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El Ayuntamiento volverá a autorizar la apertura de bares en el Casco Antiguo de Badajoz

El Ayuntamiento volverá a autorizar la apertura de bares en el Casco Antiguo de Badajoz

Se ha encargado una nueva ordenanza para restringir el área de la zona saturada de ruidos y evitar que siga lastrando la inversión hostelera

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Viernes, 6 de diciembre 2019, 08:51

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El Ayuntamiento de Badajoz va a levantar el veto a la hostelería en el Casco Antiguo, donde no se puede abrir un bar nuevo desde el año 2010. Para ello acaba de encargar una nueva ordenanza del ruido con el fin, sobre todo, de evitar que la zona saturada de ruidos (ZAS) siga frenando la inversión en el barrio histórico.

La idea es que la congelación de licencias de apertura se mantenga solo en las calles con problemas de ruido y en el resto, abrir la posibilidad de que se instalen nuevos negocios. Para ello es necesario flexibilizar la regulación municipal de la zona saturada de ruidos vigente desde hace nueve años y que, en la práctica, cubre casi la totalidad del Casco Antiguo.

Actualmente, el problema del ruido se concentra en unas pocas calles y plazas del Casco Antiguo, sin embargo el área de influencia de la zona saturada de ruidos es mucho mayor. Esto es así porque como explica el concejal de Urbanismo yProtección Ambiental, Carlos Urueña, «el principal defecto de la actual normativa es que se considera desproporcionada a la hora de delimitar la ZAS, al marcar como zona de respeto acústico un perímetro de 100 metros desde el último punto de medición, abarcando manzanas completas».

La consecuencia –añade– «es que se incluyen como ZAS a áreas de la ciudad donde realmente no hay ningún problema».

El principal efecto de esta declaración es que se ha suspendido la concesión de licencias urbanísticas y de usos y actividades a nuevos establecimientos públicos, así como el traslado de los que ya están abiertos, para las actividades que se consideran que son origen de la contaminación acústica que sufre el Casco Antiguo.

En este caso, se incluyen discotecas, bares de copas, restaurantes, cafeterías e incluso locales de comida rápida si pretenden vender en horario nocturno.

Esto se ha traducido en que desde hace nueve años no se abre un bar nuevo en la ZAS, de la que solo se salvan la Plaza Alta y la zona más próxima a la Ronda del Pilar. Así la cifra de bares, restaurantes y cafeterías, que suman 73, está congelada desde el año 2010.

En este escenario, el Ayuntamiento reconoce que «la actual normativa del ruido supone un freno para iniciativas de rehabilitación que involucren actividad comercial u hostelera. Un caso específico es el Campillo, donde muchas manzanas son consideradas ZAS».

«La actual normativa es un freno para iniciativas de rehabilitación que involucren actividad comercial u hostelera»

Un ejemplo muy reciente es el interés por abrir un espacio de coworking en la calle Concepción Arenal con cafetería. Con la actual normativa del ruido, el Ayuntamiento no puede autorizar esta inversión.

Estas situaciones son las que han llevado a la Concejalía de Protección Ambiental a encargar a una empresa la redacción de una nueva normativa que sea –explica– «más acorde con la realidad (la actual está vigente desde el año 1997 y no se ha modificado desde entonces) y que legisle formas de medir el ruido más estrictas y fiables».

«El objetivo último –apunta Urueña– es proteger a los vecinos de Badajoz de cualquier tipo de contaminación acústica de manera eficiente y aplicando una normativa que no sea contraproducente para el desarrollo económico y comercial de los barrios».

El nuevo texto, que tendrá que ser aprobado por la corporación municipal en pleno, podría estar listo el próximo verano y vendría a actualizar la regulación de la ZAS, que está vigente hasta el año 2021. Entonces habrá que volver a hacer mediciones para ver si han bajado o no los niveles de contaminación acústica.

Durante los nueve años que el Casco Antiguo se considera acústicamente contaminado, el veto a la hostelería no ha solucionado el problema de los decibelios. Por eso, aunque los vecinos y empresarios están de acuerdo con flexibilizar la ordenanza, entienden que no es la receta para desprenderse del título de ZAS.

«Estamos de acuerdo en que se flexibilice para permitir la apertura de cafeterías y restaurantes sin equipos de reproducción sonora. Nuestra ordenanza es muy dura al respecto, pero para acabar con el problema hay que poner en marcha medidas que reduzcan el ruido en la zona satura de ruidos», explica Luis Pacheco, de SOSCasco Antiguo.

En este sentido, en el recién creado Consorcio Ciudadano (donde están vecinos, antirruidos, empresarios, comerciantes y asociaciones de defensa del patrimonio) se han propuesto que el barrio histórico deje de estar señalado por la contaminación acústica sin que ello signifique acabar con la hostelería «Es uno de los servicios principales para el desarrollo del barrio», apostilla Pacheco. Para ello están trabajando en un borrador con medidas correctivas para presentarlo al Ayuntamiento y aunque este tema ha provocado los primeros desencuentros, confían en llegar a un documento de consenso.

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