Viajeros al tren en Cáceres con café, bocatas y platos combinados
La terminal cacereña reabre tras cinco años su bar, que explotará durante una década la compañía Airfoods, una cadena con 30 establecimientos en España
Cuentan los veteranos de la ciudad que hace unas décadas no era raro terminar las noches de farra en la estación de trenes. Cuando ... cerraban todos los locales existía la posibilidad de tomar la penúltima entre raíles, o casi. La estación se mantenía abierta incluso de madrugada, porque había líneas como el Lusitania que pasaban en mitad de la noche. Eso no va a poder ser ahora, porque la nueva cafetería no abre en un horario tan prolongado, cierra por la noche, pero al menos sí va a permitir algo tan básico como comprar un bocadillo o tomar un café mientras llega el tren. Lo que es algo normal en cualquier parte aquí se había convertido en un imposible, aunque el tránsito de viajeros lo justifica de sobra.
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El pasado martes abría sus puertas la cafetería de la estación de Renfe después de cinco años sin funcionamiento. En 2021 se abrió la terminal ferroviaria de Cáceres después de unas obras en las que se invirtieron seis millones de euros. Durante más de un año, hasta que en 2022 instalaron máquinas de vending, era imposible comprarse una simple botella de agua. Era llamativo el contraste entre el aspecto nuevo y reluciente de la estación y la falta de servicios elementales. Durante este tiempo Adif, el administrador de las infraestructuras ferroviarias, sacó en varias ocasiones el pliego para la adjudicación de este recurso, que quedó desierto en distintas ocasiones.
La empresa encargada de desbloquear la cafetería de la estación se llama Airfoods, y es una compañía que cuenta con 30 establecimientos en aeropuertos de Aena y que ahora mete cabeza en la explotación de las cafeterías de Adif con la de Cáceres, Mérida y Plasencia. Aquí funciona con el nombre comercial que estableció Adif para esta cafetería: 'MÁs cosas'.
«No sabía que era el primer día de la cafetería, pero he llegado una hora y media antes y no sé qué hubiera hecho si no». Juanita Guevara esperaba el pasado martes su tren a Madrid para ir luego a Barcelona con un café entre las manos mientras su pareja degustaba una caña y un pincho. No ha sido una semana especialmente calurosa, pero se agradecía el fescor del aire acondicionado. Era una de las primeras usuarias de la cafetería de la estación del Renfe de Cáceres. Hacia el mediodía recibieron a los primeros clientes. Iban saliendo a buen ritmo bocadillos, cañas y cafés destinados no solo a personas en tránsito, sino trabajadores de la zona o que dan servicio a los viajeros, como los taxistas. Santi Guerra es uno de ellos. «Hacía falta, lo preguntaban mucho las personas que salían o llegaban en tren».
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«He llegado una hora y media a la estación, sin cafetería no sé qué hubiera hecho»
Juanita Guevara
Viajera
«Hacía falta ya, mucha gente preguntaba dónde podían tomar algo o comer antes de coger su tren»
Santi Guerra
Taxista
El color blanco y el naranja predominan en una estancia con un estilo standard, muy aséptico y sin toques locales. Estamos en la ciudad de Cáceres, pero podríamos ubicarnos en el aeropuerto de Barajas, en Sevilla o en cualquier de esos 'no lugares' que habitamos en tránsito hacia otra parte. Una madre y una hija esperan también que llegue su tren a Madrid. Mientras tanto la más joven contesta rápido sin quitar la mirada de la pantalla del ordenador. Le sorprenden las preguntas sobre la nueva cafetería. Para ella es normal que exista este recurso en un lugar en donde paran entre seis y siete trenes al día y por donde circulan cientos de personas.
La carta
Desayunos, bebidas y platos combinados componen la carta de este nuevo espacio que abre de siete de la mañana a nueve de la noche entre diario y de ocho de la mañana a nueve de la noche los sábados y domingos. La carta detalla los precios y la oferta de este local, en el que se ha empleado a cuatro personas. Hay una docena de bocadillos, con precios que oscilan entre los 4,30 y los 7,90. Entre los más baratos están el de tortilla de patata o chorizo mientras que los bocatas premium son los de jamón ibérico y cuestan 7,90. A 6,50 bocatas especiales de pollo, tomate, lechuga y mayonesa o perritos calientes. Hay un menú cerrado para el almuerzo, que ofrece un bocadillo, unas patatas y un refresco por 7,60.
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El que quiera un plato combinado también lo tiene disponible a la hora del almuerzo, ya que no se dan cenas. Hay tres: escalope de pollo, pollo a la plancha y lomo acompañados con patatas y ensalada, a 7,90. Ese mismo precio tienen las hamburguesas, de tres tipos, una que parece más 'gourmet' por el queso curado y la cebolla caramelizada. El desayuno se está convirtiendo en una especie de fiesta de guardar. La nueva cafetería de la estación ofrece packs de desayuno: el ibérico cuesta 4,50 y ofrece un café y una tostada con jamón ibérico mientras que el desayuno dulce ofrece un café y una pieza de bollería por 2,90 euros. Se despachan, además de agua y refrescos, bebidas alcohólicas: vinos, cañas y combinados. También hay todo tipo de snacks y pinchos.
Tal y como explicaba el cacereño Alberto Hernández, uno de los socios de Airfoods, que explotará durante 10 años este recurso, a la hora de diseñar la carta se ha aprovechado la experiencia en restauración en infraestructuras y el conocimiento de la región.
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Esta empresa, que surgió en el año 2003, introdujo en los aeropuertos españoles el concepto de marca implantada, con la firma de acuerdos con marcas internacionales como Subway, Costa Coffee, y Ben&Jerrys. También introdujo en distintos aeropuertos conceptos nacionales de éxito, como Tabernas Lizarrán, Pasta City, Telepizza y Cantina Mariachi. Actualmente está implantada en Madrid, Baleares, Fuerteventura, Almería, Murcia, Corvera, Santiago de Compostela, Atocha, Segovia, entre otras localizaciones.
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