Dolorosa despedida de los playoffs

Se acabaron los playoffs para el Cáceres Patrimonio de la Humanidad, con el mal sabor de boca además de no haber podido competir hasta el final anoche en Melilla en un partido en el que un desatroso tercer cuarto condenó a los extremeños a la eliminación en semifinales. Cuando todo parecía indicar en el descanso que era el Melilla el que tenía todas las papeletas para sufrir, emergieron las figuras de Odiakosa, Marcos Suka y Salva Arco para levantar a su equipo y hundir al un Cáceres agotado que no encontró respuestas al vendaval de juego de los locales.

Seguramente se trata de un partido con mucho que analizar, aunque en una noche como esta todo queda en realidad reducido a las emociones. Las de haber estado a punto de rematrar la serie el domingo en el Multiusos y haberse visto en cambio obligados a regresar a jugársela a cara o cruz en Melilla, aunque esta vez la cruz no llegase en el final del encuentro sino en ese tercer cuarto que ya queda para la crónica negra del baloncesto cacereño.

Dani Rodríguez confirmó que ha sido seguramente el hombre de estos playoffs para el Cáceres y, aunque Antelo anotó, lo hizo con malos porcentajes. No salieron las cosas, y hay que reconcer además que el empuje del Melilla fue superior en un pabellón Javier Imbroda en el que esta vez sí estuvo apoyado por una notable afluencia.

Había empezado la noche a lo grande con la etiqueta #CaceresdirectoaACB como tema del momento en Twitter. El primer cuarto fue de absoluta igualdad, con el Cáceres muy volcado en la línea de 6,75 y el Melilla bajo aros, papeles cambiados con respecto partidos anteriores. Semejante equilibrio no hacía pensar que fue posible el acelerón que dieron los extremeños en segundo cuarto, con un gran Xavi Forcada. Un notable acierto ofensivo unido a los nervios del Melilla y acompañado por una buena defensa permiterieron al Cáceres alcazar ventajas de hasta 12 puntos. Pero algo fallaba en el rebote defensivo, donde Odiakosa encontró un filón para, prácticamente con ese único recurso, moderar la renta visitante en descanso a siete puntos (24-41), que no obstante segía siendo un muy buen resultado para los de Aranzana a la vista de cómo se estaba desarrollando el partido.

El tercer cuarto fue una masacre. El Caceres se dejó arrebatar todo lo conseguido en el anterior y encajó nada más arrancar un parcial de 10-0 con Salva Arco en plan estelar. Le ventaja melillense siguió aumentando, con los extremeños incapaces de enlazar pases y jugándoselo todo a las individualidades. Nada salía en ataque y la defensa era un coladero, de modo que todas aspiraciones del Cáceres, ya fundido, pasaban por su talento individual. Pero ninguno de los líderes del equipo tenía su noche.

Ante este panorama, y con Odiakosa haciendo sangre cada vez que pisaba la zona, no fue de extrañar que todo se fuera complicando cada vez más, con rentas desfavorables que se situaron en los 12 puntos mediado el último cuarto. Aunque hubo algún amago de aproximarse en el marcador, para entonces ya estaba claro que la serie tenía dueño.

El partido terminó con un 91-81 que deja al Cáceres fuera de la soñada final ante el Menorca, en una temporada en la que ha conseguido su mejor resultado desde la refundación. El premio gordo es por lo tanto para el Melilla, que hace ya las maletas para viajar a Mahón, donde el viernes a las 20.45 horas se disputará el primer partido de la final.