Suzanne Schnabel: «En Extremadura hace falta más gente con espíritu emprendedor e ideas»
La Extremadura de... ·
Cambios. «Había vivido siempre en ciudades grandes y de la región me llamaron mucho la atención las grandes extensiones, de poca densidad poblacional y la luz tan impresionante», asegura la Catedrática de Geografía Física en la UExSuzanne Schnabel nació en Wiesbaden (Alemania) en abril de 1958, llegó a Extremadura en octubre de 1989, es catedrática de Geografía Física en la Universidad de Extremadura y vive en Cáceres, aunque antes ha residido en Frankfurt/Main, Berlín (Alemania) y Toronto (Canadá).
–¿Por qué vino a Extremadura?
–Llegué a Extremadura para quedarme durante unos años, con el fin de realizar mi tesis doctoral. Con una colega de la Universidad de Extremadura iniciamos un proyecto de investigación sobre la degradación de los suelos y el ciclo del agua en la dehesa. Vine porque me atrajo mucho el paisaje de aquí y en ese momento no existían estudios de este tipo. Después conseguí una plaza como profesora y me apetecía quedarme para siempre aquí.
–¿Qué impresión tuvo cuando llegó?
–Había vivido siempre en ciudades grandes, por lo que Extremadura fue un cambio enorme. Me llamaron mucho la atención las grandes extensiones, de poca densidad poblacional, la luz tan impresionante. Además, vivo en Cáceres que, desde el principio, me atrapó con su casco antiguo y, claro, también su gente.
–¿Cuál es la mayor diferencia que ha encontrado entre el modo de vida de aquí y el de Alemania?
–Una de las diferencias bien conocidas es el horario de las comidas. No obstante, es algo a lo que uno rápidamente se adapta. Los españoles que he conocido son más alegres, les gusta mucho juntarse con los amigos, dejar atrás durante el tiempo libre los problemas del trabajo. Al alemán también le gusta reunirse con los amigos, pero suele ser de forma más tranquila. Además, los alemanes suelen debatir mucho, dar la vuelta a las cosas y les cuesta desconectar. Aquí tengo un grupo de amigos y nunca me he divertido tanto en fiestas y reuniones. Otro aspecto es mi trabajo, me encanta y es un componente muy importante en mi vida. Soy profesora en la universidad y los colegas con los que colaboro en la labor investigadora son de una calidad humana excepcional, además de ser profesionales notables. Así que estoy encantada formar parte del grupo que formamos.
–¿Cómo le recibieron aquí?
–Me recibieron muy bien, no tengo ninguna queja.
–¿Tardó en acostumbrarse a vivir aquí o se adaptó enseguida al ritmo de vida?
–No, me adapté con facilidad.
–¿Cómo ha cambiado su visión de la región en el tiempo que lleva aquí?
–Conocer y comprender mejor su gente, su sociedad y su naturaleza.
–¿Podría definir Extremadura con tres palabras?
–Llanuras, aire puro y dehesas.
–¿Qué es lo que más le conquistó de esta tierra?
–Su gente y su naturaleza.
–¿Y lo que menos?
–Hay personas demasiado conformistas. Hace falta más gente con espíritu emprendedor e ideas.
–¿Qué destacaría de los extremeños?
–Tienen un carácter muy noble.
–¿Qué cree que necesita Extremadura para su desarrollo?
–Más industria y un mayor número de turistas para que la gente joven y formada no tenga que emigrar.
–¿Cuáles son sus sitios favoritos de la región?
–Son muchos los lugares que me gustan, espacios naturales como Las Villuercas, las gargantas de La Vera o del valle del Jerte, la Sierra de Gata y, naturalmente las dehesas. Además, las ciudades de Cáceres y Trujillo, y algunos pueblos como Garganta la Olla y San Martín de Trevejo.
«Extremadura necesita más industria y turistas para que los jóvenes no emigren»
«Mi trabajo me encanta y nunca me he divertido tanto en fiestas y reuniones»
–Extremadura es un paraíso natural ¿en qué sitios le gusta perderse?
–En la dehesa en primavera, en otoño en Las Villuercas o La Vera.
–¿Qué rincones recomendaría visitar de Cáceres?
–Naturalmente, el casco antiguo y tomarse algo en una terraza de la plaza de San Juan.
–¿Qué echa de menos en Cáceres?
–Políticos más razonables y con más capacidad de llegar a acuerdos, menor burocracia en mi trabajo, mejor gestión de los fondos europeos.
–¿Los servicios públicos con los que cuenta son suficientes? ¿Y las propuestas culturales y el comercio?
–Los servicios públicos son suficientes. También me parecen suficientes las ofertas culturales y de comercio.
–¿A qué dedica su ocio?
–A reuniones con amigos, leer, caminar y trabajar en la huerta.
–¿La cercanía con Portugal es un aliciente? ¿Suele viajar con frecuencia al país vecino?
–Sí, es otra oferta más para el tiempo libre. No obstante, no voy tanto y me falta conocer al Algarve. Suelo ir a Coimbra, Évora y Lisboa o a la zona fronteriza de Elvas y Marvao.
–¿Le gusta el clima extremeño?
–Sí, me parece que Extremadura tiene un clima estupendo en las estaciones de otoño, invierno y primavera. Naturalmente, el verano es excesivamente caluroso y durante los años con sequía el campo tiene un aspecto desolador. Me da algo de miedo el cambio climático que previsiblemente produce un aumento de la intensidad de las sequías, una disminución de las precipitaciones y temperaturas máximas cada vez más extremas.
–¿Suele recomendar a sus familiares y amigos que vengan de vacaciones o a vivir a Extremadura?
–Sí, recomiendo visitar Extremadura, aunque no lo recomiendo para vivir, pues no ofrece empleos atractivos.
–¿Hay algunas costumbres o tradiciones que le hayan llamado especialmente la atención?
–Me gustan las romerías de los pueblos. Me ha llamado mucho la atención la fiesta de Albalá, donde montando a caballo con gran velocidad se dan golpes a un gallo muerto que cuelga en el aire. Menos mal que actualmente no están vivos.
–¿Suele acudir a fiestas de interés turístico o a acontecimientos culturales?
–Ocasionalmente.
–¿Qué es lo que más le gusta de la gastronomía extremeña?
–El jamón ibérico de bellota, todo tipo de quesos, la paletilla de cordero y de cabrito, el potaje y, como postre, el biscuit de higos.
–¿Dónde ha viajado o va a viajar este verano?
–Suelo realizar un viaje fuera de Extremadura en verano. No obstante, este año me quedaré en Cuacos de Yuste.