José Polo sobre Emilio Tuñón: «Ha dotado a Cáceres de un lenguaje arquitectónico»
El dueño de Atrio junto a Toño Pérez destaca la impronta dejada por el arquitecto en la ciudad y recuerda también a Luis M. Mansilla, coautor de varios de los proyectos, fallecido en 2012
José Polo, dueño de Atrio junto Toño Pérez, no puede ocultar su alegría por el Premio Nacional de Arquitectura concedido a Emilio Tuñón, artífice ... de sus dos grandes proyectos en Cáceres: el lujoso hotel de la plaza de San Mateo que alberga el afamado restaurante de dos estrellas Michelin, y Casa Paredes, la nueva y exclusiva apuesta de Polo y Pérez en la Ciudad Monumental que está a punto de abrir sus puertas.
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«Es un premio muy merecido. Es reseñable y destacable que haya sido el Coade (Colegio de Arquitectos de Extremadura) el que presentó el expediente. Al principio no fue fácil con la obra de Atrio», recuerda Polo en referencia al rechazo inicial que generó en la ciudad este proyecto, el último que acabaron juntos Emilio Tuñón y Luis M. Mansilla antes del fallecimiento en 2012 de este último. Los lazos entre los dueños de Atrio y Tuñón siguieron y en él, junto al arquitecto Carlos Martínez de Albornoz, confiaron para rehabilitar el caserón palaciego, de los siglos XIV y XV, que compraron en la calle Ancha para transformarlo en once suites con servicio de mayordomo. La obra acaba de terminar.
«Hemos aprendido mucho y nos han dado mucho. Son unos profesionales increíbles. Se involucran mucho en sus proyectos. Vienen todos los jueves a visitar la obra», cuenta a modo de detalle Polo. Y apostilla: «No les mueve el dinero». Pone como ejemplo que a Tuñón recurrió la prestigiosa firma de moda Prada para rehabilitar un edificio en Madrid y que rechazó el encargo. «Dijeron que no era para ellos. Creen mucho en los proyectos que van a hacer», añade. El empresario cacereño recurre a una frase pronunciada por Rafael Moneo (maestro de Tuñón y Mansilla) para asegurar que el nuevo Premio Nacional de Arquitectura «ha dotado a la ciudad de un lenguaje arquitectónico», en referencia al sello dejado en Atrio, Casa Paredes y el Museo Helga de Alvear. Los tres edificios comparten rasgos, como los pilares blancos de hormigón, toda una seña de identidad ya en Cáceres.
«A Atrio vienen grupos de todos los colegios de arquitectura de España para ver su obra. Y tuvimos a arquitectos de Nueva Zelanda que estaban de viaje por todo el país y dijeron que la obra que más le había gustado era la de Atrio». «Nos gusta decir que él ha aprendido de gastronomía y nosotros de arquitectura», admite sobre el enriquecimiento personal que les ha supuesto trabajar con Tuñón. «Estoy muy contento», zanja José Polo, feliz por la noticia.
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