¿Qué ha pasado este viernes, 5 de diciembre, en Extremadura?
Estado actual de la piscina de Alburquerque, cerrada desde 2012. Pablo Cordobilla

El fiasco de las piscinas climatizadas en Extremadura

Montijo, Trujillo, Olivenza, Campanario, Alburquerque o Plasencia tienen piscinas cubiertas cerradas por motivos diferentes y Badajoz es incapaz de terminar la que tiene pendiente

Lunes, 22 de enero 2024, 07:10

Por lo general, en los municipios de Extremadura que tienen piscina climatizada esta sirve para mejorar la salud de sus vecinos. Pero hay muchos en ... los que solo dan dolor de cabeza al alcalde. En la región son varios los municipios en los que la gestión de su piscina cubierta los ha sobrepasado. O bien la obra está a medio hacer, como en Badajoz, o se usó por un periodo de tiempo y al primer contratiempo ha habido que cerrar la piscina y su futuro es incierto.

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En unos casos, como el de Montijo, que tiene piscina cubierta desde la década de los noventa, esta estaba ya demasiado vieja. La obra de reforma se consiguió terminar y hasta se reinauguró el 3 de octubre con presencia de políticos del Ayuntamiento y la Diputación de Badajoz, pero la instalación no ha vuelto a abrir porque no se considera segura, tal y como informó este diario la semana pasada.

En otros casos, como Alburquerque, funcionó durante seis años hasta que la situación financiera del Consistorio era tan agónica que uno de los primeros recortes fue el de la piscina climatizada, hoy vacía y abandonada a su suerte desde 2012.

En Campanario (5.000 habitantes), el pueblo más pequeño de los que no son capaces de soportar este tipo de instalación, la piscina se inauguró en 2006 y cuando hubo que hacer recortes esta fue también la primera víctima. En 2013 llegó una época de austeridad en la que tocó suprimir servicios públicos. «Aunque a todos nos gustaría seguir teniéndola, ahora no nos la podemos permitir», reconoció su entonces alcalde, Elías López. La piscina, casi diez años después, volvió a abrir en 2023, año electoral, pero ha entrado un nuevo equipo de gobierno y debido a la deuda municipal la han vuelto a cerrar para que no ocasione un gasto que no pueden asumir.

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En Trujillo la piscina climatizada abre y cierra. Llegó a estar vacía quince años. Ha ido pasando el tiempo y, aunque la han intentado resucitar varias veces, nada apunta a que esta localidad pueda recuperar esta instalación que a día de hoy el nuevo equipo de gobierno tampoco considera segura.

Trujillo es la decimosexta población con más habitantes de Extremadura, 8.912. Como se puede observar, las piscinas climatizadas no se convierten en un lastre solo para pequeños gobiernos municipales que calcularon mal su músculo financiero. En Olivenza, otro gran municipio de la región, el decimotercero más poblado con 11.912 vecinos, ahora mismo no saben cómo reabrir una piscina cuya gestión el Ayuntamiento se quitó de encima y adjudicó a una empresa privada, pero un brote de legionella obligó a invertir en la instalación para sanearla y la devolvió al Consistorio. Además, era complicado mantenerla a la temperatura deseada, así que de momento la Gerencia Municipal de Deportes la mantiene cerrada.

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Piscina de Trujillo, reinaugurada en 2023 tres meses antes de las elecciones y hoy cerrada. J. S. Pablos

En la primera y cuarta localidades más grandes, Badajoz y Plasencia, a sus alcaldes también se les ha atragantado una piscina cubierta. Por suerte para los nadadores en estos casos hay alternativa.

En el primer caso, la que iba a ser la tercera piscina climatizada pública de la capital pacense ha quedado abandonada a medio hacer en la margen derecha. Pese a que se cambió el hierro por la madera para abaratar costes sobre el proyecto inicial, el aumento del precio de los materiales hizo que la empresa constructora se retirara en diciembre de 2022. Desde entonces el Ayuntamiento no ha logrado revertir la situación y hoy se ve la estructura de hormigón y los huecos de las dos piletas ya construidas en cuyo interior crece la vegetación. El alcalde, Ignacio Gragera, no da por perdido el proyecto.

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Obra paralizada hace más de un año de la piscina climatizada prevista en la margen derecha de Badajoz Pakopí

En el segundo caso, las sucesivas averías dejaron sin uso y camino hacia la ruina en pleno centro de Plasencia una instalación que alumbró a un club de natación de los más activos de la región. El óxido se apoderó de la estructura, el lugar dejó de ser seguro y se cerró en 2010. En 2011 el alcalde Fernando Pizarro, entonces recién llegado, lo dijo claro: no había fondos para recuperar esa piscina. El coste de las reparaciones se calcularon en 3,2 millones de euros.

