La capitalitis de Cáceres
Capitalidades. La gastronómica y deportiva cuestan dinero, la cultural, ideas y estrategia
Cáceres fue Capital Gastronómica de España en 2015 y será Capital Europea del Deporte en 2026. Lo que no consiguió fue ser Capital ... Europea de la Cultura en 2016. Se diría que Cáceres ha tenido que consolarse con dos títulos menores que, además de por méritos, se obtienen pagando a entidades privadas, mientras que el título oficial y gratuito, el que otorga la Unión Europea, se hace de rogar: no se consiguió en 2016 y se aspira a obtenerlo en 2031.
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Mientras tanto, nos vamos entreteniendo con estos galardones menores que vendemos como un gran logro y como la certificación de nuestra calidad deportiva y gastronómica, que no se niega, no, pero no lo es por estos premios 'pagados' y en algún caso, compartidos. Cáceres tiene una gran importancia gastronómica por ser capital de la provincia con más DOP (Denominación de Origen Protegida) de España, por la cantidad de restaurantes de calidad que existen en la capital, encabezados por Atrio, y por la revolución de los chefs rurales: 54 restaurantes de calidad en pueblos de la provincia de los que 46 han abierto en los últimos 25 años.
Sin embargo, hubo que pagar 125.000 euros para obtener el título de Capital Española de la Gastronomía y así sentirnos de verdad culinariamente importantes. La distinción la otorgaba la Federación de Periodistas y Escritores de Turismo de España y la Federación Española de Hostelería, donde, según me confesó el interesado, teníamos bien colocado a un jurado de Badajoz que hizo por Cáceres Capital Gastronómica 2015 lo mismo que hizo José Antonio Samaranch para que los Juegos Olímpicos de 1992 se celebraran en Barcelona.
Ahora ya es un título más caro: 170.000 euros pagó Oviedo en 2024 por ser referencia gastronómica española. De todas maneras, justo es reconocer que el canon y los 850.000 euros que se invirtieron en Cáceres en actos sirvieron para promocionar la ciudad y conseguir que hoy sea destino gastronómico, eso sí, con unos precios elevados.
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Como las ciudades modernas padecen capitalitis, Cáceres ha conseguido también ser declarada Ciudad Europea del Deporte y aspira a serlo de la Cultura. La capitalidad cultural será exclusiva, no habrá otra en España, pero la deportiva suena un poco a desmadre porque no solo Cáceres ostentará el título de Ciudad Europea del Deporte 2026, sino también Valladolid, Oviedo, Palencia, Móstoles y Torrejón de Ardoz, que han abonado 2.350 euros más IVA por inscribirse para optar al título, además de costear los gastos de la visita de la comisión que evalúa y firmar un acuerdo de patrocinio e imagen con ACES, la entidad privada sin ánimo de lucro que otorga este y otros reconocimientos: Capital Mundial del Deporte, Capital Mediterránea del Deporte, Ciudad Africana del Deporte, Ciudad Sudamericana del Deporte, Isla Europea del Deporte, etcétera.
Tampoco es una cantidad desorbitada. Sale más barato este título que una campaña en Gran Vía o una presencia potente en Fitur. Pero más allá de los honores comprados, está la gran apuesta de la Capitalidad Cultural. Iris Jugo, coordinadora general del Consorcio Capital Europea de la Cultura 2031, está haciendo un buen trabajo y tiene ideas interesantes. Luego ya se sabe que a la hora de la selección, te la juegan, como sucedió con 2016, se inventan una votación de cero a ocho en la que un solo miembro votando cero a Cáceres se cargó las aspiraciones extremeñas (lo contaban Marta Jiménez y Elena Medel en su libro «Córdoba 2016. El viaje a ninguna parte») y se te queda cara de tonto. Pero ya que no se puede comprar, nos consolaremos con participar y cruzar los dedos para que no nos la jueguen.
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