómica»; reprochó a Gallardo su escasa defensa de la gestión realizada por Vara, y le preguntó en varias ocasiones cómo piensa liderar una oposición sin estar en la Asamblea. Fue, además, la que más citó a María Guardiola, en un intento de centrar el debate en las diferencias ideológicas con la derecha, «el verdadero adversario», y menos en las carencias del PSOE, terreno en el que sí se explayó más Gallardo.

A la vista del debate de ayer, los más de 9.600 militantes socialistas deberán elegir el próximo sábado entre el «cambio» que propone Gallardo y la «modernidad» que quiere Garlito.