Una torre que renace

Fue derribada hace casi un siglo. Y ahora se la quiere recrear y levantar. Pero muy distinta. En acero oxidado, nuevas dimensiones y con un moderno diseño. Es 'la otra' torre de la Casa de las dos Torres. Un proyecto particular que la edil de Patrimonio defiende por su atrevimiento y que trata de sacar adelante, hasta la fecha, sin más apoyo que el suyo. Para convertir el histórico inmueble en oficinas y en un restaurante. Será toda una metamorfosis de este edificio levantado a finales del XIII por Nuño Pérez de Monroy y convertido en solar de este linaje y de los de Almaraz y Carvajal. La primera reforma lo salvó de la ruina, unificó alturas, remodeló fachadas e interior y se cobró la torre de la esquina a Podadores. Ésta se hallaba sin forjados en gran parte y agrietada por el terremoto de Lisboa de 1755.El maestro de obras Francisco Mirón, que las ejecutó, recomendó al propietario, Juan Sánchez-Ocaña, el derribo de la torre. La piedra extraída se empleó en la reforma de la fachada. Y varió el aspecto de la vieja casona medieval al que hoy ofrece. La intervención fue una de las primeras que introdujo el cemento en Plasencia. Mirón y José Rodas fueron los primeros maestros de obras que lo usaron en la urbe, tras aprender su manejo en en Madrid. Los cambios fueron notables. Se rehizo su interior, se construyeron los nuevos vanos de estilo neogótico en cemento y se varió la ubicación de la puerta. El edificio que curiosamente solo tiene protección estructural, conserva algunos elementos originales como la portada románica y la gran escalinata y balaustrada interior. No son los únicos. Además atesora un amplio jardín con pensiles que ahora se pretende edificar como desvela la maqueta; unas bellas bóvedas y una monumental arcada en de granito en la fachada sur. Bajo estas bóvedas hay otro valioso elemento; una artística ventana gótica finamente labrada en piedra, partida por una fina columna labrada en mármol. También conserva un raro ejemplar de escultura medieval: un altorrelieve de traza románica que representa un unicornio. Está tallado en mármol con decoración floral sobre un bloque de gran tamaño. Sayáns lo documentó y fotografió. Está embutido en un muro. Asimismo, guarda blasones y otros elementos antiguos como las laudas con inscripciones en latín que se utilizaban como postes de un amplio emparrado. Esta casa mantiene, en estancia contigua al zaguán de entrada por la calle Blanca y bajo la torre que se conserva un singular pozo con un brocal en cada sala y dos bocas de grandes canterías. La gran chimenea del palacio, blasonada de Carvajal en el dintel, fue traslada en la primera reforma en carros de bueyes a la finca Encinahermosa ( Malpartida). Hoy está en la moderna casa de 'Los Santitos'.