Cuatro años de cárcel por un delito de odio contra un joven homosexual en Valencia de Alcántara

Según los hechos considerados como probados por el tribunal, el condenado sabía la condición de homosexual de su convecino de Valencia de Alcántara. A las cinco de la madrugada del 17 de julio de 2020, los dos coincidieron con más gente en el paraje 'La Playa' de Valencia de Alcántara. Cuando un amigo del procesado le pidió un cigarrillo, él se puso a la altura del joven, que estaba sentado en un banco, se desabrochó el pantalón, acercó los genitales a la cara del joven y dijo que lo que tenía era un puro. El joven se levantó del banco y le recriminó lo que había hecho, pero el procesado según la sentencia, «lejos de amilanarse y, con el propósito de seguir oprobiándole por su tendencia sexual, le acometió corporalmente propinándole, cuando menos, dos empujones que le hicieron caer otras tantas veces de manera violenta al suelo, al tiempo que le decía 'Te mato, maricón de mierda', o similar».

Como consecuencia de la agresión el joven sufrió lesiones en tórax, abdomen, en la cara y en la mano izquierda. Tuvo un síndrome de estrés postraumático que necesitó tratamiento psicoterapéutico. El suceso le afectó ya que se mostró esquivo parar salir con sus amigos y empezó a ir menos a su pueblo desde la ciudad en la que vive.

El procesado ha sido encontrado culpable de un delito de lesiones y otro delito de lesión a la dignidad de una persona por razón de su orientación sexual (delito de odio). Por cada uno de los delitos se le condena a dos años. Se le impone indemnizar a la persona a la que agredió con la cantidad de 9.600 euros, y no podrá comunicar ni acercarse a él durante tres años. También debe pagar una multa de 2.700 euros.

El condenado aseguró que él había sido la persona agredida, pero el tribunal indica que ni denunció esa supuesta agresión, ni recibió asistencia médica alguna. Dice la sentencia que él agredió dos veces a su víctima, al pasar de una ofensa a su dignidad al poner sus genitales ante su cara, a la integridad física, dándole empujones para tirarle al suelo mientras le decía que le iba a matar, refiriéndose a él con la expresión «maricón de mierda».

Esta sentencia se puede recurrir en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Cáceres.