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Un micrófono midiendo el ruido en la calle San Juan. HOY

El Ayuntamiento retoma la elaboración de una nueva ordenanza de ruidos

Quieren flexibilizar la actual para que puedan abrir nuevos negocios hosteleros en el centro pero que causen poca contaminación acústica

NATALIA REIGADAS

BADAJOZ.

Domingo, 27 de junio 2021, 08:12

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Badajoz tendrá, ahora sí, una nueva ordenanza del ruido. El objetivo es flexibilizar la actual normativa y así permitir que vuelvan a abrir negocios hosteleros en el Casco Antiguo. La concesión de nuevas licencias está parada desde 2010. La intención del Ayuntamiento pacense es que pueda haber restaurantes, cafeterías o incluso locales de comida rápida que ahora mismo se ven afectados por las mismas restricciones que los bares de copas, aunque el nivel de contaminación acústica no es el mismo.

No es la primera vez que el Consistorio anuncia este mismo cambio. A finales de 2019, la Concejalía de Urbanismo ya contrató a una empresa para elaborar una nueva ordenanza. El concejal de esta área, que también gestiona Protección Ambiental, Carlos Urueña, explica por qué nunca se llevó a cabo. «Con el tema de la covid, la empresa que lo iba a hacer no pudo porque no tenía trabajadores y caducó el contrato», detalla y añade que sacarán un contrato nuevo en breve que esperan tener este mismo año. «La idea es tener ordenanza nueva en seis u ocho meses».

En estos momento, según avanza el responsable de Protección Ambiental, están estudiando como modificar la normativa para abrir la puerta «a establecimientos que no causen ruido».

El Consistorio espera que las siguientes mediciones permitan una zona saturada de ruidos más reducida

La ordenanza actual, de 1997, equipara una discoteca o un bar de copas a una cafetería, un restaurante o cualquier negocio hostelero. «Nos gustaría poder flexibilizarlo para permitir, por ejemplo, cafeterías o un café-teatro», dice Urueña.

En segundo paso, según detalla el concejal, será tener una zona saturada de ruidos «más lógica», lo que será más sencillo tras la flexibilización de la ordenanza municipal.

Las llamadas zonas saturas de ruidos son, oficialmente, zonas acústicamente saturadas (ZAS). Se trata de áreas urbanas que sufren contaminación excesiva de ruido, ya sea por los bares de copas, el tráfico, las fábricas, etc. En estos entornos se pueden plantear una serie de restricciones para limitar el impacto. En el caso de Badajoz, paralizar la concesión de licencias de hostelería, que está congelada en el centro desde 2010.

Esto ha supuesto, según asegura el edil de Urbanismo, que la zona pierda oportunidades de negocio que cree que podrían ser compatibles con el descanso de los vecinos. Por ejemplo, Urueña desvela que hubo un proyecto hostelero unido a la recuperación de un edificio con valor histórico que no pudo tramitarse. También piensa en el futuro. «La zona del Campillo está pendiente de regenerarse, allí no hay bares ni problemas de ruido, pero está dentro del ZAS por lo que no podrían abrirse negocios que podrían animar el entorno».

En principio el Ayuntamiento esperaba que la Zona Saturada de Ruidos caducase este 2021, pero pidió una consulta a los servicios jurídicos del Ayuntamiento y han determinado que esta protección se extiende hasta junio de 2022. «Modificar el ZAS ahora mismo, el plazo que supondría, sería el mismo que esperar a que se cancele», indica Urueña.

En las mediciones que se han realizado se ha detectado mucho menos ruido y esto se une a la voluntad del Ayuntamiento de cambiar la ordenanza actual de ruido en la ciudad. «Entiendo que nos saldrá una zona saturada de ruidos mucho más lógica», dice el concejal.

Demasiado extensa

¿A qué se refiere con lógica? Más reducida. La actual ZAS abarca todo el Casco Antiguo, solo se salva la Plaza Alta y una parte de la Ronda del Pilar. Es demasiado extensa porque el problema del ruido se centra en ciertas calles, por ejemplo, San Juan.

El Consistorio espera tener tanto la nueva ordenanza como la reforma de la zona saturada de ruidos antes del verano de 2022, lo que podría ser un llamamiento para nuevos proyectos en la zona monumental.

«En el Casco Antiguo, si queremos regenerarlo, hacer una renovación y que reviva, para mí, la restauración es un aliado, no un enemigo. Es la que va abriendo brecha en muchos casos en zonas donde antes no se iba. Ocurrió en la Plaza Alta».

Otro fenómeno que puede acabar con el conflicto del ruido en el Casco Antiguo, o al menos aliviarlo, es la apertura de locales de ocio en la zona del río. Al tener terrazas, y gracias a la pandemia, se han puesto de moda y pueden ser una tendencia a la larga.

Para el edil de Protección Ambiental, es una ventaja. «Me parece muy bien porque todo lo que sea no molestar a los vecinos... Es importante el ocio, pero igual de importante o más el descanso de los vecinos. Hay que buscar el equilibrio, que ambos derechos puedan convivir».

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