Es la primera vez que veo la gala completa de la guía Michelin. El hecho de que hubiera posibilidades de que Atrio por fin fuera ... galardonado con esta merecidísima tercera estrella me produjo una necesidad que se vio recompensada con una alegría personal infinita cuando anunciaron su nombre.
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Aún recuerdo mi primer contacto con Atrio. Yo tendría 10 u 11 años (año 88/89) y junto con mis padres celebramos algo muy importante en el restaurante que por entonces estaba en la Plaza de los Maestros. Aquella experiencia de ver cómo había otras maneras de disponer los alimentos en el plato me llamo la atención. Quizás aún no tenía criterio para comparar si me gustaba más o menos en boca, pero había cosas que me parecían auténticos tesoros, como los platos o aquellas cuberterías que pesaban muchísimo.
Años después, tras estudiar cocina, lejos de casa, te das cuenta de la magnitud que alcanzan Atrio y José y Toño cuando tus referentes de restaurantes de toda España catalogan el restaurante de tu «pueblo» como uno de los diez mejores del país.
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A finales de los noventa, cuando aparece el libro de 'Gusto y gustos por Extremadura', empiezas a tomar conciencia de que no es un restaurante más. Es a partir de ahí cuando mi interés sobre ellos y ese restaurante 'diferente' aumenta. Entre otras cosas porque valoran de manera fiel la formación de su equipo de colaboradores y buscan la excelencia en todos los procesos de producción y la especialización de las personas que los desarrollan.
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Pero no solo eso es lo que les hace diferentes: la sala con esa elegancia pero sin perder el perfil de cercanía y familiaridad, aunque siempre sabiendo que estás en un lugar repleto de experiencias; el baile de los camareros en la sala y sus exposiciones llenas de literatura gastronómica hacen que presagies tu sonrisa permanente durante todo el proceso de comer.
En los últimos tiempos mi cercanía hacia su casa ha aumentado si cabe de manera más intensa, ya que nos une una relación de amistad profesional que hace que los alumnos de la Eshaex (Escuela Superior de Hostelería) siempre tengan un hueco reservado en la tan demandada plantilla de 'staff' de Atrio, recompensándoles en muchas ocasiones, con una inserción profesional o un experiencial laboral que marcará su trayectoria profesional.
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Por todo esto, sus estrellas Michelin son hoy el orgullo de alumnos, profesores, profesionales del sector y todos aquellos extremeños que tenemos la suerte de que gracias a ellos, nuestra gastronomía sea conocida, reconocida y respetada a nivel internacional. Gracias, amigos.
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