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Con 88 metros de altura la torre del edificio Ibercaja es la más alta de Extremadura, un hecho que saben bien los 150 corredores que ... este sábado han participado en la primera Carrera Vertical que se ha celebrado en el interior del edificio y que les ha obligado a sortear las 736 escalones, 368 en la subida y otras tantos en la bajada, de las 15 plantas que componen la torre.
«Ha sido una experiencia muy divertida con mucho compañerismo, que es lo que sucede en las carreras populares. Ha sido muy bonita», decía Rosa Clemente, que participó junto a su amiga Rosario González.
La carrera que consistía en subir y bajar las 15 plantas de la torre en el menor tiempo posible estaba dividida en tres modalidades. A las once de la mañana tomaron la salida los inscritos en la competición por pareja. A continuación lo hicieron los equipos, que podían ser de un máximos de cuatro personas, y terminaron corriendo los corredores individuales.
«Es una carrera muy sencilla tan solo hay que subir y bajar el edificio. Pero algunas modalidaes también llevan una extensión de la prueba que consiste en hacer sentadillas, saltos a un cajón y zancadas con pesas al llegar a la planta baja», comentaba Rocío Navarro una de las organizadoras.
Esta carrera solidaria ha sido organizada por Almattia y SPZIron Training, dos de las empresas que tienen sus oficinas en el edificio de Ibercaja. «Es algo que se nos ocurrió hace un año y medio porque las empresas que estamos aquí queríamos hacer algo diferente, ya que a veces organizamos desayunos, y se nos ocurrió hacer esta carrera que es algo que se realiza en las grandes ciudades», explicó Navarro.
Para este tipo de pruebas se eligen los edificios más altos de las ciudades. En su primera edición en Extremadura, los organizadores están contentos por el éxito que ha supuesto. «Hemos tenido muchos participantes, por lo que el próximo año no solo queremos repetir sino que queremos ampliar categorías», contaba otra de las organizadoras de la prueba, Pilar Coslado.
El campeón de la prueba, José Robledo tardó un total de tres minutos y cincuenta y cuatro segundos en subir y bajar la torre. Cinco minutos y medio tardó María de la Cruz Blanco. Ambos fueron los campeones individuales de la I Carrera Vertical, que congregó a un buen número de público, que tan solo podían ver a las puertas del edificio como los corredores tomaban la salida.
«Lo que llama la atención es que se realiza en un espacio cerrado, por lo que no se puede comparar con ninguna media maratón. Si vienes a competir necesitas otra preparación mental porque sientes en todo momento a los que vienen detrás y son nervios añadidos», decía Rosa que participó para vivir la experiencia.
Además de correr el objetivo era recaudar alimentos, por eso muchos de los corredores antes de colocarse su dorsal entregaban a los miembros de la organización sus productos no perecederos, y que las empresas organizadoras donarán al banco de Alimentos.
Una carrera que no solo era para competir, pues Rosa y Rosario no son corredoras habituales, pues una de ellas asegura que solo practica pilates pero que no está habituada a correr. «Hemos venido a divertirnos. Si es cierto que es una carrera técnica porque la bajada es complicada, hay que tener cuidado porque la huella del escalón es corta y hay riesgo de tropezar, pese a que es más fácil no puedes correr tanto en la bajada porque es más peligroso», subrayó Rosario contenta tras atravesar la meta.
El premio fue un trofeo para los compeones de cada categoría y medallas para los segundos y terceros clasificados.
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