¿Qué ha pasado este jueves, 4 de diciembre, en Extremadura?
En grupo. Ciclistas aficionados durante una salida de sábado por la mañana en los alrededores de Badajoz. CASIMIRO MORENO

Más bicicletas, más accidentes

Pese a las campañas, la siniestralidad en ciclistas aumenta cada año en la región, que el año pasado registró su cifra más alta con 92 incidentes y dos fallecidos

Domingo, 9 de septiembre 2018, 08:57

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Durante los seis primeros meses de este 2018 la Dirección General de Tráfico (DGT) llevaba registrados 39 accidentes en los que estaba involucrado algún ciclista en Extremadura. Los doce meses de 2011 se cerraron con 27.

Otro dato reciente que corrobora que este aumento de la siniestralidad entre ciclistas no es casual es la cantidad de accidentes del año pasado en la región, 92, la mayor de los seis años anteriores dentro de una tendencia cuya curva es ascendente. Ocurre lo mismo si se analiza también el número de personas que habían salido a pedalear y acabaron tendidas en la calzada necesitando asistencia médica. Si en 2011 fueron 28 las víctimas (entre ellas un fallecido y nueve heridos graves), el año pasado la DGT contabilizó 92 (entre ellas dos fallecidos y nueve heridos graves).

Las razones son variadas y una de ellas es que hay más ciclistas, lo que multiplica las probabilidades de un impacto con otro vehículo. Solo hay que echar un vistazo desde el volante para concluir que pedalear está de moda. Pero entre quienes llevan varias décadas sobre la bici hay coincidencia en que cada vez es más inseguro salir a rodar por un arcén. Podría parecer lo contrario porque hay más campañas que piden respeto para los ciclistas, que exigen que se respete una distancia mínima de seguridad (metro y medio) al ser adelantados, pero no es así.

Prácticamente cualquier ciclista habitual tiene una anécdota relacionada con algún incidente que a punto ha estado de costarle la vida. Al pacense Ángel Velázquez, que preside el Cicloclub Badajoz, un coche le pasó hace poco a menos de treinta centímetros durante una subida en una carretera que era muy estrecha, y este mismo verano en la entrada a Olivenza un camión estuvo a punto de arrollar a todo el pelotón del que él formaba parte.

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Francisco Javier Henestrosa tiene 44 años y es padre de tres hijos. Se considera un gran aficionado a la bici, y hace entre 15.000 y 20.000 kilómetros al año. También va pedaleando al trabajo. En resumen, lleva sobre el sillín prácticamente toda la vida.

«Yo cada vez tengo más miedo al salir, lo hablo con mis compañerosy ellos también».

Fco. Javier Henestrosa | Ciclista aficionado

«La mayoría de conductores –dice– cree que la carretera es suya y que los ciclistas somos un estorbo. Yo ahora mismo tengo más miedo cuando salgo que hace diez años. No sé si es porque se ven más noticias de accidentes o porque soy más mayor, pero cuando lo hablo con otros compañeros de ruta ellos también me dicen que tienen miedo», afirma.

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Según cuenta, cada vez que se para a reparar un pinchazo o a tomar un refresco y esto le causa un retraso en la hora prevista de llegada su mujer le pide que le envíe un guasap para tranquilizarla.

En su opinión, la carretera es ahora más peligrosa porque el tráfico es más intenso. «Hay más coches porque cada familia tiene varios, y además el tráfico de camiones es mayor. Nosotros teníamos vías por las que solíamos entrenar, como la carretera entre Badajoz y Olivenza y ahora es peligrosísimo ir por ahí. Por otro lado, también ocurre que hay más ciclistas, mucha más afición y gente de más de treinta años que se incorpora, o gente que practica triatlón y se sienten más seguros entrenando en grupo que en solitario».

