Françoise Hardy: «Pensé que era el fin»

Hardy publicó el pasado marzo un libro en el que hacía gala de una sorprendente lucidez. En la obra, titulada 'Opiniones no autorizadas', se despedía de Jacques Dutronc, su esposo desde 1981, a quien consideraba «mi viudo inminente». Afortunadamente -escribió- «mi marido tiene una compañera desde hace quince o veinte años, lo que me viene muy bien. Mi único temor es que ella lo deje». Respecto a Thomas, su hijo, que es guitarrista y cantante, «es una fuente de admiración y de alegrías».

Hardy llegó a representar a Mónaco en el Festival de Eurovisión de 1963. Su interpretación de 'Tout les garçons et les filles' le proporcionó una extraordinaria popularidad en los sesenta y sentó las bases de una sólida carrera musical que se prolongaría en el cine y las pasarelas. En su último libro ve las cosas muy oscuras. Coincide con De Gaulle en que «la vejez es un naufragio» y remacha: «Una devastación. La insoportable decadencia del cuerpo».