La banda acusada de asaltar Bótoa puede estar detrás de otros 20 robos

La Guardia Civil espera resolver veinte robos gracias a la detención de tres supuestos ladrones el miércoles pasado en La Banasta. Como adelantó HOY, se trata de los sospechosos de la sustracción de armas que sufrió la base General Menacho de Bótoa hace tres años.

El delegado del Gobierno en Extremadura, Germán López Iglesias, felicitó ayer a los agentes por la captura de estos delincuentes que -indicó- «además de robar, son peligrosos». En declaraciones a Efe López Iglesias afirmó que las fuerzas de seguridad creen que pueden relacionar a esta banda con una veintena de delitos contra la propiedad.

Según ha podido saber este periódico, el rastro de la investigación no solo recorre Badajoz. La Guardia Civil siguió a los arrestados desde Salamanca y a través de la provincia de Cáceres. Finalmente fueron sorprendidos mientras cometían un robo en una farmacia de Las Vaguadas. Les siguieron hasta La Banasta, donde uno de ellos tiene una casa alquilada. En la calle Miravete de este barrio fueron localizados con la caja fuerte que acababan de sustraer y un coche robado.

La persecución y detención fue espectacular, según los testigos, que aseguran que hubo disparos, aunque la Guardia Civil sigue sin confirmar este punto. Sí afirmó ayer el delegado del Gobierno que en esa operación huyeron dos de los sospechosos, aunque matizó que esperan que sean arrestados en cuestión «de horas o de días». En cuanto al robo en la farmacia que llevó a su arresto, los responsables de este negocio indican que entraron, anularon la alarma, cogieron la caja registradora y se marcharon en solo dos minutos.

Un golpe profesional

Los mismos afectados reconocían ayer que se trató de un golpe muy profesional, aunque el botín no fue muy grande. La cámara de seguridad de esta farmacia no tiene visión nocturna, por lo que solo captó las linternas de los delincuentes, que no dieron la luz en ningún momento.

De todas formas la cámara de una oficina cercana captó su llegada a la zona comercial. Fueron cuatro o cinco individuos, pero estaban totalmente cubiertos para no ser identificados.

Según los afectados, los ladrones apenas causaron daños para abrirse paso. Sacaron los bombines de las puertas, rompieron la alarma, se guiaron con linternas hasta la caja registradora, la cargaron y se marcharon. Todo en dos minutos. Sin embargo la Guardia Civil les localizó y dio con ellos en La Banasta, donde tiraron en medio de la calle su botín, una maza y dos barras que se sospecha que usaron en este mismo robo.

Los tres detenidos podrían pasar hoy a disposición judicial por este nuevo cargo por un delito contra la propiedad. No es el único por el que se enfrentarán a la justicia. Además de la veintena que se investiga, ya hay dos causas abiertas y conocidas contra esta banda. La primera y más célebre es el robo de 30 armas en Bótoa y la segunda un tiroteo tras un atraco a un banco en Cajatejada. Sin embargo estas tres personas están en la calle por haber agotado el tiempo de prisión provisional que establece la ley.

Estos tres detenidos pasaron por prisión tras el robo de armas en la base militar, aunque llevan más de un año en libertad. López Iglesias afirmó ayer que solo estuvieron doce meses en la cárcel porque ese es el periodo máximo que una persona puede estar en prisión provisional por un suceso de este tipo antes de la celebración del juicio.

El delegado del Gobierno subrayó que «los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado no bajan nunca la guardia y saben que algunas personas, tras salir de prisión, suelen volver a delinquir», como parece haber sucedido en este caso.

La cuenta pendiente ahora es encontrar a los otros dos implicados. La Guardia Civil no aporta detalles porque la investigación sigue en curso, pero todo indica que también se trata de miembros de la misma banda especializada.

Las fuerzas de seguridad detuvieron en junio de 2012 a once personas relacionadas con el robo de armas que se produjo en Bótoa la noche del 27 al 28 de febrero de 2011. Los asaltantes, tras burlar el perímetro de seguridad y forzar una de las armerías, sustrajeron veinte fusiles HK G36 y diez pistolas de nueve milímetros.

La operación policial movilizó a un centenar de Guardias Civiles que, además de buscar las armas por el río, registraron viviendas en los barrios de La Cañada-Las Moreras y Santa Engracia. En ese momento se estableció que el cabecilla del grupo era M. A. C., ahora con 28 años, un exmilitar que estuvo destinado en la base militar de Bótoa, de ahí que la conociera a la perfección. Junto a él habrían perpetrado el audaz robo su hermano J. M. C., de 33 años, y tres compinches. Ambos hermanos detenidos entonces volvieron a ser arrestados el miércoles en La Banasta junto a otro de sus colaboradores de 2011, D. M. G.