Arturo Álvarez se ofrece para reflotar al Cáceres
Tras sellar su descenso matemático, el técnico verdinegro manifestó que «me dolería no poder intentar colocarlo donde se merece»
El Cáceres llevaba meses de caída libre y este viernes tocó fondo. Era un desenlace tan esperado como dramático. En el Multiusos que tanto ha ... vibrado en fechas no tan pretéritas, ante un público maltratado por los latigazos de un curso nefasto. Certificaba su billete para LEB Plata perdiendo ante el Ourense como de costumbre, deslavazado, caótico, sin concierto y mostrando una fragilidad mental impropia de un equipo profesional. «Hemos pecado de trabajar como un grupo infantil», penaba el técnico de los verdinegros, Arturo Álvarez, en la lúgubre comparecencia tras el último choque.
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Era un momento de expiar culpas y de constricción. «Me siento frustrado por no haber sabido conseguir la permanencia y pido perdón, no merecéis pasar malos momentos viendo baloncesto ni jugando mal y perder partidos», manifestaba visiblemente contrariado y afectado el técnico asturiano. «Es un día para estar tristes de verdad, para estar jodidos», insistía al tiempo que sostenía que «todos podíamos hacer un poquito más... mucho más en realidad». No quiso agarrarse al peso de una situación clasificatoria extrema con la que afrontaban el duelo, «no vale como excusa que tengamos la presión de que vayamos a descender, porque la llevamos teniendo desde que llegué e incluso antes ».
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Tampoco lo achacó a carencias en la plantilla y defendió que las herramientas con las que contaba eran más que suficientes. Simplemente las teclas que ha pulsado no han tocado la melodía esperada, «hay momentos en los que hay un desquicio tremendo, con unas pérdidas que hacía años que no veía». Y volvió a recalcar un factor recurrente, la falta de disciplina táctica y la errática toma de decisiones en momentos claves que han condenado al Cáceres en muchos de los encuentros de esta campaña. «Nos preocupamos más de acciones ofensivas individuales y nos olvidamos del espíritu del equipo atrás, cometemos errores de principiantes, de saques de banda, en jugadas después de un tiempo muerto; eso nos hace caer». Era la lectura del enésimo descalabro en un partido que solo lo perdió el propio conjunto cacereño. «Les hicimos creer que podían ganar, porque hasta el minuto 15 ellos pensaban que no iban a vencer aquí», se refería a los gallegos, que durante la primera parte de la cita no estuvieron cómodos sobre el parqué.
Tras la luctuosa confirmación de la caída a los infiernos, tocaba mirar al futuro respecto a una entidad con la que considera que ha contraído una deuda importante. Por eso, no dudó a la hora de referirse a una posible propuesta por parte de la directiva para que lidere el proyecto del regreso a LEB Oro, «me encantaría, porque lo que tengo no es una espina es un puñal clavado de no haber podido tener éxito en esta ciudad y me dolería no poder intentar colocarlo donde se merece».
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No sonaba a populismo barato ni a una respuesta diplomática, porque siguió refiriéndose a esta cuestión con cierto entusiasmo, «no sé si soy merecedor, pero me he hecho un cacereño de baloncesto y con ese mal sabor de boca de haber descendido sería un desagradecido si dijera que no a una propuesta de continuidad en la ciudad». No hay que olvidar que Arturo Álvarez tan solo ha cosechado un triunfo en las trece jornadas en las que ha dirigido a los verdinegros desde el banquillo.
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