Los centros de salud siguen blindados
Medidas para evitar contagios ·
En muchos hay celadores en las puertas que controlan la entrada de pacientes, circuitos covid y la mayoría de las consultas continúan siendo telefónicasEn la puerta del centro de salud Manuel Encinas varios cacereños hacen cola. Todos están a dos metros y ninguno va acompañado. No pueden a ... menos que sean personas dependientes, mayores o menores. Allí Olga Canelo les pregunta qué necesitan y dependiendo de la respuesta les indica un lugar u otro. Los que tengan síntomas de covid por la izquierda, los que acudan con cita médica por la derecha. Ella es celadora y controla la entrada de cada paciente.
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«Es nuestra guardia pretoriana», dice Carmen Jiménez, coordinadora de este centro de salud. Es una especie de escolta para que el coronavirus no entré en un lugar que ha cambiado mucho desde que llegó la pandemia. Antes las salas de espera estaban llenas y ahora hay momentos en los que están vacías. El pasado jueves a las diez de la mañana solo había tres pacientes.
Antes tampoco había señales indicando el orden de la marcha o sillas en las que estaba prohibido sentarse. Ni se veían cintas que delimitan el acceso a algunas zonas o que marcan la entrada a un edificio que lleva blindado casi un año.
«Hay cierta demora, hay pacientes que cuando les llamamos nos dicen que ya han mejorado. Nos frusta que haya lista de espera»
Juan José Torres | Médico en Badajoz
Antes del cuello de los médicos solo colgaba el fonendoscopio y ahora algunos también llevan auriculares. Es para atender las consultas telefónicas. La mayoría siguen siendo por esa vía. «Ha aumentado mucho la burocracia con los partes de incapacidad temporal. Además, continuamos haciendo seguimiento de los pacientes positivos de covid y todo lo que no es coronavirus. Ha habido días que nos hemos tenido que ir a comer y volver para terminar de atender las llamadas. El mes de enero ha sido horrible», asegura Jiménez.
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Hasta 80 consultas
Algunos de sus compañeros han tenido 80 consultas diarias, como explica Dimas Igual, doctor que lleva más de 35 años como médico de Atención Primaria. «Ahora se ha estabilizado y nos movemos en torno a unas 50. De ellas son presenciales unas diez. Es algo que varía, pero realmente tengo la sensación de que nadie que necesita una consulta presencial se queda sin ella. Si sospechamos que hay que ver al paciente, le decimos que venga», apunta Dimas, que reconoce que «para los profesionales la consulta telefónica está siendo laboriosa y penosa», aunque también ve aspectos positivos. «Por ejemplo, hay pacientes que trabajan fuera y se les puede resolver la cuestión», añade.
Lo que sucede en el Manuel Encinas, que atiende a unas 900 personas al día entre consultas telefónicas y presenciales, es una representación de lo que pasa en otros centros extremeños de las grandes ciudades. En Extremadura hay 111. A ellos se suman los 415 consultorios locales, que cuentan con 819 médicos de familia, 136 pediatras y 907 enfermeros, además de los médicos y enfermeros con funciones de Atención Continuada, que son 311 y 259, respectivamente.
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El SES reconoce que en los centros de salud de la región «sigue existiendo la consulta telefónica previa a la atención presencial». Lo confirman los usuarios y los doctores de Atención Primaria. En sus relatos queda claro que la mayoría son por teléfono.
«Primero te llaman y ven si es necesario ir en persona. En mi caso tuve la consulta telefónica y me dijeron que me acercara», asegura el cacereño Pedro Andrada. «Tuve un problema de lumbago y aunque me costó que me cogieran el teléfono en el centro de salud San Jorge de Cáceres, al final me vieron», afirma Javier Osma.
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El día a día de los médicos
Los médicos explican su día a día. Carlos Hernández trabaja en el centro de salud de San Roque (Badajoz), una zona que atiende a 14.000 personas y que cuenta con seis líneas telefónicas. «Si llaman más de seis a la vez hay que esperar», apunta este doctor al que le corresponden casi 1.800 pacientes. «Estamos hasta arriba. Desde mayo, la telemedicina ha dado el salto y lo que parecía una utopía ha terminado implantándose. Ahora hay un modelo que de manera administrativa es mejor y que para el paciente en general también, con sus defectos por supuesto. Antes atendíamos a 35 pacientes diarios y ahora a 60. Todo lo que no pueda ser resuelto por teléfono se cita de manera presencial en el día o a los dos días. Toda la parte administrativa se resuelve en una llamada sin exponer al paciente».
