«Con 400 espectadores en el Teatro no podemos hacer el Festival de Mérida»
Su director indica que sería inviable celebrar una edición con aforo muy reducido y espera las concreciones del Gobierno para decidir
Algunas luces más, pero todavía sombras de dudas sobre si una de las citas culturales más sobresalientes del país, con un notable impacto económico en la región, podrá celebrarse. La 66 edición del Festival de Mérida sigue todavía en el aire. En primer lugar, es lo más obvio, porque depende de la evolución de la pandemia. Y en segunda instancia porque las fases de la llamada desescalada establecidas por el Gobierno hacen viable o no su desarrollo en función de la limitación del aforo por espectáculo que se impongan.
El Teatro Romano de Mérida es único en mucho sentidos. Uno de ellos, por sus 3.089 plazas disponibles. Es el mayor de España por capacidad. Y uno de los mayores de Europa. La programación para esta edición estaba prevista que arrancara el 26 de junio y finalizara el 23 de agosto pero es seguro que, en el mejor de los casos, arrancaría en julio tras suspenderse el espectáculo de estreno por ser internacional y toparse con las limitaciones de tránsito por fronteras.
En una fase 2 de desescalada, los teatros se reabrirán pero, específicamente, se señala que si son al aire libre, como el de Mérida, lo harán con un máximo de 400 personas y manteniendo la distancia. En la fase 3, la última, se amplía ese tope de aforo a 800. Al mismo tiempo, se indica como escenario «optimista», en palabras del Gobierno, que entre julio y septiembre «se acabarán las restricciones sociales y económicas, manteniendo la vigilancia epidemiológica y la autoprotección de la ciudadanía».
Si la situación de la pandemia es favorable, ¿podría celebrarse el Festival de Mérida con aforo de 3.000 personas o como mucho de 800?, se le pregunta a su director, Jesús Cimarro. «No tenemos claro que es lo máximo que se autoriza en el mejor de los casos. Ese es un asunto que nos debe aclarar el Ministerio de Sanidad y desde luego siempre que se den las condiciones generales de bastante control de la pandemia», indica genéricamente.
«No tenemos claro lo máximo que se autoriza en el mejor de los casos. Nos lo debe aclarar Sanidad»
Jesús Cimarro
En lo que es más contundente es que con un aforo máximo limitado de 400, incluso de 800, el Festival emeritense «es imposible que se celebre. No es viable».
Ministerios
Cimarro, que es presidente de Faeteda, la patronal teatral del conjunto del Estado, mantiene que no se plantean abrir con esa capacidad. «Todavía con 1.500 espectadores es viable, quizás con un poquito menos también, pero es algo que nos deben aclarar desde el Gobierno».
El productor teatral sigue manteniendo lo dicho a HOY el pasado 15 de abril. Hasta el 15 de mayo, hasta dentro de dos semanas, se puede alargar la incertidumbre sobre si habrá o no este verano Festival de Mérida. Es la fecha tope que tienen las compañías contratadas para iniciar los ensayos.
«Vamos a tener reuniones en los próximos diez días no solo con el Ministerio de Sanidad sino también con el de Transición Ecológica, que va a coordinar la desescalada, para que nos aclaren en qué condiciones se podría celebrar esta edición si es posible», especifica.
«Todos, desde yo hasta la Junta y el Ayuntamiento, entiendo que también el Ministerio de Cultura, y desde luego sectores económicos de Mérida y la región, vamos a hacer un esfuerzo porque sea posible el Festival, para que no se aplace, pero tenemos que saber en qué condiciones. Con un aforo reducido a 400 personas es imposible», insiste.
HOY preguntó ayer a la Consejería de Cultura sobre el asunto. «Se están estudiando todas las posibilidades pero todavía no se ha tomado una decisión al respecto», se respondió desde el departamento que dirige Nuria Flores. «Ahora los tiempos para tomar la decisión vendrán dados por la evolución de las fases del plan de desescalada», se agregó cuando se planteó si el día tope para decidir sigue siendo el 15 de mayo.
El Patronato del Festival de Mérida, en el que están representados, además de la Administración extremeña, el Gobierno, las diputaciones y el Ayuntamiento de la capital extremeña, es el que tomará formalmente la decisión.