Piden dos meses de prórroga para terminar la reforma de la ermita del Vaquero de Cáceres
La empresa que ejecuta la rehabilitación había previsto acabar a finales de agosto, pero ahora amplía el plazo hasta el 19 de octubre
Estaba previsto que la rehabilitación de la ermita del Vaquero, situada en la calle Caleros de Cáceres, finalizara a finales de este mes de ... agosto. Es decir, en cuestión de días, pero la Junta de Extremadura, que financia la obra, se ha visto obligada a ampliar los plazos después de que la empresa que ejecuta los trabajos, la firma placentina OCR Extremadura, haya solicitado una prórroga.
La ampliación de plazo ha sido, en concreto, de dos meses. De esta manera, la nueva fecha fijada para la terminación de la intervención es el 19 de octubre, según la información facilitada a este diario desde la Consejería de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes.
La rehabilitación de esta ermita acumula ya varios retrasos previos. El primero de ellos ha estado provocado por el encarecimiento de los materiales de obra. La Junta preveía sacar a licitación esta intervención a finales de 2021 por un importe de 143.927 euros. Pero la administración se vio obligada a recalcular el presupuesto. Con un año de demora, las obras se adjudicaron finalmente por un importe total, IVA incluido, de 183.070 euros, un 25 por ciento más que el primer dato manejado para la intervención.
Además, según ha podido saber este diario, una vez que ya estaba adjudicada la obra la empresa tardó en empezar varias semanas. Se trata de la misma firma que se ha encargado de arreglar la Plaza de Toros, que ha sido sometida recientemente a trabajos de mejora. La rehabilitación de la ermita del Vaquero tenía un plazo inicial de siete meses, que ahora se ha transformado en nueve.
En qué consisten
Las obras incluyen el cambio de cubiertas, la recuperación de la fachada y el desmontaje del retablo y el camarín. La construcción está tocada por los problemas generados por las filtraciones de agua. Esta ermita se levanta sobre el solar que se cree que albergó en su día la casa de Gil Cordero, el pastor al que, según la tradición, se le apareció la Virgen de Guadalupe. El origen de la construcción del templo se remonta al siglo XVII. El proyecto sobre el que se articula la intervención está realizado por el estudio cacereño de arquitectura Cruz&Rueda.
«La humedad ha afectado muy negativamente a los retablos de estilo barroco del siglo XVII, pues con la humedad han perdido parte de las pinturas y la madera sufre ataques xilófagos. Destacamos la gravedad y el pésimo estado de conservación del retablo del camarín», se recogía en el informe previo a la obra.
La obra está destinada a buscar una solución a todos los problemas de humedades existentes en el encuentro de la ermita con la muralla. Hay que recordar que la construcción conserva en su patio interior un tramo del lienzo almohade y que la ermita linda, además, con el jardín de una vivienda anexa, la casa del ermitaño. «Ambos jardines carecen de canalización y evacuación de las aguas de lluvia», reza la memoria. Las obras reconducirán toda esta agua procedente de los jardines, además de aportar otras mejoras.
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