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El Arco de la Estrella. :: Armando Méndez
El Ayuntamiento cacereño excomulgado y una lucha de vírgenes

El Ayuntamiento cacereño excomulgado y una lucha de vírgenes

En Cáceres hay dos Vírgenes de la Estrella, otra de las interesantes historias de esta siempre sorprendente ciudad

SERGIO LORENZO

Domingo, 11 de diciembre 2016, 09:41

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Eran casi las siete de la tarde del pasado viernes, las tristes luces led de Navidad apenas sacaban de la penumbra a los cacereños, cuando el fotógrafo Armando Méndez llegó a la Redacción. Venía de hacer una fotografía en la Biblioteca Pública de Cáceres, en donde se celebraba el Día Internacional del Laicismo y de la Libertad de Conciencia, con una charla coloquio en la que intervenía Milagrosa Carrero, presidenta de Cáceres Laica, además de Víctor Casco y Juan Verde, de Extremadura Laica-Europa Laica.

- ¿Qué? ¿Había gente? - Le pregunté mientras seguía juntando letras en el ordenador.

-Sobre unas 20 personas.

-Es que en Cáceres la gente es más bien religiosa; sólo hay que ver la cantidad de personas en las procesiones de Semana Santa y de la Virgen de la Montaña.

Pasó entre nosotros el fotógrafo Salvador Guinea, y me atajó inmediatamente.

-No te creas que Cáceres siempre ha sido así. Hubo una vez un obispo que excomulgó a casi media ciudad. Te voy a enviar, para que investigues, una fotografía de la escultura de una virgen que hay medio escondida en el cementerio, que estuvo en el origen de un enfrentamiento entre la Iglesia y el Ayuntamiento de Cáceres.

Por correo electrónico me envió varias fotos de una escultura de gran tamaño, hecha en mármol, que se encuentra en el ábside de la capilla del Cementerio Municipal. Una imagen de la Virgen que en su brazo izquierdo sujeta al Niño Jesús, mientras que en la mano derecha sostiene una vara con una estrella. Supe entonces que en Cáceres hay dos Vírgenes de la Estrella, empezando a buscar y encontrar datos sobre otra de las interesantes historias de esta siempre sorprendente Cáceres.

Según pude leer en un extenso artículo de María del Carmen Díez González, publicado en la Revista Norba-Arte en el 2006; en los blogs de Alfonso Soler y de Juan de la Cruz Gutiérrez, y en el libro 'Ventanas a la ciudad' del maestro Fernando García Morales, en el comienzo del siglo XVIII la Ciudad Monumental tenía cinco puertas. Tres de ellas eran de origen romano: La del Arco del Cristo, la del Socorro o de Coria (desaparecida) y la de Mérida (también desaparecida); de más reciente creación entonces estaba la de Santa Ana y la conocida como Puerta Nueva, hoy llamada del Arco de la Estrella.

La Puerta Nueva se había hecho para comunicar mejor la zona amurallada con la gran plaza en la que se hacía el mercado, la actual Plaza Mayor. En este lugar había una pequeña capilla con una pintura que en 1587 hizo Lucas Holguín sobre la Virgen de la Estrella. El obispado de Coria, al que pertenecía Cáceres, tenía y tiene en este lugar un Palacio Episcopal y Sancho Antonio de Velunza de Corcuera, que fue obispo entre 1716 a 1731, decidió sustituir el lienzo por una gran escultura de mármol, que encargó en Badajoz. La imagen, que se transportó en dos carretas, era demasiado grande y el obispo comenzó a hacer obras en la Puerta Nueva sin permiso del Ayuntamiento. Fue entonces cuando se inició la polémica, ya que el obispo decía que la puerta era suya al estar allí la capilla de la Virgen de la Estrella, asegurando algunos que el obispo quería cobrar a cada arriero que pasara por allí con mercancías; mientras que el Concejo aseguraba que era de los cacereños.

El Ayuntamiento quería mejorar la Puerta, porque era pequeña para la gran cantidad de tráfico que había, y se encontró con un adinerado noble, con Bernardino de Carvajal y Sande, II conde de la Enjarada, que dijo que costeaba la obra si se le permitía hacer la puerta en esviaje, es decir oblicua para que su carruaje pudiera dirigirse sin problemas de maniobras a su casa, que era el Palacio de Moctezuma. Obispado y Ayuntamiento se enfrentaron y los gobernantes de la ciudad ganaron.

El 26 de agosto de 1726 llegó a Cáceres el arquitecto y escultor salmantino Manuel de Larra Churriguera, de la saga familiar de arquitectos barrocos suya obra se caracterizó por su recargada decoración. Era sobrino del famoso José de Churriguera (1665-1725) y también de los arquitectos Joaquín y Alberto de Churriguera.

Manuel de Larra hizo un plano, que aún se conserva, de la puerta y se puso manos a la obra, no sin el disgusto del obispo Sancho, que el 26 de octubre firmó una cédula en la que notificó que quedaba excomulgado el Ayuntamiento de Cáceres, el noble que pagaba la reforma, el maestro Manuel de Churriguera y hasta, «oficiales y peones que están trabajando en la obra».

Para que nadie se quejara, el Ayuntamiento aprobó que se colocará en una hornacina sobre la puerta, una discreta imagen de la Virgen de la Estrella, que es la que hay en la actualidad, hecha en arenisca de Villamayor, la famosa piedra que prolifera en Salamanca, en donde Manuel de Larra trabajó para terminar la Catedral Nueva entre 1741 y 1751, y en 1749 hizo la bóveda y estanterías de la biblioteca de la Universidad. En la provincia de Cáceres, realizó el acceso al recinto amurallado de Cáceres desde la Plaza Mayor; en el Monasterio de Guadalupe levantó la Iglesia Nueva; en Coria hizo la espadaña de la iglesia de Santiago y la torre de la Catedral, y en Trujillo reconstruyó el Palacio de los Marqueses de la Conquista.

¿Y qué pasó con la estatua de la Virgen del obispo? Se puso en la fachada del Convento de San Francisco, hasta que una vez que se inauguró el cementerio, en 1844, fue condenada al ostracismo colocándola en la parte de atrás de la capilla.

Lo curioso de esta historia es que el Concejo de Cáceres escribió al Vaticano, preguntando al Papa si de verdad estaba excomulgado.

El Vaticano aún no ha respondido, por lo que puede que no estuviera de más que alcaldesa y concejales, que van a las procesiones, hubieran ocupado el viernes alguno de los numerosos asientos vacíos del salón de actos de la Biblioteca Pública. No vaya a ser...

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