El botellón sigue cada fin de semana, a pesar de estar prohibido desde 2020
El veto ha logrado reducir las reuniones, pero no acaba con una práctica que tiene sus riesgos en los menores y el consumo de alcohol descontrolado
En Felipe Checa, en el parque infantil, en las Vaguadas, en el entorno de la Puerta de Palmas y en cualquier sitio donde puedan estar ... resguardados. Los jóvenes se reúnen en torno a una bolsa de plástico, cubos de hielo, vasos desechables y botellas de alcohol cada fin de semana.
El botellón continúa en Badajoz, casi cuatro años después de su prohibición a raíz de la pandemia, en marzo de 2020. Han cambiado sus formas. Ya no son concentraciones masivas en el paseo fluvial o el entorno del Vivero, sino pequeños grupos que buscan espacios escondidos. Bajo los puentes que sobrevuelan los arroyos del Rivillas y Calamón también se ven bolsas algunas mañanas de fines de semana. La prohibición ha reducido esta práctica, pero no ha logrado eliminar este tipo de ocio.
En días de fiesta se dispara. La Policía Local ha desalojado en tres ocasiones la plaza de los Alféreces estas Navidades. Lo hizo en la tarde-noche del día 24 de diciembre, el último día de 2023 y el 5 de enero. Estas concentraciones, algo más numerosas, se han dado entre septiembre y octubre en el parque de las Viudas o en el auditorio Ricardo Carapeto, donde la Policía llegó a desalojar a unos mil jóvenes tras el verano. Los agentes pueden poner multas de hasta 300 euros con la llamada ley regional antibotellón en la mano.
Badajoz no es la única ciudad extremeña que impide el consumo de alcohol en la calle. Plasencia lo vetó en 2011 y apenas quedan grupos. De forma puntual se puede encontrar alguna reunión pequeña en el parque de La Isla, en las traseras del edificio para la Creación Joven. En Mérida, se pueden ver grupos dispersos en el parque de la Isla o advertir los restos de basura a la mañana siguiente. El Ayuntamiento emeritense, como el de Badajoz, lo prohibió con la crisis sanitaria y solo levanta el veto en feria y Carnavales.
Precisamente, Carnaval es uno de los momentos del año en que el Ayuntamiento de Badajoz abre la mano. Todos los años, de hecho, se generan críticas porque la fiesta de interés turístico internacional pueda parecer en algunos momentos un macrobotellón.
La portavoz municipal, Gema Cortés, ha rechazado esta semana que el Ayuntamiento se plantee extender la posibilidad de hacer botellón a todos los fines de semana.
Los jóvenes se debaten. Entre quienes abogan por una regulación que aumente la concienciación sobre los riesgos del consumo de alcohol, aleje a los menores y ponga el acento en la inspección de tiendas que vendan botellas a niños por debajo de 18 años. Y quienes no quieren pisar una reunión de este tipo. Algunos porque se han sentido arrastrados por el alcohol.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión