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Un avejentado Schwarzenegger reaparece como el Terminator modelo T-800.
Arnold Schwarzenegger: «Vivir con miedo no va conmigo»

Schwarzenegger: «Vivir con miedo no va conmigo»

Una operación de corazón no ha impedido al exgobernador de California retomar su personaje de T-800 casi treinta años después de 'Terminator 2'

MARÍA ESTÉVEZ

Los Ángeles

Miércoles, 30 de octubre 2019, 19:34

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A sus 72 años, Arnold Schwarzenegger regresa a la franquicia Terminator junto a la actriz Linda Hamilton y James Cameron como productor y coguionista. 'Terminator: Destino oscuro' nos devuelve a Sarah Connor 28 años después de 'Terminator 2: El juicio final'.

-¿Vuelve todo el equipo original de Terminator?

-Ha sido sensacional ver a todo el equipo reunirse de nuevo, al antiguo equipo. Cameron, Linda, yo, todos nos hemos comprometido para volver. Cameron ha estado fantástico, su entusiasmo por el proyecto nos ha contagiado a todos. El concepto, la historia... Realmente nos hemos enamorado del guion que él ha coescrito.

-Linda Hamilton tuvo la idea de dejar a la vista su pelo canoso en el filme. Usted también aparece envejecido.

-No creo que un mechón de pelo cano signifique que eres viejo. Linda tiene 62 años y no mantiene el color de pelo que tenía, ni sé si esa fue su intención, pero cualquier idea que magnifique la saga 'Terminator' me parece bien. Las precuelas anteriores son el esqueleto de este filme, lleno de metal y carne humana, pero ese metal no envejece, ha sido eficiente durante décadas y no importa la edad que tengamos porque los personajes son inmortales. Como actor mantengo la misma fuerza y energía que tenía en el pasado. El pelo puede ser más o menos gris, pero mi personaje sigue jurando con fuerza y mal aliento. Lo importante no es lo que sucede en el exterior, sino en el interior.

-Sufrió una operación de corazón no hace mucho, sin embargo sigue entrenando. ¿Como le cambió esa operación?

-No cambió nada. Espero que el corazón no me interrumpa mi forma de trabajar, hasta ahora no lo ha hecho. Tuve la suerte de que no fue un procedimiento muy grave y pude terminar bien mi trabajo, con tiempo de recuperación, porque no iba a comprometer mi salud por entrenar para un personaje. Fueron una serie de situaciones desafortunadas que se sucedieron en mi vida, pero estoy bien y mi cuerpo está en forma. Ocurrió y lo superé. Ahora no me duermo en los laureles pensando o viviendo con miedo, esa no es mi forma de actuar. Cuando me ocurrió, llamé a Cameron y le pregunté en qué estado de forma me necesitaba del 1 al 10. Y me dijo 5, así que me preparé un programa de acuerdo a lo que se esperaba de mí. Todo el mundo quedó contento una vez que empezamos los ensayos y el rodaje, nadie ha tenido ningún problema.

-¿Se mantiene la idea de que los Terminator sean enviados desde el futuro al pasado?

-Sí. Pero hay muchos giros dentro de la historia. Cuando entreno por las mañanas en el Gold Gym, mucha gente me viene a preguntar por el guion tratando de averiguar algún detalle. A mí me costó descifrar lo que ocurre, hasta el punto de que tuve que leer varias veces el guion. Pero todo acaba en su lugar. Hay muchas sorpresas y la película tiene la fuerza de James Cameron. Un director que tiene un profundo entendimiento de las películas de Terminator, donde la idea reside en lo que puede y no puede hacer mi personaje y cómo podemos viajar en el tiempo. Las vulnerabilidades de cada personaje revelan los giros de la historia y lo que ocurre realmente en el futuro. Todo esto provoca muchas sorpresas. En la primera y segunda entrega de Terminator, podíamos hablar con más facilidad, pero han cambiado los tiempos y no puedo dar pistas. El gran error de la ultima cinta fue revelar que John Connor se convertía en el villano, los fans revelaron el final antes de tiempo. Esta vez hemos aprendido nuestro error y vamos a ser más cuidadosos.

-¿Cómo habla esta película sobre el mundo de hoy? Porque el mundo ha cambiado mucho desde los años 80.

-Creo que muchas de las cosas que solían ser consideradas como ciencia-ficción se han hecho realidad. Eso es lo increíble del trabajo de James Cameron, que supo, en los años 80, la dirección que iba a tomar el mundo. Me parece increíble pensar en los avances que hemos logrado, porque desde un punto de vista tecnológico la ciencia-ficción ya no es ciencia-ficción. Lo único que realmente falta es que las computadoras se vuelvan conscientes de sí mismas, se comuniquen entre sí y estén un paso adelante de los seres humanos. Si entramos en ese camino, el mundo se volverá peligroso. Como con todo, hay una forma de usarlo con motivos malignos y por razones necesarias. Hay que tener mucho cuidado.

