Vandalizan el quiosco del Parque José María Saponi, en Cáceres
El hostelero que obtuvo la concesión descarta presentar denuncia pese a que invirtió unos 30.000 euros en una instalación que sigue sin funcionar
«Invertimos 30.000 euros con la ilusión de poner en marcha esto y mira lo que nos encontramos... Ni siquiera podemos abrir». El lamento ... es de Daniel Mariscal uno de los socios que, junto a Luis Rodríguez, obtuvo en 2018 la concesión del quiosco y la terraza del parque del Perú, ya conocido con el nombre del alcalde José María Saponi. El pasado fin de semana fue vandalizado. Uno de los laterales amaneció el domingo roto, con el toldo despegado de su soporte y el plástico que lo protege muy deteriorado. No se conoce la identidad de los autores.
«Todo lo que nos dice el Ayuntamiento es que denunciemos. Y la pregunta es, ¿sirve de algo? No lo creo. Aquí todo está saliendo mal porque ni siquiera se cumple la normativa para que podamos abrir», explica Mariscal, conocido hostelero cacereño que también regenta otros negocios como la cafetería Neptuno, El Aljibe o La Botica con su compañero. En el Perú se hicieron con la concesión municipal por un periodo de seis años, pero el contrato incluye una opción de prorrogarlo por tres más.
Dificultades
Las dificultades han acompañado a una actividad que cuando ha funcionado lo ha hecho con una buena respuesta de público, con familias completas disfrutando de actuaciones y de su servicio de barra y terraza. Hubo problemas con la Inspección sanitaria y a ello se añaden cuestiones de fondo ajenas a los empresarios como que la cocina y el almacén estén cerca de la depuradora del lago.
El toldo lateral apareció roto, con la protección deteriorada y el material por el suelo
El lugar ya ha sido objeto de quejas por la presencia de indigentes. Aún se mantienen allí algunos materiales. Los responsables de la concesión se han quejado en otras ocasiones por tener que limpiar ellos mismos deposiciones y orina. La imagen ha sido la de colchones, bolsas y enseres arrinconados junto a la barra de la cafetería.
«No nos molesta que estas personas estén aquí porque teníamos cerrado, pero ahora hemos comenzado a preparar unos eventos. La verdad es que la imagen es un poco penosa», admitía ya hace más de un año Daniel Mariscal. El problema del Perú con su quiosco se da aunque de forma diferente en otras dotaciones del Ayuntamiento muy parecidas. Es el caso del Rodeo, donde el chiringuito de hostelería literalmente se cae a trocos. Ha debido ser precintado debido a su mal estado. El Ayuntamiento tiene previsto desmantelarlo al ser inviable su reapertura.
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