De esas 60 consultas que tiene diariamente, 40 pueden ser telefónicas y 20 presenciales. «Eso varía, lo que está claro es que todo paciente que tiene que ser visto es visto, por supuesto», incide Hernández.
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La misión de conseguir una cita por teléfono con el médico
Juan Antonio Peromingo, médico del centro La Data de Plasencia, reconoce que «la situación es realmente complicada en la Atención Primaria». Comenta que están trabajando más que nunca, pero la población no lo percibe. «El problema es el acceso a las citas, que en ocasiones tardan más en conseguirlas porque los teléfono están saturados», dice Peromingo, que ve entre 50 y 70 pacientes al día. De ellos una tercera parte son presenciales.
A esas cuestiones se suma el trabajo que tienen que asumir de los compañeros que están de baja laboral y no se cubren sus puestos. «Llueve sobre mojado. Estamos ante una carencia de médicos para sustituir», afirma antes de recalcar que los centros están abiertos, pero con estrictas medidas de control. «La gente piensa que están cerrados o que no trabajamos y no es así».
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La vuelta a la presencialidad
En todos han ido haciendo el intento de volver poco a poco a la presencialidad, con consultas programadas, pero el virus les ha marcado el paso y han tenido que blindarse. «A principios de diciembre nos indicaron que sobre el 12 de enero se aumentaría la atención presencial, pero luego vino el pico de contagios con la Navidad y no ha sido posible», reconoce Jiménez, que apunta que en el Manuel Encinas las matronas y el servicio de planificación familiar también hacen consulta presencial, así como fisioterapia.
En Badajoz también ha sucedido lo mismo. «A partir del otoño empezó a haber más consultas presenciales, más o menos un 33% de la agenda. Fue bien hasta que en Navidad hubo más pacientes con covid y se ha ido paralizando. Ahora tengo unas 55 consultas al día y de ellas entre cinco y diez son presenciales», cuenta Juan José Torres, médico en el centro de salud de Valdepasillas. Reconoce que la gente sigue quejándose ante la dificultad para contactar por teléfono.
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«Todo el que llama es atendido en el mismo día. Suelo tener unas 40 citas y de ellas cinco o seis son presenciales»
Cándido Sánchez | Médico en Higuera de Vargas
«Es verdad que hay una cierta demora. Hay pacientes que cuando les llamamos después de que hayan pedido cita nos dicen que ya han mejorado. Eso frustra porque en la Atención Primaria no tiene que haber lista de espera. El objetivo es que los ciudadanos estén perfectamente atendidos y se cojan a tiempo aquellas patologías que pueden ser graves. Todo eso se ha derrumbado», afirma Torres. Cree que no se han hecho los deberes. «No se puede estar pensando en salvar la Semana Santa, lo que hay que empezar a hacer es prepararnos para la cuarta ola».
Pero no en todos los centros se vive la misma saturación. Por ejemplo, en Higuera de Vargas (2.000 habitantes), según explica el médico Cándido Sánchez, conocen mucho a los vecinos y por eso les ha resultado más fácil llevar esta situación.
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Dice que en su consultorio no existen listas de espera. «Todo el que llama es atendido en el día. Ahora tengo unas 40 citas y de ellas cinco o seis son presenciales. Muchas las solucionamos por teléfono, pero cuando es necesario les atendemos presencialmente. En el mes de enero hemos tenido que dejar de hacer algunas consultas programadas y presenciales ante el aumento de contagios», concluye.
Las consultas telefónicas han llegado para quedarse
En los centros de salud «la consulta telefónica se mantendrá en el futuro para temas muy concretos», asegura el SES. Entre ellos, alude a la renovación de algunos tratamientos, la revisión de resultados de pruebas complementarias de rutina, la realización de informes o la aclaración de dudas. El resto de las consultas serán presenciales.
El SES tiene previsto avanzar en la desescalada en los centros de salud, es decir, que haya más consultas presenciales, «cuando la situación lo permita sin riesgos para los pacientes». No da una fecha concreta. «En un centro de salud el número de pacientes atendidos es tanta cantidad que no es posible separarlos en espacio y tiempo lo suficiente para que estas consultas sean todas presenciales».
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