Reducir el desperdicio alimentario, un imperativo
ANÁLISIS AGRARIO ·
En los hogares se tiró una media de 31 kilos por persona y añoJUAN QUINTANA WWW.JUANQUINTANA.COM
Lunes, 30 de agosto 2021, 12:10
El desperdicio alimentario se acrecienta de manera significativa en época estival, debido al frecuente cambio de residencia y a las altas temperaturas. Es un problema que afecta a toda la cadena alimentaria en mayor o menor medida, desde el productor hasta el consumidor final, pasando por la industria, la distribución y la restauración, entre otros; si bien es cierto que más del 40% se genera en los hogares.
La Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estimaba que en 2019 se desperdiciaban a nivel mundial el 14% de los alimentos. A nivel europeo la Comisión fijaba este valor en un 20% para la Unión Europea (UE), equivalente a 88 millones de toneladas de alimentos tirados cada año, con un valor aproximado de 143.000 millones de euros. Por su parte en España se desperdiciaron en 2020 más de 1,3 millones toneladas de alimentos en buen estado. Solo en los hogares se tiraron a la basura una media de 31 kilos por persona y año, y se desperdicia comida en el 75% de ellos.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) elaboró en 2019 el Estudio sobre el Desperdicio de Alimentos en los Hogares, haciendo una evaluación por zonas suprarregionales. En la zona centro, en la que estaba incluida Extremadura, solo el 4,3% de los hogares consideran que el desperdicio alimentario suponía un reto global medioambiental, por debajo del 5,7% de la media española. Según dicho trabajo, en esta zona se localiza el 9% de los hogares que generan desperdicio alimentario,
Si esta era la foto en 2019, el problema se acrecentó con la crisis del coronavirus, cuando creció de forma sustancial el consumo doméstico y, según un artículo publicado en la revista Science for the total environment, el desperdicio alimentario creció alrededor del 12% en los hogares.
Pero, además de para los diferentes agentes de la cadena alimentaria, combatir el desperdicio moral se debe convertir en un imperativo moral para los poderes públicos. En este contexto, cada vez se están poniendo en marcha más iniciativas legales a nivel europeo, nacional y regional, lo que sitúa al sector alimentario en el centro de un importante cambio, ya que, si bien es cierto que la mayor parte del desperdicio proviene de los hogares, no lo es menos que el consumidor, además de estar concienciado, debe disponer de productos, envases y tecnología que le ayuden a revertir la situación. Para eso es necesario el desarrollo de alianzas de cadena que potencien esta estrategia, algunas de las cuales ya existen y trabajan para, entre otros objetivos, concienciar y recudir el desperdicio. Este es el caso de organizaciones de cadena como el Foro Interalimentario que, precisamente por tener al consumidor en el centro de su estrategia y estar compuesto por agentes representativos de toda la cadena alimentaria, juega y debe jugar un importante papel.
En España y para poder reducir este valor a la mitad antes de 2030, el MAPA está elaborando un anteproyecto de ley sobre desperdicio alimentario, que se prevé sea presentado en Consejo de Ministros antes de final de año. Con este planteamiento el gobierno ha renunciado a delegar en las comunidades autónomas la resolución de este problema y también a continuar pivotando su estrategia en torno al actual plan 'Más alimento, menos desperdicio', por considerarlo insuficiente. En este sentido, el destino para fines sociales de los alimentos, comercializados y no comercializados, debe ser una prioridad en este nuevo marco regulatorio al igual que en otros que se articulen a nivel europeo y regional, para lo que habrá que fortalecer alianzas con otras organizaciones como son las oenegés. Es necesario facilitar las donaciones, algo que ya existe y que se gestiona a través de los bancos de alimentos, entre otros canales, pero que debe ser mejorado y diversificado.
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