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La Fiscalía Provincial de Cáceres pide tres años de cárcel para un hombre por publicar expresiones racistas y violentas en la red social X, un ... total de 18 'posts' que fueron escritos durante dos meses, desde diciembre de 2023 hasta febrero de 2024.
Los mensajes tienen un alto grado de violencia verbal y fomentan y promueven «el odio y la violencia física contra personas extranjeras, en particular de origen magrebí, y también contra personas cuyo color de piel es negra, por motivo de su hostilidad a las personas que son inmigrantes y así como de menoscabar su dignidad», precisa la Fiscalía de Cáceres en las calificaciones que llegan hoy a la Audiencia Provincial, en donde tendrá lugar este juicio por delito de odio.
Las brutales expresiones son respuestas a noticias o a hilos en esta red social. En la primera de ellas hace apología de la utilización de armas, algo que recorre la mayor parte de las publicaciones . «Hay que ir armado por la calle siempre, si aparece algún moro a tocar los cojones, navajazo al cuello y listo. Para que llore mi madre que llore la suya» escribió.
Vuelve de forma reiterativa en sus publicaciones a la idea de matar a personas magrebíes o negras. «Si el negro está indocumentado has matado a alguien que no existe por lo tanto no existe delito», llega a escribir y publicar, y también «una vez que le quitas el cuchillo hay que usarlo para despellejar al cerdo moruno». Las menciones a escopetas y pistolas para acabar con la vida de los migrante son frecuentes en estos escritos que hoy se juzgan.
La expresión «moros de mierda» aparece en una buena parte de los 'post' que publicó la persona acusada, que llega a proponer «colgar 200 musulmanes en cada plaza del pueblo, son una plaga y que exterminarla, no respetan los derechos humanos que están por encima de sus absurdas creencias».
Son abundantes las críticas a la política de migración. «Esto pasa por dejar entrar simios en los países, antes se traían en jaulas para que los viese la gente y luego de vuelta a la jungla», llegó a escribir en esas publicaciones en redes por las que ahora tiene que enfrentarse a la justicia. «Es que no hay que meterles en la cárcel ni deportarles, lo que hay que hacer es meterlos en un barco y tirarlos en medio del mar, no sirven como humanos, así que no merecen estar dentro de la humanidad». También propone «el uso de nuestros impuestos» para llevar a cabo la expulsión de migrantes. El acusado cerró su perfil de X de manera voluntaria.
Los delitos de los que se le acusa se enmarcan en el artículo 510.1 del Código Penal, con penas de cárcel de uno a cuatro años para «quienes públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo, una parte del mismo o contra una persona determinada por razón de su pertenencia a aquel, por motivos racistas, antisemitas, antigitanos u otros referentes a la ideología, religión o creencias, situación familiar, la pertenencia de sus miembros a una etnia, raza o nación, su origen nacional, su sexo, orientación o identidad sexual, por razones de género, aporofobia, enfermedad o discapacidad».
En este caso además la pena se agrava por su difusión en Internet. Además de enfrentarse a los tres años de cárcel la Fiscalía Provincial también pide una multa de 11 meses con cuota diaria de 12 euros y responsabilidad personal subsidiaria. También se le impondrá la pena de inhabilitación para profesión u oficios educativos en el ámbito docente, deportivo y de tiempo libre.
El escrito de Fiscalía no se precisa quien llevo a cabo la denuncia, aunque declararán como testigos-peritos agentes de la Guardia Civil.
El pasado mes de abril tuvo lugar otro juicio por un delito de odio en el que el acusado evitó los 10 meses de cárcel a los que se le condenó a cambio de participar en programas de igualdad de trato.
Los hechos tuvieron lugar en junio de 2022 cuando el acusado acudió la consulta con el objetivo de que la facultativa pautase al menor un tratamiento. Al negarse esta le gritó diciéndole que le diera el medicamento, y la llamó «guachapina de mierda», caricaturizando su origen peruano. Este tipo de frases se repitieron varias veces en la consulta y en el exterior de la misa.
Al hombre, que tendrá que hacer frente igualmente a una multa de 1.800 euros, se le impuso también la obligación de no acercarse al lugar de trabajo donde ejerce doctora, una medida que se redujo a 50 metros por tener un hijo que frecuenta centros hospitalarios.
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