Las dos grandes cúpulas blancas de la central nuclear distinguen Almaraz, al norte de la provincia de Cáceres. :: ANDY SOLÉ
INTERNACIONAL

Almaraz, tan lejos de Japón

La central nuclear es vista con buenos ojos en los pueblos que se benefician del empleo y dinero que generaLos vecinos ni se plantean que puedan vivir una alerta como la del país nipón

PILAR ARMERO parmero@hoy.es

Miércoles, 16 de marzo 2011, 13:04

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Salir corriendo. Eso es lo que dicen los vecinos de Almaizar que harían si se activase una emergencia del calibre de la de Fukushima, tanto si se produjese por causas naturales, que es poco probable, como si ocurriese por algún fallo en el funcionamiento de la instalación.

«Aquí ni nos levantamos ni nos acostamos pensando en que la central nuclear pueda fallar. Ni siquiera ahora con esto de Japón», asegura Toñi, una vecina de la localidad, que igual que la mayoría de los residentes en Campo Arañuelo no vive con el miedo metido en el cuerpo, pensando permanentemente en la posibilidad de una fuga radiactiva.

«Si se pregunta a la gente de por aquí, dirá lo mismo. Dirá, incluso, que por qué no traen otra nuclear», añade.

Ni ella ni nadie de su familia han participado en ninguno de los simulacros de evacuación que se llevan organizando en el municipio y alrededores desde hace años. No lo han hecho, igual que tantos otros convecinos, primero porque no consideran que vivan en situación de riesgo; segundo, porque el día de la cita estaban trabajando o entretenidos en otra cosa y, tercero, por pura y llana pereza.

Sí lo hizo, sin embargo, Darío, un joven veinteañero, cuando apenas levantaba dos palmos del suelo. «Nos llevaron hasta Plasencia, a algunos en helicóptero, que es lo que todos los niños queríamos y a otros en autobús, que fue donde al final me metieron». El viaje tuvo su destino en un pabellón deportivo de la ciudad del Jerte, llenito de colchones para que los evacuados pudieran descansar el tiempo que, hipotéticamente, estarían fuera de casa por culpa de una imaginaria alerta.

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Simulacro de terremoto

Los chavales volvieron encantados con toda la parafernalia que estos despliegues conllevan, desde el ruido de las sirenas hasta el maquillaje de heridas y los disfraces anti radiación, con máscaras incluidas, que algunos tuvieron que ponerse.

No solamente los chicos de su generación, sino también los pequeños de ahora, son los que más saben sobre la manera correcta de comportarse en caso de peligro nuclear. Ocurre así porque desde pequeños se les convierte en protagonistas de los programas relacionados con la central.

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«Les llevan al centro de información para que conozcan las instalaciones por dentro, les hacen participar en los simulacros y cuando viene el ejército a desarrollar alguno de estos programas, les enseñan el campamento que montan», cuentan las madres, que reconocen que si realmente hubiera que abandonar la zona, serían sus hijos quienes las guiasen.

Nada que ver con un Japón que les queda lejos, no solo por la distancia física, sino por los conocimientos de sus habitantes sobre cómo reaccionar ante una emergencia como la que están viviendo en la costa oeste del país.

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«Estaríamos como locos»

Lejos, también, por la reacción que presumen que tendrían ante el incidente. «Si aquí pasara algo como lo de allí, estaríamos todos como locos», reconocen en el pueblo. «Seguro que no éramos capaces de estar tan tranquilos como se ve a los japoneses».

Cuesta creerlo, después de comprobar la calma absoluta con la que vive la gente de Campo Arañuelo, al menos en lo que se refiere a la planta de energía. Se nota cuando en la plaza de Almaraz dicen cosas como que si hubiera un escape radioactivo no se enterarían, al menos al principio, «porque eso no huele ni nada y la nube que podría formarse pudiera ser de una fuga o de cualquier otra cosa, ¡vete tú a saber!».

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Significativo es, también, que cada vez que se convoca alguna protesta anti nuclear es poco el ruido que se hace porque son pocos los que la secundan.

Está claro que los vecinos prefieren seguir amaneciendo con el skyline de las dos grandes cúpulas blancas siluetedas sobre la sierra.

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