El SES recalca que los métodos aplicados en Psiquiatría «no son una tortura»
El coordinador de Salud Mental del área de Cáceres reconoce falta de recursos pero defiende este servicio
Normas y protocolos rigen las unidades de hospitalización de Psiquiatría. Son necesarias, explica Juan José Molina, límites que tratan de mantener la seguridad y el ... control de estos pacientes. Molina es el coordinador de Salud Mental del área de Salud de Cáceres.
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Consultado sobre las quejas que han llegado a este diario por parte de usuarios que estuvieron hospitalizados en Psiquiatría empieza por reconocer que «se puede mejorar» y que «faltan recursos», pero indica que hay pacientes que consideran que la atención está siendo «muy adecuada» y que la atención ha mejorado respecto cuando esta unidad estaba en el hospital Nuestra Señora de la Montaña. Justifica el hecho de que se desnude a los pacientes al entrar y se les despoje de todas sus posesiones por una cuestión de seguridad.
El paso por la unidad«no supone una curación, sino la contención del momento agudo»
Juan josé molina
Coordinador de Salud Mental del área de Cáceres
«Hay un estigma en salud mental, a veces encontramos pacientes en Urgencias que necesitan ingresar y no lo hacen por miedo, son ingresos complicados pero necesarios por la gravedad de su situación». Explica que hace cinco años el Defensor del Pueblo llevó a cabo una revisión en la que se validó el trabajo de esta unidad. A una de ellas se llega (hay cinco en la región) «por criterios clínicos, cuando hay riesgo para la persona o para terceros», explica este psiquiatra. Se trata de ingresos motivados por «psicopatologías agudas» que siempre tiene que autorizar un psiquiatra.
Molina quiere dejar claro que los métodos aplicados «no son una tortura ni un castigo», sino que todos forman parte de protocolos legales y establecidos. Llama la atención que pueda llegarse a atar a un paciente con correas. Es un método llamado de contención mecánica que se establece para prevenir daños o conductas autolesivas y al poner en marcha protocolos como el de fuga o riesgo sexual.
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En algunos casos se trata de medidas de carácter voluntario, igual que dejar bajadas las persianas de la habitación, señala Molina. Desde hace dos años en esta unidad de hospitalización se aplican terapias electroconvulsivas, lo que comúnmente se conoce como electroshock. Consiste en la administración de un estímulo eléctrico en la superficie craneal que está indicado en el tratamiento de enfermedades psiquiátricas graves resistentes a otros tratamientos.
En la planta de hospitalización psiquiátrica de Cáceres hay cuatro habitaciones individuales y nueve dobles, además de zonas comunes y los pasillos. Toda la planta está videovigilada excepto las habitaciones dobles. Molina señala que una característica específica de este tipo de hospitalización es que los pacientes pueden moverse por todo el espacio e interactuar entre ellos.
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Están asignados a este servicio cuatro psiquiatras y un psicólogo. «Intentamos que las visitas sean diarias y hacemos terapias grupales», señala Molina, que recalca que el paso por la unidad de hospitalización psiquiátrica, por la que en 2022 pasaron 681 pacientes «no supone una curación sino la contención del momento agudo» en muchos casos a través del ajuste de medicamentos en momentos de crisis psicóticas, maniacas o de euforia o en casos riesgo de suicidio. La media de estancia suele ser 10 u 11 días.
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