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Ripios en el camino que sale de Circunvalación hacia el Pico. :: CASIMIRO MORENO
Los caminos del Pico del Guadiana en Badajoz se llenan de escombros y basuras

Los caminos del Pico del Guadiana en Badajoz se llenan de escombros y basuras

Con las mejoras en esta zona y en los parques de ambas márgenes ha aumentado la afluencia de vecinos, que se quejan de falta de limpieza

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Viernes, 23 de febrero 2018, 07:48

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Hay un camino que conecta el nuevo parque de la margen izquierda, junto a la gasolinera de Circunvalación, con el puente que lleva al Pico del Guadiana. Antes era una zona poco transitada, apenas algún pescador, pero el arreglo de este área hace que, cada día, pasen deportistas y vecinos de paseo. Nuria Campón no falla ni una sola mañana. Está cerca de su casa y le gusta ir para poder soltar a su perro. «Me encanta porque es una zona abierta, junto al río y con vistas a la Alcazaba. Que dirías que es idílico, pero vas pisando escombros, basuras, condones, de todo. Una pena».

Campón se refiere a uno de los puntos más sucios del Pico. Está cerca de la entrada de vehículos por San Roque, por lo que es un punto con fácil acceso. Por eso hay numerosos vertidos de ripios y basuras. También es una zona que se ha popularizado para acudir en coche y mantener encuentros sexuales. Por esa razón se va llenando de papeles y preservativos que, según los usuarios, no se recogen nunca.

La transformación de las márgenes del Guadiana a su paso por Badajoz en parques ha logrado que ambos paseos se vuelvan muy populares entre los vecinos. La afluencia de público también ha aumentado en el Pico, el tramo de tierra metido en el río, entre el arroyo Rivillas y la desembocadura del río Gévora, es decir, entre ambas márgenes.

La obra de rehabilitación de la Margen Derecha del río Guadiana en Badajoz incluyó el arreglo de los caminos de la zona de El Pico y la instalación de varias plataformas sobre el agua que facilitan el paso. Pero la mayor afluencia de público no ha sentado del todo bien a esta zona, que se está llenando de basuras y ripios, según denuncian los vecinos que suelen pasear por este espacio.

El problema más acuciante es la acumulación de restos de obra. A los lados de los caminos, a los que se puede acceder en coche, se han producido vertidos ilegales. Así hay ladrillos, baldosas, restos de cerámica de baños, etc. Estos escombros están, en varios puntos, a solo unos metros del río.

«Esto tiene que ser peligroso. Es una zona natural, junto al río, junto a las aves y se están acumulando hierros y de todo», se lamenta Javier Pacheco, un jubilado que también pasea con su perro a diario. «Pero tengo mucho cuidado que no se meta en los escombros porque podría herirse. Hace unos meses, era todavía final de verano, me encontré un ciclista que había pinchado porque se encontró con un montón de cristales rotos en medio del camino, de repente. Él mismo se dedico a moverlos con unos palos para que no se los encontrase otro ciclista».

Los usuarios, ya que es una zona muy utilizada para pasear e ir en bicicleta, se quejan también del poco cuidado de algunos vecinos que tiran basuras como latas, bolsas, papeles y demás. «La culpa es de los que llegan en una furgoneta y tiran ladrillos, que es una vergüenza, pero también del que viene a pasear y deja el zumo o la bolsa de patatas en el suelo o lo que pasan un domingo junto al río y esparcen las basuras del picnic en cualquier parte», se lamenta Nuria Campón.

Papeleras y limpieza

Los usuarios habituales reclaman que se instalen en los caminos del Pico papeleras, al igual que en el resto de parques de las márgenes. Aunque sea una zona agreste y más abierta, creen que estas papeleras servirían. «Le dirían a la gente que aquí también hay que tirar los restos porque cada vez viene más gente a pasar el día. Hay domingos que esto parece Tres Arroyos», explica Ramón Merino, un joven que suele pasar en bicicleta. «Fue una alegría que adecentasen la zona para poder pasar. Yo suelo ir desde San Roque hasta la zona del Molino de los Moscoso, que también suele estar llena de basuras, pero pasamos de tener un sitio bonito a ensuciarlo todo, como siempre».

Es habitual que haya vertidos o que se celebren comidas y dejen los restos en la zona

Este joven y otros usuarios coinciden en que, además de basuras, sería importante contar con mayor vigilancia policial, ya que se trata de una zona apartada que puede dar sensación de impunidad a los infractores. La semana pasada, por ejemplo, la Policía Local realizó tres operaciones contra los vertidos de ripios y enseres que concluyeron con tres actas de denuncia. Los infractores fueron sorprendido en la Banasta, la Dehesilla de Calamón y el Cerro de San Miguel y se enfrentan a multas de entre 751 a 3.000 euros de multas.

Por último, los vecinos piden que se limpie. «Está mal que la gente tire bolsas, botellas o lo que sea, pero también que no se limpie nunca porque hace dos años que paso por los caminos y no he visto recoger nada y toda esta basura se va al río. Es una pena», se lamenta Raquel Pachón, otra usuaria que acude a correr a estos caminos.

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