Aquella piscina que se llamó Enrique Tornero y luego Sor Valentina Mirón hoy sigue vacía y olvidada, sobre todo desde que Plasencia consiguió estrenar otra piscina, la llamada Bioclimática, aprovechando los fondos del Plan E que el Gobierno de Zapatero habilitó durante su legislatura en 2008.

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Badajoz tiene una piscina a medio hacer y Plasencia otra cerrada en pleno centro

A Extremadura las piscinas climatizadas llegaron más tarde que en el resto de España. Empezaron a proliferar en los años noventa por iniciativa de la Junta y suelen quedar en manos de los ayuntamientos.

Hoy día la región tiene entre 25 y 30 piscinas climatizadas funcionando con unas medidas apropiadas para practicar la natación, aunque no todas lleguen a los 25 metros oficiales para competir. La mayoría de estas piscinas son públicas, aunque en Cáceres y Badajoz también funcionan con éxito otras instalaciones privadas. En las que están operativas no suelen faltar usuarios y los cursos de natación a menudo tienen lista de espera.

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¿Qué factores se dan para algunas de las piscinas cubiertas de titularidad pública entren en declive? El principal problema es el gasto en la climatización, el otro el mantenimiento.

El año pasado, con la subida del precio del gas, ya hubo varios cierres o retrasos en las aperturas por el descuadre que supuso en las cuentas municipales que la factura se multiplicara por tres e incluso por cuatro. Así lo reconocieron el invierno pasado a este diario ayuntamientos como el de Villafranca de los Barros, Almendralejo, Zafra, Don Benito, Villanueva de la Serena, Plasencia o Badajoz, entre otros.

En el caso descrito de Alburquerque, que solo llegó a funcionar entre 2006 y 2012, el plan era que su fuente de energía fueran placas solares, algo que según los expertos no basta para calentar una piscina cubierta, como mucho el agua de las duchas.

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Muchas superan los veinte años de vida y el óxido y la humedad afectan a los materiales

Que la piscina climatizada le da un buen mordisco al presupuesto municipal es evidente, valga como ejemplo lo aprobado la semana pasada en Plasencia. En esta localidad cacereña el Ayuntamiento acaba de sacar a concurso por 700.000 el coste del gas natural que usarán todas las instalaciones municipales. Solo la piscina Bioclimática se llevará 581.000 euros de esa cantidad.

Pero además del dinero necesario para climatizarla aparecen otros contratiempos en una instalación donde reina la humedad y el óxido y las bacterias hacen estragos en algunos materiales y conducciones.

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En Montijo, por ejemplo, después de una inversión de 800.000 euros que parece no haber bastado para subsanar viejos achaques constructivos, hay un material, la termoarcilla, según explicó el Ayuntamiento, que no es una superficie lisa y lavable, por lo que puede provocar la proliferación de bacterias y mohos.

Por otro lado, una instalación así requiere personal, nóminas que hay que pagar. En Badajoz, por ejemplo, cuando llegan las vacaciones escolares por navidad una de las dos piscinas se cierra para dar descanso a los empleados. En verano y los sábados ocurre lo mismo porque ya no se usan bolsas de trabajo.

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PSOE la abre, PP la cierra

En el caso de Trujillo la fatiga de los materiales está influyendo, pero revisando su historia puede parecer que los cambios de gobierno PP-PSOE sean los que estén marcando la vida de su piscina cubierta, cerrada a día de hoy. Este fue un proyecto creado por el PSOE en la primera época de José Antonio Redondo (1996-2008). No obstante, según informa Javier Sánchez Pablos, las instalaciones estuvieron sin funcionar durante unos quince años. El PP, en el gobierno de 2011 a 2019, ya dijo que no la podía abrir porque no cumplía con ningún requisito legal y había que invertir 300.000 euros para adecuarla, además de ser un servicio deficitario.

Con el retorno de José Antonio Redondo (PSOE) a la alcaldía, en junio de 2019, se recuperó el proyecto y se llevaron a cabo diferentes obras de adecuación de las instalaciones. Al final, se abrió al público dos meses antes de las elecciones el pasado 31 de marzo de 2023 con dos socorristas, dos conserjes, una persona de limpieza y otra de mantenimiento. Estuvo funcionando con esta plantilla hasta que llegó el verano tras unas elecciones en las que ganó de nuevo el PP.

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Ese nuevo equipo de gobierno encargó informes técnicos de su situación y concluyó que hay deficiencias que ponen en peligro a los usuarios. Se refiere cristaleras rotas que pueden desprenderse o una cubierta en malas condiciones por las humedades. De hecho, el agua se filtra y la madera se hincha. Aunque la intención es solucionar los problemas, la alcaldesa, Inés Rubio, del PP, no da plazos de ejecución de la obra y considera que antes hay que sopesar la viabilidad de la instalación. De momento, en noviembre se anunció que se devolvería el dinero de los abonos por los baños no gastados, una señal de que la piscina va a estar cerrada un tiempo largo.

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