Tres funcionarios denuncian agresiones y un intento de motín en la cárcel de Cáceres

«Un interno, de manera violenta, amenazó, insultó y agredió a un funcionario causándole diversas heridas en el costado. Fue secundado por otro preso, que rompió cristales a puñetazos e intentó amotinar al resto contra los funcionarios de servicio. Tras ser reducidos y en el traslado a la enfermería, siguieron insultando y amenazando de muerte, resultando otros dos agredidos, uno con un puñetazo en la cara y el otro con golpes en el cuello», relata el sindicato para describir los hechos que se habrían producido el pasado jueves.

Aseguran que «hace un mes en este mismo módulo se produjo una pelea entre internos con uno de ellos con lesiones múltiples». Además, también un hombre de 30 años y vecino de Plasencia apareció muerto la mañana del pasado día 8 en la cárcel de Cáceres, donde cumplía la prisión provisional que había decretado el juez como medida cautelar tras ser detenido.

El hombre estaba en la cárcel desde el 25 de abril y fue en la mañana del 8 de mayo, en el recuento habitual de los presos, cuando se echó en falta su presencia. El personal de prisión que acudió a la celda en la que se encontraba en su búsqueda comprobó que estaba muerto encima de la cama.

El informe forense emitido tras el levantamiento del cadáver, a la espera aún de la autopsia definitiva, deja constancia de que hay indicios de que su muerte pudiera haber sido violenta.

Esa es la segunda muerte que se registra en la prisión cacereña en los últimos meses. Cabe recordar que el pasado diciembre otro hombre apareció muerto. En este caso se trató de Marcelino M. M., un hombre de 70 años que estaba acusado de matar a otro de un disparo en la localidad de Mohedas de Granadilla y se quitó la vida en la cárcel precipitándose por el hueco de una escalera desde una altura de unos 10 metros.

Desde CSIF consideran la principal causa de la violencia «el hacinamiento». Detallan que descontando las celdas no operativas por razones de seguridad y las utilizadas para fines como almacenes o despachos, la ocupación ronda el 90%. «En estas circunstancias la clasificación de los internos y los programas de tratamiento a los mismos están abocados al fracaso», denuncian.

CSIF insta a acometer obras integrales en los módulos que modernicen las instalaciones y exigen a la dirección «la necesidad imperiosa de reducir la población reclusa de manera drástica o los episodios de violencia entre internos y funcionarios no harán sino crecer».

Desde CSIF solicitan a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias que dote a sus funcionarios de «mejores medios» y recuerdan que siguen en la «eterna espera de ser considerados agentes de la autoridad».