Antonio Vaquerizo: «No hemos cerrado el bar solo estamos de vacaciones»
El dueño del negocio donde se produjo el tiroteo el pasado 29 de febrero aclara que el 31 de mayo reabren con un rótulo nuevo para alejarse de las imágenes que lo asocian a aquel suceso
El Café-Bar Vaquerizo, que se hizo famoso en Badajoz por ser escenario de un crimen a plena luz del día, sigue abierto, aunque ... estos días se vea con la persiana bajada. «No hemos cerrado, solo estamos de vacaciones hasta el 31 de mayo», ha explicado hoy jueves a este diario Antonio Vaquerizo, su dueño. Y es que estaba corriendo el rumor de que tras el tiroteo ocurrido el pasado 29 de febrero, el negocio no había conseguido remontar.
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No es así, ha aclarado. «Suelo coger las vacaciones partidas en quince días en verano y quince días en invierno, pero esta vez las hemos cogido ahora porque hace ocho meses que soy abuelo, a los padres se les ha acabado el permiso y tenemos que ayudar con la nieta», cuenta contento. Por lo demás, todo sigue igual, el 31 de mayo (viernes) reabrirán y, salvo los martes en que da descanso al personal, estarán abiertos mañana y tarde excepto los domingos, que cierran a las cinco de la tarde. La novedad, añade, es que el cartel de Café-bar Vaquerizo lo está renovando y a las nuevas letras le ha añadido unas luces led para que la nueva imagen no se asocie a las fotos que circularon el día del asesinato.
El Café-Bar Vaquerizo es conocido por sus migas con jamón. Tiene 17 años de vida junto a la gasolinera Cepsa en el cruce de la carretera de Sevilla con la 'autopista'. Antonio reconocía esta mañana a HOY que es cierto que al principio tuvo dudas, y que aquel suceso supuso un antes y un después, ya que apenas cuatro meses antes, en noviembre, su negocio había sufrido un robo a mano armada. Después, el pasado 29 de febrero, tuvo lugar el ajuste de cuentas que acabó con la vida de un hombre de 34 años que recibió cinco de los once tiros que se produjeron mientras desayunaba, por lo que cerraron. Sin embargo, seis días después Antonio reabrió el negocio y pensó en cambiarle el nombre al bar, pero al final no lo hizo. Desde entonces, explica, «el público ha respondido y estamos muy agradecidos a los clientes porque aunque reiniciamos muy bien, luego hubo un bajón de gente y me asusté . Estaba costando recuperarse, pero luego ha empezado a remontar la cosa, la gente se ha olvidado del morbo y de hacer preguntas sobre lo que ocurrió. La verdad es que vuelve a haber muy buen ambiente, así que el 31 de mayo volvemos a abrir».
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