Tejados huérfanos
Viernes, 1 de octubre 2021, 10:12
Paseando por mi ciudad no paro de ver tejados huérfanos, sin ninguna otra utilidad que la de proteger nuestros hogares de las inclemencias del tiempo, dándonos un techo bajo el que vivir. Y me pregunto: y si toda esa superficie desaprovechada estuviera cubierta por placas fotovoltaicas que nos dieran un extra de protección, ante el frío y el calor, además de surtir a nuestras casas de la electricidad necesaria para cubrir nuestras necesidades.
En estas fechas, con la luz en máximos históricos, no paro de pensar en lo beneficioso para nuestros bolsillos y el medioambiente el cambiar la imagen de nuestros pueblos y ciudades. No hablaríamos tanto del incremento del precio de la luz y nos centraríamos en disfrutar de una energía limpia y económica, aumentando nuestro confort, ya que se podrá disfrutar de esa energía gratuita permitiéndonos tener más tiempo conectado el aire acondicionado o la calefacción y no tener que ir buscando las horas más económicas para usar nuestros electrodomésticos. Ahora empiezan las dudas y excusas.
«El precio de los paneles es muy caro». Hace unos años era así, pero hoy en día es muy bajo, ya que se pueden encontrar paneles por menos de 100 euros la unidad. El montaje en tejados y terrazas es sencillo por lo que cuando hubiera una demanda suficiente surgirán empresas instaladoras a precios muy competitivos que bajarán los costes de instalación.
«¿Y qué pasa cuando no hay sol?« Por supuesto que la producción fotovoltaica baja si no hay sol, pero es nuestra responsabilidad social y económica usar los electrodomésticos que más consumen con un sol radiante y, en los días grises, usar solo y exclusivamente lo necesario, consumiendo la energía necesaria de nuestra distribuidora eléctrica. Nuestro bolsillo nos lo agradecerá.
«Hay un impuesto al sol». Ya no es cierto, no existe ningún impuesto al sol, e incluso para instalaciones de autoconsumo de menos de 10 kilovatios no hace falta pedir permiso a nuestra distribuidora.
«Qué pasa si no consumo toda la luz que genero». No pasa nada, se vierte a la red siendo consumida por los vecinos más cercanos. E incluso podemos compensar esa energía que vertemos con la energía que consumimos cuando las placas no producen, reduciendo por lo tanto nuestra factura eléctrica.
«¿Que podemos hacer para conseguir llenar los tejados de nuestras ciudades de placas y pasar a ser autoconsumidores de energía?». Es responsabilidad de todos cuidar nuestro medio ambiente, y mientras mayor producción se genere en el punto de consumo, menor producción tiene que provenir de las centrales de ciclo combinado que queman gas o carbón para surtirnos de la energía que necesitamos, sin olvidar que esta forma de generación es la que sube de forma exponencial el precio de la luz y por tanto nuestro recibo a final de mes. El autoconsumo eléctrico es una forma de ahorrar todos los meses
Las administraciones tienen mucho que decir para que nuestras ciudades sean más respetuosas con el medio ambiente. Algunas bonifican el impuesto de circulación para vehículos eléctricos, otras bonifican un 50% el IBI a aquellos domicilios que cuenten con autoconsumo. Por lo tanto, es un esfuerzo por parte de los consumidores y las administraciones públicas.
El periodo de amortización de una planta de autoconsumo fotovoltaico puede rondar de los tres a cinco años, pero si hubiese un apoyo real de las distintas administraciones con ayudas directas con bajadas de impuestos esto podría bajar de uno a dos años, a partir de ese momento disfrutaríamos de energía gratuita. No subvenciones que lo único que hacen es llenar de papeles a la administración, sin contar que al año siguiente Hacienda nos hará pasar por caja. Si quieren dar subvenciones, que son muy necesarias, que sean libres de impuestos y no se tenga de devolver al año siguiente parte de la misma.
Si conseguimos que las administraciones nacionales, autonómicas y locales realizaran una disminución o incluso eliminación de impuestos directos para aquellos autoconsumidores de energía eléctrica, podríamos cambiar nuestros tejados haciendo mucho más sostenibles nuestras ciudades y bajaríamos el precio de la luz.
No hay que olvidar la proliferación del vehículo eléctrico, que se puede cargar con energía solar a coste cero. Además de no dejar de pensar en que con las baterías pasará lo mismo que con las placas fotovoltaicas: bajarán de precio. Por tanto, en un futuro cercano, esta inversión que hagamos ahora puede ser completada con unas baterías que almacenen nuestros excedentes los cuales consumiremos cuando el sol deje de brillar.
Tenemos unos proyectos de fabricación de baterías en nuestra región que podemos aprovechar en nuestras casa, consiguiendo un objetivo doble de apoyar nuestra industria y ser autosuficientes eléctricamente en el hogar.
Sueño con unos tejados productivos, que dejen de estar huérfanos y nos ayuden a conservar nuestro planeta y nuestra economía familiar.