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ANTONIO J. ARMERO
Sábado, 7 de febrero 2009, 02:17
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Alejandro Andújar parece un hombre contento. Es sólo una sensación por vía telefónica, pero que él mismo confirma. Tiene una razón sólida para estar feliz: es uno de los nominados a los premios Max, que distinguen a los mejores trabajos del año en el teatro español. Nacido en Cáceres hace 29 años, Alejandro Andújar dejó atrás su ciudad natal con tan solo 18 años. Se fue a Madrid, y allí se licenció en Bellas Artes por la Universidad Complutense y en Escenografía por la Resad (Real Escuela Superior de Arte Dramático). «Al terminar, durante dos años estuve trabajando en pequeñas producciones y con el doctorado», recuerda el artista. Hasta que apareció en su vida Gerardo Vera, una de las referencias en su carrera profesional. «Yo le había conocido en una producción del Teatro Real, y al entrar él como director del Centro Dramático Nacional, yo entré como vestuarista», cuenta Alejandro, que empezó a formarse desde pequeño. El contacto con su ciudad Estudio en el Colegio San Antonio, y cursó el B.U.P. en Las Josefinas. Además, desde los 15 hasta los 18 años recibió clases en la Escuela de Bellas Artes Eulogio Blasco. No ha olvidado cuando iba al complejo cultural San Francisco con Terrón, de oyente, ni las clases particulares con el pintor Massa Solís. Desde que se fue a la capital, su contacto con Cáceres disminuyó, aunque ahora vuelve con más frecuencia. En la ciudad en la que nació siguen viviendo su madre -«aunque va y viene a Madrid», apunta él- y una hermana. «Cuando llegué a Madrid, con 18 años, no tenía especial amor ni al teatro ni al cine -reconoce Andújar-. Fue algo que surgió, poco a poco me fui decantando por el teatro». Su labor como escenógrafo en la obra 'Sí, pero no lo soy', de Alejandro Sanzol, le ha valido la nominación a los premios Max, que se fallarán próximamente. De entrada, le supone una alegría, una suerte de palmada en la espalda para seguir adelante. «En el futuro sí que me gustaría hacer algo en el cine, porque te da la oportunidad de participar en producciones más ambiciosas, con más presupuesto -comenta Andújar-, aunque el teatro y el cine se diferencian más de lo que la gente cree. Ahora mismo estoy contento, pero no me cierro a nada».
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