Arnold Schwarzenegger en 'Terminator: destino oscuro'.
Arnold Schwarzenegger en 'Terminator: destino oscuro'.

-¿Hace esta película un comentario político sobre la relación entre Estados Unidos y México?

-No creo que haya una declaración política. Creo que todos se están alejando de ese tema porque nadie quiere hacer una película con un mensaje político, ya sea de derechas o de izquierdas. Con una película intentas atraer a todos. No importa cuáles sean sus puntos de vista políticos, quieres que todos vengan a ver el trabajo, por lo que el esfuerzo por tener cualquier tipo de mensaje es incorrecto. Pero el filme sí trata con la realidad, ciertas historias se desarrollan en México, ciertas historias se desarrollan en Estados Unidos y luego tienen que unirse. Se trata de cruzar la frontera y en ese sentido se muestran situaciones reales, pero no hace una declaración sobre nada.

-Si se sienta y mira hacia atrás, a sus películas y su vida, ¿con qué se queda?

-He sido muy afortunado de poder participar en Hollywood y de cumplir mis sueños. Siempre tuve una visión muy clara de lo que quería conseguir. A mis quince años, mi objetivo era convertirme en campeón mundial de culturismo, pero no solo en campeón del mundo, sino en el mejor fisicoculturista de todos los tiempos con tantos títulos como fuera posible. Y lo conseguí. Mi objetivo era ser como Reg Park, que fue Mr. Universo tres veces, luego se convirtió en Hércules en las películas. Más tarde, cuando gané 13 campeonatos mundiales de culturismo, me puse a pensar en ser un líder en el cine y una vez más hice todo lo posible para lograrlo. Alcancé ese objetivo. Después mi meta cambió a medida que buscaba nuevos sueños, otros desafíos. Me involucré en mejorar mi comunidad, en programas extracurriculares: Olimpíadas especiales, promoción de la salud física... Ese camino me llevó a la política, mi objetivo fue convertirme en gobernador de California y luché hasta hacerlo una realidad. Cada una de las carreras anteriores me ayudó con el siguiente paso, y ahora uso todas esas diferentes causas para deshacernos del terrible ambiente en el que vivimos, para crear un futuro de energía limpia y verde. Para que todos los niños en Estados Unidos puedan tener programas después de la escuela porque los padres no están cerca, tener un lugar donde puedan hacer los deberes y permanecer en la escuela en lugar de meterse en problemas con las pandillas y el crimen. Sigo involucrado en mejorar vecindarios, comunidades, ciudades, mi país, y al mismo tiempo hago películas y dirijo mi negocio. Una de las causas a las que estoy más entregado es en el Festival de Deportes y Fitness Clásicos de Honor, que se celebre en cinco continentes con 80 deportes diferentes. También está el Instituto Schwarzenegger en la Universidad del Sur de California donde estudiamos las políticas y sus desafíos.

Linda Hamilton retoma el papel de Sarah Connor en 'Terminator: Destino oscuro'.

¿Hasta la vista, baby?

OSKAR BELATEGUI

Con 'Terminator', James Cameron cimentó en 1984 un icono de la cultura popular y aupó a Arnold Schwarzenegger al estatus de estrella de Hollywood. La película, con hechuras de 'serie B', costó 6 millones de dólares y recaudó 37 tan sólo en EE UU. Su mérito consistió en jugar con dos premisas argumentales básicas de la ciencia-ficción: la rebelión de las máquinas y los viajes en el tiempo. La víctima de Terminator era una mujer que desconocía su destino: dar a luz en el futuro al líder de la resistencia de los humanos frente a los androides.

En 1991, el actor austriaco volvía a calzarse la chaqueta de cuero negro 'ala de cuervo', las Ray-Ban negras, el pelo a cepillo y la recortada. Pero su caché e imagen de héroe para todos los públicos conllevó un peaje: Terminator ahora era bueno. El otrora diabólico robot se convertía en amigo y aliado de Sarah Connor. Después de 'T-2', James Cameron juró no volver a trabajar con los productores Mario Kassar y Andrew Vajna. Arnold prometió no intervenir en una continuación sin Cameron, pero un cheque de 30 millones de dólares venció sus reticencias en 2003. Dieciséis años después, Cameron, Schwarzenegger y Linda Hamilton regresan con 'Terminator: Destino oscuro'. El protagonismo lo comparten Sarah Connor, una joven mexicana que no entiende muy bien qué pasa (Natalia Reyes) y una supersoldado del futuro, híbrido de cíborg y humano (Mackenzie Davis). Reivindicación feminista con un villano (Gabriel Luna) que no está a la altura.

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