María Cuenca, educadora de la guardería Piruleta, que se enfrenta a la bajada de los nacimientos. ARMANDO MÉNDEZ

Negocios de Cáceres azotados por la caída de la natalidad

Crisis. La escasez de niños unida a los efectos de la pandemia ha dañado a comercios infantiles, guarderías y ludotecas, algunos de los cuales han tenido que cerrar

Cristina Núñez

Cáceres

Sábado, 18 de marzo 2023, 08:19

Que la natalidad está bajo mínimos es algo de lo que año a año somos conscientes con cada nuevo proceso de escolarización. En 2010 ... nacieron en Cáceres 1.034 niños de madres residentes en la ciudad, según las estadísticas del INE. En 2020 esa cifra, que corresponde a los que empezarán el colegio el próximo curso, se ha reducido a 671. Son 363 niños menos, aunque 19 más que en 2019. Es un pequeño repunte en una situación que parece que no termina de remontar. Las aulas van reduciéndose año tras año y se prevé que los recortes continúen.

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No solo los pupitres se quedan vacíos. La situación pasa factura también a los negocios locales dedicados a los niños. Guarderías, ludotecas, tiendas de zapatos, ropa o accesorios sufren un declive en el que la caída de la natalidad se une a otros factores como la competencia imparable de Internet o la crisis propiciada por la pandemia, de la que algunos no se terminan de recuperar aunque los efectos más perniciosos de la misma hayan pasado.

Joana López y su marido montaron 'La Casita de Nerea' hace ocho años en la ahora peatonalizada Gómez Becerra. Vendían ropa y complementos para niños Ambos tenían otros empleos, pero decidieron emprender. La aventura duró hasta finales de 2022, cuando decidieron echar el cierre. «No es que nos fuera mal, pero las previsiones no eran buenas», señala Joana, que asume que la caída de la natalidad es patente.

César Hernández cerró Planeta Mágico, aunque ha abierto un nuevo local en Charca Musia. ARMANDO MÉNDEZ

Reconoce que las ventas por Internet les perjudican. Durante la pandemia, cuando pudieron, hicieron entregas a domicilio intentando también ser competitivos. «Se nota también la pérdida de poder adquisitivo», analiza Joana. «La gente intenta aprovechar la ropa y cosas que les pasan sus familiares». No es la única tienda de esa calle que va a echar el cierre, también termina etapa 'Zapatines', que lleva 35 años calzando a los niños cacereños. Calles como Gil Cordero mostraban hace pocos años una considerable variedad de oferta para niños que poco a poco ha ido quedando barrida.

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Fue sonado el cierre del Kiddy´s class de la calle Pintores hace tres años. Esta clausura fue motivada por la política de Inditex de reducir el número de tiendas en calle y limitarlas a los centros comerciales. En esta zona resiste Nati, incólume al paso del tiempo y a los cambios demográficos.

Ocio

El mundo del ocio y los cuidados también se ha resentido en los últimos tiempos. Desde 2010 llevaba ubicada en Ronda del Carmen, muy cerca de Colón, el espacio Planeta Mágico, que dirigía Cesar Hernández. En su caso, lee este empresario, el cierre tuvo que ver con la pandemia sobre todo. «Mientras en hostelería u otros negocios podían abrir con limitaciones aquí nos quedamos con los locales cerrados y sin poder desarrollar nuestra actividad», lamenta Cesar. No pudo llegar a un acuerdo con el dueño de su local. Cerró temporalmente pero luego tuvo que hacerlo de forma definitiva. Ahora gestiona Espacio Magic en la Charca Musia, naves que alquila para la celebración de acontecimientos privados como cumpleaños, aunque de momento no ha podido replicar el modelo que tenía en Colón, en donde había una ludoteca a la que se podía llevar a los niños a cualquier hora, además de los cumpleaños. Él no considera que la caída de la natalidad haya propiciado el cierre de su negocio, sino más bien el mazazo que les propició la pandemia y ser un sector «olvidado» para las ayudas.

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El conocido espacio Cúcara Mácara cesó su actividad. JORGE REY

En la calle Jesús Domínguez ha cerrado todo un clásico de los cumpleaños infantiles en la ciudad, que recuerdan incluso personas que ya son adultas porque estuvo abierto muchos años. Se trata de Cúcara Mácara, en el que durante más de dos décadas se han llevado a cabo celebraciones con el común denominador del teatro. Este diario no ha podido contactar con su dueña, aunque desde hace tres años sus redes sociales permanecen inactivas. En el local, donde aparece el cartel de 'Se alquila', todavía se ven las ilustraciones infantiles del escaparate que daban la bienvenida a los niños que celebraban allí sus fiestas.

Las guarderías también han notado esa caída en la natalidad. El número de niños que entran a las escuelas infantiles para el periodo de 0 a 3 años ha disminuido considerablemente. En el último lustro han cerrado Koala, que estaba en la Ronda del Carmen o la guardería Arcoiris, en el Parque del Príncipe.

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En la calle Hernando de Soto está la guardería Piruleta, cuyas anteriores dueñas cerraron y hace un año abrió la joven educadora María Cuenca Díaz. A pesar de las dificultades le pone ganas al negocio pese a que el número de alumnos es bajo. «Tengo ocho, y en esta guardería ha llegado a haber 30». Cree que la política de la consejería de Educación de abrir aulas de 1 a 2 años en los colegios, quita fuelle a las guarderías privadas, además de que los niños escasean. Ella, no obstante, ofrece todas las opciones para ayudar a la conciliación.

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