Tradición pasada por agua
En los últimos días he podido leer con cierto estupor afirmaciones realizadas por los propios aficionados del Carnaval de Badajoz del tipo «las comparsas se van por dinero». Todo ello nace de la polémica que llevamos días siguiendo sobre el final de la celebración de la tamborada que, hasta el año pasado, organizaban las asociaciones de vecinos de la Margen Derecha.
Vivimos en un país donde es más sencillo atacar sobre un tema, a sabiendas de que no conocemos toda la información, que pararse a escuchar a las distintas partes de un conflicto. ¡Qué novedad! El pasado 4 de febrero de 2017 vivimos una noche pasada por agua, literalmente. A sabiendas de que el tiempo no iba a acompañarnos (se habló con una semana de antelación con la asociación), se decidió seguir adelante con la tamborada. El sábado por la mañana la lluvia ya había hecho acto de presencia y todo apuntaba a que la situación no iba a cambiar. Y así fue.
Al comenzar el concurso, la lluvia continuaba y, conforme pasaba el tiempo, lo hacía con más fuerza. Los primeros grupos tuvimos problemas a la hora de intentar mantener ‘a salvo’ los instrumentos. Aprovecho para recordar que no se trata de una flauta o un tambor de juguete. Son instrumentos que llegan a costar más de mil euros y cuyo coste es asumido exclusivamente por las comparsas.
En un momento de la noche se hizo un parón para analizar si se suspendía el acto o no pero el concurso «ya estaba pagado». Las últimas agrupaciones, a sabiendas de que ya no se luchaba por ningún puesto y soportando un fuerte chaparrón, como le ocurrió a Umsuka Imbali, tiraron para adelante. Eso sí, prácticamente sin sonido, ni iluminación y con unos disfraces empapados. No somos los sufridores del Carnaval, ni cuatro aburridos en la vida cuyo único cometido es exigir o reclamar nada. Pero deben permitirnos luchar, desde nuestra posición, por un trabajo que tenemos todo el derecho de querer mostrar en buenas condiciones, sin exigencias, y con el máximo orgullo que corresponde.
Sepan que no nos vamos de la Margen Derecha por dinero, ni queriendo acabar con la tradición. Nos vamos, precisamente, para mantenerla y darle el trato que se merece.
