El Gurugú ofrece a sus niños un verano saludable
Este barrio situado entre El Progreso y Los Colorines hace actividades de refuerzo y excursiones para que los escolares llenen de contenido las vacaciones
paula venera vital
Domingo, 31 de julio 2022, 15:32
El Centro Social del Gurugú realiza un año más su campamento de verano. Una iniciativa que se realiza en el Centro Social del barrio y ... acoge a niños de entre cinco y 17 años. En estos dos meses pueden disfrutar de multitud de actividades, como excursiones a La Codosera, Lusiberia, la playa de Chele, el cine, juegos en el colegio del barrio y también de las actividades de 'Vive el verano'.
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A estas actividades están apuntados unos 60 niños, aunque como cuenta José Murillo, «están viniendo entre 40 y 45 cada día». Pero eso no es todo, hay bastantes chicos en lista de espera, reconoce Jose con tristeza.
El Gurugú es un barrio marginal de Badajoz conocido por la delincuencia y el vandalismo, pero no todo es lo que parece. En 2008, cuando comenzó la crisis económica, un grupo de voluntarios vio necesario crear un Centro social para la supervivencia de su barrio donde pudieran acoger a niños en verano, en un jornada de 9.30 de la mañana a 14.00 de la tarde, de lunes a viernes. En ese tiempo les dan el desayuno y la comida, les ayudan con el refuerzo de sus materias escolares y realizan actividades.
José Murillo, Sergio Gonzalez, Marta Flores, Manuel Álbez y Pedro Pozo. Esos son los nombres de los cinco monitores que dedican su día al bienestar de estos niños. «La asociación no cierra en ningún momento y no siempre estamos contratados», afirma José.
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Como cuenta José Murillo, «queremos un verano lo más normal posible para los niños, que no sientan que vienen a un comedor social sino a un campamento».
José, monitor de ocio y tiempo libre, también cuenta que los adolescentes asisten desde pequeños y que «él mismo fue uno de esos chicos hace años»
Estas actividades las subvenciona la Fundación CB desde sus comienzos, que aporta entre 11.000 y 12.000 euros para los dos meses del verano. Desde el Gurugú le propusieron este proyecto a la Fundación y les encantó la idea. «Somos pioneros en esto, hicimos el primer comedor social en Badajoz», añade José Murillo, que comenzó como voluntario cuando todavía no había subvenciones.
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Con posterioridad Cruz Roja y el Ayuntamiento se fijaron en estas situaciones. «Nuestro objetivo es que sean niños, sin etiquetas» «No vendemos esto como un comedor sino como actividades de verano», explican Sergio González y José Murillo, que trabajan los 365 días del año en esta asociación, aunque también realizan otros trabajos.
El campamento busca ser un espacio seguro para los niños, donde aprendan, se diviertan y tengan una alimentación adecuada. De esta forma no están en la calle, viendo y viviendo muchas de las cosas que se mueven por el barrio, como el vandalismo o el tráfico de drogas.
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«Lo que intentamos es inculcarles normas, valores y el orden que les falta porque muchas veces no se lo enseñan en el barrio ni en su familia» «Todo el tiempo que estén aquí están en un ambiente controlado y no están en la calle»
Esta iniciativa no solo se lleva a cabo en verano, durante el resto del año, de cuatro de la tarde a nueve de la noche les dan la merienda, realizan actividades deportivas y les ayudan con las tareas. Incluso tienen una murga infantil.
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El colegio del barrio, el Santa Engracia, colabora con el centro cediéndoles el patio, donde pueden disfrutar de una pista de baloncesto y un campo de fútlbol, aunque no están en las mejores condiciones. También juegan a bádminton utilizando un portón de rejas como red.
Un huerto para todos
El colegio tenía un terreno al que no le daba uso y se lo cedió a uno de los vecinos del barrio, un señor de 80 años, de la armada marina, que ha convertido ese terrero en un huerto para el barrio. Cosecha berenjenas, tomates, pimientos, sandías, lechugas, pepinos y calabacines.
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Los niños disfrutan recogiendo las verduras con sus monitores. Además, todos los alimentos que están maduros y en buen estado los llevan a las instalaciones de la asociación para que la cocinera prepare ensaladas y guisos para comer. Les gustan tanto que «muchas veces no queda ensalada para cuando comemos nosotros», cuenta Marta Flores,
Las clases están divididas en un aula para los tres primeros cursos de Primaria. Para su educación y refuerzo, utilizan cuadernos al estilo de los tradicionales Rubio, que les da la fundación La Caixa.
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La Junta de Extremadura también subvenciona las actividades durante el resto del año, pero cuentan José y Sergio, trabajadores de la asociación, que con los trámites burocráticos «los tres primeros meses del año o incluso más no reciben nada de dinero».
Además, se quejan de que el dinero que aporta al programa es insuficiente para que tengan un sueldo digno y puedan mantener el centro.
Los voluntarios también tienen un lugar en este campamento, según cuenta José. A raíz de la pandemia el número de voluntarios se ha reducido, pero antes de esto tenían «tantos voluntarios que no cabían dentro del centro y se tenían que repartir en distintos días»
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«Demasiado bien están estos niños para las historias que tienen detrás», cuenta afligida Marta, que es maestra de Primaria.
Un barrio olvidado
El Gurugú es un barrio al que su su fama le precede, pero quizás no se les ha dado la oportunidad que necesitan.
Según cuentan en el centro social, los taxis no llegan hasta allí, los repartidores de comida tampoco, no tienen comisaría de policía ni supermercado, las calles menos transitadas están destrozadas y desgastadas por los años... Pero a pesar de las quejas, añaden, «el Ayuntamiento no hace nada, solo arreglan las calles de la entrada al barrio».
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Esa es la razón por la que dicen estar indignados por las visitas de concejales que llegan llenos de promesas para «arreglar» el barrio, pero nunca hacen nada.
Los vecinos piden una comisaría policial, pistas deportivas y viviendas sociales, al tiempo que rechazan la construcción de un centro de acogida que agrave la situación de estos barrios y que además perjudique a los internos, al tener tan cerca zonas donde pueden conseguir drogas.
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