«Los ciclistas molestamos a los coches porque hacemos que tengan que reducirla velocidad»

Ángel Velázquez | Pte. Cicloclub Badajoz

En estos momentos el Ciclo Club de Badajoz tiene unos 90 asociados, explica Ángel Velázquez, que es presidente desde 2015 y ha notado cómo se ha incrementado el número de socios en los últimos años. «Las carreteras son de los coches, los conductores no tienen paciencia y los ciclistas molestamos, eso es de toda la vida porque usamos su espacio y hacemos que aminoren su velocidad y claro, si vas a ochenta por hora o a cien y tienes que reducir tu velocidad a 25 por hora pues molesta».

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Todos los balances apuntan que prácticamente la totalidad de accidentes son por algún despiste de un conductor cuando supera a los ciclistas. Y solo en una minoría de los casos se debe a un error del ciclista. Según admite Velázquez, los ciclistas no siempre cumplen las normas. En vías urbanas no es excepcional ver a adolescentes por la acera, en dirección contraria o de noche sin luces de señalización.

Y aunque los accidentes son más numerosos en la ciudad, en las vías interurbanas suelen tener mayor gravedad. En estas carreteras secundarias, es donde Velázquez reconoce que a veces circulan en paralelo más de dos personas. «Ocurre, pero se hace para que el grupo sea más visible en la calzada», justifica este pacense de 52 años a cuyo grupo paró una vez la Guardia Civil y les pidió que pedalearan en fila de a uno (se puede ir de dos en dos en paralelo) con el fin de facilitar los adelantamientos de los coches por haber en la zona tramos de visibilidad reducida.

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Alcohol y drogas

Hay que apuntar que a nivel nacional las cifras de siniestralidad entre ciclistas también van a más. Según el último balance, en 2017 fallecieron 240 personas en motocicleta (26 más que el año anterior), 20 en ciclomotor (dos más que en 2016) y 44 en bicicleta (33 un año antes), de los que ocho no llevaban casco.

En Extremadura el último accidente mortal de un ciclista fue el 27 de marzo cuando un anciano de 82 años se cayó de su bici en el municipio cacereño de Sierra de Fuentes. Aquí no intervinieron terceros. No se puede decir lo mismo del penúltimo accidente en la región, el cual ocurrió hace menos de un año. El 21 de diciembre de 2017 un hombre de 32 años perdió la vida cuando recorría en bicicleta la carretera que va desde Arroyomolinos de la Vera hasta Barrado, el pueblo cacereño en el que vivía. Lo arrolló el conductor de 24 años que invadió con su turismo el carril contrario.

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Pelotón del Ciclo Club de Badajoz por la avenida de Elvas en una de sus salidas CASIMIRO MORENO

En este caso el autor del homicidio dio negativo en el test de alcoholemia, pero luego fue investigado por haber tomado drogas. Precisamente uno de los mayores miedos de los colectivos ciclistas son los conductores que han consumido alcohol y drogas y se ponen al volante porque, sobre todo en verano, suelen coincidir en la carretera con quienes pedalean, ya que estos madrugan para hacer su ruta y a esas horas quienes han salido de fiesta están regresando con el coche y suelen hacerlo por carreteras secundarias, que son las que transitan los ciclistas.

En la manifestación que se hizo a los pocos días tras la muerte del ciclista de Barrado, desde la Federación Extremeña de Ciclismo se hizo precisamente un llamamiento a la Dirección General de Tráfico para que se lleven a cabo más controles de alcohol y drogas a los conductores.

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Esta preocupación surtió efecto este año. Tras otro accidente mortal de dos ciclistas, esta vez en una carretera de Valencia, en la que la mujer que los embistió dio positivo en alcohol y drogas, el entonces director general de Tráfico, Gregorio Serrano, convocó una comisión urgente de seguridad vial con la intención de tomar medidas que protejan al ciclista. En realidad lo que se endurecen son las sanciones al conductor negligente.

Según anunció el Ejecutivo del PP cuando aún gobernaba en junio, su propuesta en este ámbito pasaba por endurecer las sanciones para que quien atropelle y cause víctimas mortales se enfrente a penas de hasta nueve años de cárcel. Además, existía la idea de crear un delito específico de abandono del lugar del accidente. De momento, estas medidas se han quedado en el aire.

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