Aloa enseña arte contemporáneo a los niños pacenses

Agua, luz, origen y aire son las cuatro líneas sobre las que trabaja la artista. Un origen que transmite a sus alumnos gracias a la arena de su pueblo, que muchos de ellos utilizan para decorar sus piezas.

«Estoy haciendo una montaña con un río, que es mi paisaje favorito y estoy esperando que la pintura se seque para así poder echarle la arena», contaba Emilio, que había dibujado un paisaje abstracto sobre la pieza de puzzle donde cada niño debía plasmar sus sensaciones.

«Lo que más les llama la atención es el lienzo, porque el taller ha surgido a partir de mis obras y yo trabajo con el bastidor convencional, que es cuadrado o rectangular, pinto en piezas de puzzle que yo misma creo», explica.

Para que a pesar de su corta edad, los participantes puedan entender la obra de López, ella misma les hizo un recorrido por su exposición que desde el mes pasado se exhibe en las salas de la Fundación CB.

«Les he explicado mis trabajos y cómo los realizo ya que el taller está orientado al arte contemporáneo y los niños no están tan familiarizados con esto», indica la artista, que subraya que en artes plásticas los niños están más acostumbrados a que se les enseñe lo figurativo, lo que se ve. Es decir, aquello que se puede copiar. «Lo que yo quiero que aprendan en mi taller es que a través de la pintura también se puede transmitir sus sensaciones, sus sentimientos sin tener que copiar algo en concreto».

Esto mismo es lo que Aloa hace a través de sus piezas de puzzle. Unos lienzos a los que llegó después de cuatro años en búsqueda de un proyecto donde todo encajara. «Pintar sobre estas piezas me permite ser más libre en mis creaciones. Todas encajan, y algunas cuentan una historia por sí misma mientras que otras necesitan de las demás para transmitir el mensaje», explica.

Estas piezas de madera, que ella misma fabrica, y de las que ha creado una línea edición limitada de tamaño mini, fueron las que ayer se llevaron los participantes a sus casas.

«Antes de comenzar a pintar les he enseñado la importancia que tiene crear una buena base para que agarre bien la pintura», señaló. Para que los colores se pegaran bien a las piezas que son de madera los doce participantes del primer turno, hubo dos, tuvieron que mezclar pintura blanca de pared y cola.

Con las piezas preparadas los colores comenzaron a inundar cada una de las partes del recuadro desigual. Unos se inspiraron en el fútbol, otros prefirieron dibujar elementos que le recordasen al verano y, solo algunos de ellos siguieron la línea de lo abstracto mezclando colores que evocaban a paisajes.

«Quiero hacer una cascada, para eso tengo que darle con pintura blanca al color azul para simular la caída del agua», decía uno de los participantes.

A diferencia de los participantes en la jornada, que pintaron aquello que más les gustaba, Ana utiliza sus piezas como un diario y a través de ella cuenta lo que le sucede. «A través de la pintura represento mis vivencias. Si quiero representar que he estado en la playa de Málaga utilizo materiales que traigo de allí», cuenta.

Un metro mide la pieza de mayor tamaño que tiene en su colección. En una de ellas mezcla colores acrílicos con otros elementos para expresar cómo la naturaleza lo invade todo. «Es lo que vimos durante el confinamiento, cuando las plantas ocuparon su espacio en las carreteras que estuvieron meses sin ser transitadas», apunta.

La temperatura es otra de la técnica que utiliza en muchos de sus trabajos, pero que no pudo mostrar a los pequeños que se iniciaron en este arte. «Algunos de mis trabajos llevan pintura epoxi, que se necesita secar a una temperatura estable, para ello utilizo un horno donde las seco a 36 grados», afirma.

Técnicas del arte contemporáneo desconocidas por muchos en la región, donde Ana echa en falta historia nueva. «Tenemos mucha historia, pero no tenemos gran cantidad de avances en lo que a arte se refiere».

Para que esta situación mejore el arma más fuerte según la artista es la enseñanza, algo de lo que sabe bastante ya que ha pasado unos años dedicada a la docencia. «En el colegio deberían darle más importancia al arte, es una materia importante para los niños, ya que les ayuda a comprender muchas cosas y les exige una dinámica a la hora de trabajar», apunta.

En este sentido los padres consideran un privilegio que sean los propios artistas quiénes muestren a los niños cómo trabajar el arte, ya que para ellos Ana les puede aportar una visión distinta del mundo.

Un mundo que Aloa recoge en piezas de un puzzle que se podrán ver hasta el 30 de agosto en la calle Montesinos, mientras que otra se expondrán estos días en una feria de arte contemporáneo en Mónaco.