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«El tinto no acaba de arrancar. Los blancos mantienen el mercado del consumo de vino». Con esta tajante frase resume Diego Nieto, de Bodegas ... Romale, el contexto global en el que se mueven los viticultores de Extremadura. La pandemia tuvo un efecto muy negativo en el consumo de vino toda vez que se cerraron los grandes canales de venta, los de la hostelería. Con la vuelta la normalidad, la evidencia es que el vino apenas lograr mantener el tipo en cuanto a demanda.
«Los blancos, sean semidulces o no, son los que están tirando del carro de este mercado. Y gracias sobre todo a población joven, que ha empezado a consumirlos. Los tintos, en cambio, no acaban de levantar la cabeza. No hay manera de que haya más demanda de ellas», agrega Nieto.
El consumo de cava, en este sentido, se puede ver empujado con el viento de cola porque el mercado está demandando este tipo de vinos, indican desde el sector.
Con datos del sistema de información de mercados del sector vitivinícola del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la situación es clarificadora en cuanto a tendencias. Entre agosto de 2023 y junio de este año, la comunidad autónoma de Extremadura produjo 698.398 hectólitros de vino tinto y rosado mientras que de blanco la cifra se disparó hasta los 1.676.006 hectólitros. Producción que salió de algo más de 89.239.599 de kilos de uva tinta frente a los 254.084.649 kilos de uvas de las distintas variedades blancas en las que se incluye el espumoso.
«Parece que el consumo quiere recuperarse en general pero no es fácil. La pandemia nos hizo mucho daño. Y aunque el sector de la hostelería y la restauración se ha recuperado muy bien, no tanto se puede decir del mercado del vino», refrenda el gerente de Bodegas Romale.
«El vino tiene su diferente público. Nosotros apostamos por un criterio, el de la calidad por encima de todo. En el cava y en el resto de los vinos. Creo que poner la calidad, con menos producción, por encima del volumen embotellado es un criterio a valorar muy bien por los consumidores», añade Alfonso Martínez, uno de los administradores de Bodegas Martínez Paiva. «Hay mucha competencia y hay que saber distinguirse», culmina.
La estadística oficial más reciente valida esas impresiones generales. En números globales, el consumo de vino en España creció un 2% entre marzo del año pasado y este febrero de 2024, y continuaba así con su recuperación antes del inicio de las mejores fechas.
El informe elaborado en esta ocasión por la Organización Internacional de la Viña y el Vino muestra a Estados Unidos al frente de la lista de los países que más vino beben en el mundo con datos cerrados al acabar 2023. España aparece en sexta posición en este ranking.
Si entramos a valorar el consumo de vino per cápita, el primer puesto a nivel mundial lo ocupa Portugal con un 53,8 litros por persona el año pasado.
Francia e Italia se situaron en segundo y tercer lugar, respectivamente. España ocupa la séptima posición en consumo de vino per cápita con 20,75 litros por persona/año.
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