Las bandas de Semana Santa vuelven a sonar este domingo en el Teatro López de Ayala de Badajoz
El recital está organizado por la banda de tambores y cornetas del Resucitado de Badajoz y contará también con presencia de agrupaciones de Talavera la Real, Oliva de Mérida y Villafranca de los Barros
Tras dos años de silencio impuesto por la pandemia, las bandas de Semana Santa desenfundan sus instrumentos para meter a los pacenses en el cuerpo la música de las procesiones.
Lo harán este domingo en el Teatro López de Ayala, un cita que empezará a las 12 de la mañana y que reunirá a cuatro formaciones musicales, con las que están representadas las diferentes modalidades que ponen música a los pasos de la Semana Santa.
La anfitriona y la que organiza el certamen de marchas procesionales es la Banda de Cornetas y Tambores del Resucitado, la única de la ciudad, y la que pone música al paso más alegre de la Semana Santa pacense, el del domingo de Resurrección.
Junto a ella, tocarán la agrupación musical de Oliva de Mérida, la Banda Municipal de Música de Talavera de la Real (que es una formación con mucha presencia en la Semana Santa pacense y que suele acompañar a la Virgen de la Aurora en la procesión del Resucitado) y la Banda de Cornetas y Tambores Virgen del Pilar de Villafranca de los Barros, que es una de las formaciones más potentes de la región.
El Resucitado, el anfitrión
«La presencia de distintos estilos musicales: bandas de cornetas y tambores, agrupaciones musicales y bandas de música; nos permitirá disfrutar de un repertorio variado y sus sones nos anticipará la semana de Pasión», destaca la banda del Resucitado, que adelanta que se podrán escuchar marchas tan famosas como 'La Pasión', 'Santa María' o 'A esta es'.
Las entradas pueden comprarse ya en la taquilla o a través de la página web del teatro López de Ayala y tienen un precio único de 3 euros. Lo recaudado será para sufragar el mantenimiento de la propia banda del Resucitado, básicamente los instrumentos y los uniformes, ya que reconocen que después de dos años sin procesiones, «la caja está a cero porque nuestros únicos ingresos vienen de las hermandades a las que acompañamos».