¿Qué ha pasado este sábado, 6 de diciembre, en Extremadura?

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Arriba, la fuente 'La Palmatoria', la Cruz en los 40, su estado actual y la noticia del cambio en la plaza de América; abajo, la Cruz de Badajoz y a la derecha, de nuevo Cáceres, esta vez en los 50.

Cumple 80 años la construcción más polémica de Cáceres: la Cruz de los Caídos

Desdela Moto de Papel ·

Sergio Lorenzo

Cáceres

Domingo, 20 de mayo 2018, 08:42

Me lo dijo una vez el recordado compañero Fernando García Morales. Paseábamos por Cánovas; estábamos junto a la estatua de Gabriel y Galán y mirando a la cercana Cruz de los Caídos dijo:

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–Esa: La Cruz, es la construcción que más polémica ha originado en Cáceres. De vez en cuando se habla de que hay que quitarla, de que hay que enviarla a tal o cual sitio; le tiran pintura, le hacen pintadas... pero ahí sigue.

Me contó que pocos cacereños sabían que para poner la Cruz de los Caídos se quitó otro monumento, que se había colocado en 1934.

–A ese sitio, donde terminaba o empezaba Cáceres, le llamaban el paseo del triángulo y allí se colocó una fuente con un obelisco. Los cacereños, tan dados siempre al cachondeo, le llamaron la fuente del lápiz o la palmatoria, porque parecía una vela. Que yo sepa sólo hay una fotografía de esa fuente.

Poco después me la enseñó. Era una fotografía de la colección de Marchena, en donde posaban en la fuente la familia Herrero (la reproducimos aquí).

Escribimos hoy de la Cruz de los Caídos de Cáceres, porque el pasado 11 de mayo cumplió 80 años. Hemos encontrado en el servicio de documentación del Diario HOY, una noticia publicada el 10 de septiembre de 1937, en la que se informaba de que el Ayuntamiento, siendo alcalde Narciso Maderal, decidió quitar 'La Palmatoria' para levantar una cruz de piedra en homenaje a los cacereños caídos en la guerra, «y dar el nombre de Generalísimo Franco a la calle de Pintores, la principal de Cáceres».

La obra empezó ese mismo mes y terminó en mayo de 1938. El proyecto fue del arquitecto municipal Ángel Pérez, el mismo que hizo el monumento al Trabajo (la torre de la Plaza de Antonio Canales); o en la avenida de España la Casa de los Picos y la Chicuela (ésta desaparecida); la escuela de Maestría Industrial de la calle Gómez Becerra o el cine Norba (derribado). Se adjudicó al contratista Juan García Fernández, y costó 169 euros (28.041 pesetas de entonces). El mármol fue traído de la Sierra de Alconera (Badajoz).

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Dos días antes de la inauguración, el 9 de mayo de 1938, llegó a Cáceres Pilar Primo de Rivera (1907-1991), jefa nacional de la Sección Femenina a la que se le hizo un grandioso recibimiento, «ante ella desfilaron 15.000 camaradas y 300 banderas. A su paso se soltaron más de mil palomas», se escribió en los periódicos.

En la inauguración estuvo acompañada por el Capitán Luna (1893-1960), líder de la Falange de Extremadura, indicando la noticia del Diario HOY que se rezó un multitudinario padrenuestro ante la Cruz, con toda la gente de rodillas. Tras la inauguración, en el Gran Teatro se hizo una función en la que intervino Angelita Capdevielle con sus coros infantiles y se representó la obra «¡Arriba España!» de Manuel González Gil.

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La Cruz, de más de doce metros de alto, era inmensa en lo que al principio fue casi un descampado; pero con los años la ciudad fue creciendo y terminó rodeada por grandes edificios que la empequeñecieron. Al llegar la Democracia se alzaron las voces que hablaron de derribarla o cambiarla de sitio;pero resistió al quitar las frases de terminología franquista, y señalar que ya no era en memoria de los muertos del bando de Franco, sino en memoria de todos los muertos por la patria, como quedó reflejado en una placa.

Fueron muchos los que dijeron que tenía que ser llevada al cementerio, como hizo la ciudad de Badajoz. Pero la Cruz de los Caídos de Badajoz no fue buen ejemplo, porque dio quebraderos de cabeza.

Era bastante más pequeña que la de Cáceres, pero se había puesto sobre un enorme pedestal en el punto más alto de Badajoz, en la Alcazaba. En 1986, siendo alcalde Manuel Rojas, se trasladó al cementerio municipal. La Confederación Nacional de Excombatientes de España, recurrió en los tribunales la decisión municipal, y ganó, primero en la Sala de lo Contencioso Administrativo de la Audiencia Territorial de Extremadura (ahora Tribunal Superior de Justicia de Extremadura), y luego en el Tribunal Supremo. Al final, la Cruz de los Caídos se trasladó a los jardines de Puerta Trinidad, formando parte del monumento al Héroe Caído, rodeada por esculturas de Ávalos.

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La Cruz de Cáceres ni se movió, aunque siguió siendo el lugar elegido por los nostálgicos para, con camisa azul y correajes, cantar el Cara al Sol y colocar coronas de flores el 20 de noviembre, el día de la muerte de Franco.

Hubo quien aún quiso hacer más visible la Cruz, diciendo que había que instalarla en la parte más alta del Cerro de los Pinos.

Uno de los últimos intentos de quitarla lo protagonizó, en 2007, la entonces consejera de Cultura y Turismo Leonor Flores, que presentó el proyecto de hacer un bulevar que uniera el Parque de Cánovas con Aldea Moret, quitando la Cruz para colocar en ese lugar un auditorio.

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Las polémicas siguen... mientras que la Cruz no se mueve.

La otra noche, en la terraza del bar-librería Psicopompo, un parroquiano se quejaba:

–¡Vaya ciudad! Más de uno que venga a Cáceres por primera vez y vea, primero la cruz enorme y luego la bandera de España gigante... se marcha sin parar a tomar ni siquiera un café.

–¡O no! – le replicó enseguida otro amigo de bebidas espirituosas – Pues anda que no he visto yo a gente hacerse fotos con esa bandera y esa cruz.

Y sigue la polémica.

¡Bendito país!

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