Raquel del Puerto | Presidenta de la Diputación de Badajoz

Día de Extremadura 2025

Haciendo región pueblo a pueblo

Cada 8 de septiembre, Extremadura se detiene para mirarse al espejo de su historia, de su gente y de su tierra. Lo hace sin complejos, con la frente alta y la mirada puesta en un porvenir que ya no es una esperanza lejana, sino una realidad que se construye cada día desde el talento, la valentía y el compromiso colectivo. Celebramos lo que somos y reivindicamos lo que queremos ser. Y en ese camino compartido, la Diputación de Badajoz tiene mucho que aportar.

Desde hace más de dos siglos, nuestra institución ha sido garante de equilibrio territorial, de igualdad entre municipios, de progreso compartido. Hoy, más que nunca, debemos reivindicar el papel fundamental de las diputaciones como vertebradoras del territorio, como instituciones útiles, modernas, transformadoras. Porque construir región es también apostar por el municipalismo, por ese trabajo silencioso pero decisivo que permite que quien quiera quedarse a vivir en su pueblo pueda hacerlo con dignidad, con oportunidades y con derechos. Los pueblos hacen región.

Esta máxima marca el sentido de nuestra gestión. Porque creemos firmemente en una Diputación cercana, que acompaña a sus pueblos sin interferir, que escucha a sus alcaldes y alcaldesas olvidándose de colores políticos y que se pone al servicio de sus ciudadanos. Seguiremos apostando por la digitalización y la ciberseguridad como palancas de desarrollo; por unos servicios públicos de calidad, inclusivos y accesibles; y por una gestión eficaz que no olvide el alma de lo público: mejorar la vida de la gente.

Este Día de Extremadura cobra una dimensión aún más profunda tras el agosto negro que hemos atravesado. La devastación provocada por los incendios de Jarilla, que arrasó más de 17.000 hectáreas en Cáceres, y el de Llerena, con casi 6.800 hectáreas afectadas en nuestra provincia de Badajoz, puso a prueba nuestra capacidad de resistencia y solidaridad. Sin embargo, gracias al esfuerzo coordinado de los cuerpos de extinción, las diferentes administraciones, fuerzas externas, así como vecinos y voluntarios, logramos contener y estabilizar estos focos. Esa respuesta colectiva demuestra que la Extremadura que hoy celebramos se alza fuerte, unida y capaz de reconstruirse sobre las cenizas.

La igualdad, ese principio esencial que debe regir toda sociedad justa, es también una bandera irrenunciable. Igualdad entre hombres y mujeres, igualdad entre territorios, igualdad en derechos y en el acceso a las oportunidades. Como dijo mi paisana Carolina Coronado hace más de un siglo, «la ley es sola de ellos», pero hoy, con humildad y firmeza, podemos afirmar que ya no es así. Soy la primera mujer que preside la Diputación de Badajoz en 213 años de historia. No lo hago sola: lo hago apoyada en todas aquellas que antes que yo abrieron camino en silencio, y con todas aquellas y aquellos que hoy siguen trabajando por una provincia más justa, más libre y más igualitaria.

Tenemos una gran tierra. Una tierra con recursos naturales únicos, con un patrimonio histórico y cultural inigualable, con una gastronomía que es seña de identidad…, pero, sobre todo, con una gente extraordinaria. Personas anónimas que cada día hacen región desde sus oficios, desde sus proyectos de vida, desde su compromiso con sus pueblos. Ellos y ellas son el verdadero motor del cambio. El orgullo de pertenencia es hoy uno de nuestros mayores activos.

Lo hemos visto reflejado en los últimos años en nombres que ya son historia viva de Extremadura. Historias de éxito que nos recuerdan que lo local también puede ser universal. Que ser extremeño no es una barrera, sino un valor.

Este año, las Medallas de Extremadura reconocen de nuevo esa fuerza que nos une. Felicito con emoción y admiración a la actriz Carolina Yuste, una mujer valiente y comprometida que ha hecho del talento una forma de resistencia cultural; al investigador Juan Manuel Sánchez Guzmán, catedrático y biólogo que ha impulsado el sistema científico regional y el Parque Científico; y a Marcelino Díaz, empresario vitivinícola visionario que hace décadas luchó por instaurar la Denominación de Origen Cava en Almendralejo. A estas tres distinciones se suma, de manera extraordinaria, una cuarta Medalla de Extremadura concedida al personal del Plan INFOEX, como reconocimiento colectivo a su entrega en la lucha contra los incendios que este verano devastaron nuestra tierra.

Ellos representan lo mejor de esta tierra: arte, conocimiento, emprendimiento rural con visión global y salvaguarda de nuestro patrimonio ambiental. Su reconocimiento nos impulsa a seguir creyendo en Extremadura. Por eso, este Día de Extremadura, reivindico el valor de las diputaciones provinciales como instrumento esencial para hacer región. Una tierra que progresa, que apuesta por sus pueblos, que ofrece futuro sin renunciar a la identidad. Y lo hace con instituciones sólidas, responsables, participativas y eficaces.

Feliz Día de Extremadura.

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