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Imagen de archivo de aspirantes en un examen para ser funcionarios de la Junta. :: HOY
Más de 4.000 funcionarios llevan dos años esperando conocer su destino

Más de 4.000 funcionarios llevan dos años esperando conocer su destino

CSI-F inicia el lunes movilizaciones para exigir la resolución de los concursos de traslados que también impiden culminar la última oposición en la región

Ana B. Hernández

Jueves, 9 de marzo 2017, 23:25

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Más de 4.000 funcionarios que trabajan en la Administración General de la Junta de Extremadura llevan dos años esperando a conocer su destino. Del mismo modo que la espera continúa para los que lograron una plaza en propiedad en las últimas oposiciones de funcionarios, que comenzaron en el verano de 2015.

La falta de resolución del concurso de traslados de los funcionarios, tanto de los puestos de estructura como los de base, está detrás de la parálisis y de la espera. «Entendemos que es un proceso complejo, pero no puede ser que la Junta siga sin hacer públicos los listados provisionales cuando la baremación está ultimada desde el pasado enero», denuncia Juanjo Samino, responsable del sector de Administración General de CSI-F. Es el motivo por el que esta central iniciará el próximo lunes protestas en la región. «La gente tiene derecho a conocer dónde está su puesto de trabajo y comenzar en él para, a partir de ahí, poder organizar su vida y conciliar», argumenta.

Pero lo cierto es que los retrasos siguen marcando un proceso que continúa sin fecha de finalización, a pesar de que son miles las personas pendientes de él. Algunos, de hecho, desde hace ya más de tres años.

Fue en diciembre de 2013 cuando se convocó el concurso de puestos no singularizados (de base) y en mayo de 2015, el de puestos singularizados (de estructura, jefaturas). Aunque la normativa en vigor obliga a resolver en primer lugar el segundo y, después, el primero. A día de hoy no lo están ni uno ni otro. «Para ello la Junta tiene que sacar el listado provisional del concurso de puestos singularizados, para que se ponga en marcha el proceso, para que empiecen a correr los plazos legales», explica Juanjo Samino. Después, una vez esté resuelto este concurso, se deberá proceder con el de puestos no singularizados.

Son 2.662 las solicitudes recibidas para las 663 plazas que centran el concurso de puestos de estructura, y 1.284 los empleados públicos que participan en el concurso de puestos de base, en el que se ofertan más de un millar de plazas.

Las cuatro centrales con presencia en la Administración autonómica han solicitado en más de una ocasión celeridad en la resolución de los concursos. El Sindicato General de Trabajadores Extremeños adelantó ya el pasado octubre que reclamará «daños y perjuicios si no se cumplen los plazos, y sanciones para los responsables», en palabras de Juan Agustín Trocolí, secretario de comunicación de esta central.

Ahora CSI-F anuncia protestas para exigir la resolución de los concursos. Porque el último que se convocó en la región fue en 2008 y, desde entonces, los funcionarios extremeños no han tenido opción de cambiar de puesto de trabajo, aunque surgiera una vacante en su lugar de residencia y acceder a ella le evitara, por ejemplo, recorrer cada día 90 kilómetros desde su domicilio hasta su trabajo. La única opción de conciliar, de hecho, se está posibilitando por medio de la concesión de comisiones de servicio.

Los opositores

Pero si los funcionarios mantienen desde hace dos años la espera, también lo hacen los aspirantes que lograron una plaza de funcionario tras la última oposición convocada por la Junta: 270 plazas de 24 especialidades. Un proceso selectivo que contó con 47.848 aspirantes y que comenzó en el verano de 2015.

«Yo sé, por ejemplo, que tengo mi plaza en propiedad desde noviembre de ese año, cuando se sacó el listado de aprobados tras los dos ejercicios; sin embargo, hoy sigo esperándola», señala uno de los nuevos funcionarios de la región que no quiere hacer público su nombre. En su misma situación se encuentran todos los aspirantes que lograron una plaza tras ese proceso selectivo. «Mientras no se resuelvan los concursos de traslados no podemos empezar en nuestras plazas, porque no se sabe aún cuáles nos ofertarán, puesto que serán las que queden vacantes tras los concursos», explica. «Así que, a pesar del coste económico y familiar que conlleva un proceso selectivo, a pesar de que ya somos propietarios de una plaza, tenemos que seguir esperando».

Igual que los miles de aspirantes que no lograron superar el proceso. «Somos el último eslabón de la cadena, pero también estamos afectados; porque mientras no se resuelva todo, desde los concursos hasta la elección de plazas de los nuevos funcionarios, no se constituirán las nuevas bolsas de trabajo, en las que sí podemos entrar y desde ellas encontrar un empleo», afirma otra aspirante que no logró superar el proceso selectivo.

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