Los pacenses se apuntan al chollo de vestir de segunda mano
La Asociación 'La Vereda Extremeña', implicada en este proyecto que apoya a mujeres paradas de Suerte de Saavedra, ha abierto una tienda El taller de ropa reciclada cumple un año con un aumento de la actividad
TANIA AGÚNDEZ
Domingo, 2 de enero 2011, 11:48
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Bolsos a un euro. Calzado a dos. Camisas a tres y cuatro euros. Abrigos a seis. Lo más caro: trajes de chaqueta para caballero, a quince euros. Precios de escándalo que sólo se atreven a proponer personas con coraje. Precisamente, eso es lo que le sobra a las personas que durante un año han sacado adelante el taller de ropa reciclada 'La Vereda Extremeña'. Tan bien han hecho su trabajo que hoy celebran su primer aniversario con un aumento de actividad, lo que ha llevado a ampliar su oferta con una tienda.
La iniciativa surgió a finales del año 2009, promovida por el Grupo Joven de Suerte de Saavedra, con el objetivo de emplear a madres de familia paradas de esta barriada pacense. La idea era emprender un proyecto en el que se trabajase ropa de segunda mano, que posteriormente pondrían a la venta, y la elaboración de jabones artesanales. Y así se hizo. Un garaje ubicado en el número 13 de la calle La Perdiz, en la zona de San Roque, les ha servido todo este tiempo como lugar de operaciones.
Allí cuatro mujeres se encargan de clasificar la ropa que los ciudadanos donan, así como lavar y planchar la que esté en buen estado. Las prendas deterioradas las aprovechan para hacer trapo industrial. «Además de ropa, la gente nos trae calzado, todo tipo de complementos, utensilios para bebé, juguetes, entre otras cosas. Una vez que lo higienizamos lo ponemos a la venta», explica Paloma Castro, coordinadora de la iniciativa.
En la carretera de la Corte
A lo largo de este año la actividad se ha incrementado en el taller de manera vertiginosa. De repente, el local se les quedaba pequeño. Por este motivo, hace un mes decidieron ampliar el negocio y embarcarse en una nueva aventura: abrir una tienda independiente al taller en la carretera Corte de Peleas número 64. Este espacio abre de lunes a viernes de 9.30 a 13.30 y de 18.00 a 20.00 horas. Así, el antiguo local queda para realizar las labores productivas y el nuevo establecimiento únicamente para la venta. Y el resultado ya se está notando.
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«El 1 de noviembre inauguramos la tienda y los resultados son muy positivos. Hemos doblado las ventas. Esta tendencia la achacamos a la ubicación. Por aquí pasan más viandantes y eso se nota. También hay más gastos. Hay que pagar dos alquileres. Se ha complicado la cosa, pero ha merecido la pena. La tienda ha quedado preciosa, la gente que entra no piensa que sea un comercio de artículos de segunda mano. La mercancía llega muy bien conservada», dice Castro.
Francisca Caro, vecina de la barriada de Suerte de Saavedra, ha aprovechado esta semana para hacer unas compras de Navidad. «Por cinco euros me he llevado un juego para mi nieto y una chaqueta para mí», comenta satisfecha. Aunque reconoce que es la primera vez que entra en este establecimiento pacense, afirma que es usuaria de las tiendas de segunda mano. «Hay cosas más baratas y que son difíciles de encontrar en el resto de los comercios, porque hay mucha gente que dona ropa que ha comprado en tiendas que no existen en la ciudad», manifiesta.
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Las implicadas destacan que se trata de un proyecto solidario a la vez que práctico, ya que ofrece la oportunidad a mujeres jóvenes con cargas familiares de que dispongan de unos ingresos. «Es una ocasión para que estas personas entren en el mercado laboral con unas condiciones dignas», apunta Castro.
Paqui Calado es una de las trabajadoras del taller. Ella tiene cinco hijas, y ahora recuerda el primer día que se puso en marcha el negocio como algo lejano. «Hace un año en el local no había nada. La cochera estaba prácticamente vacía y, fíjate, ahora prácticamente no coge todo lo que tenemos», dice.
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Trabajadoras y voluntarias no paran de agradecer la generosidad y el interés que los pacenses han puesto en esta iniciativa. Colaboración que para estas mujeres ha sido imprescindible ya que únicamente cuenta con una ayuda económica de la Diputación de Badajoz y de Cáritas Diocesana.
«Durante todo el año hemos tenido muchos clientes. No sabemos si es por la crisis. En Badajoz hay mucha gente solidaria, y no sólo me refiero a la que viene a traernos ropa, sino a los que acuden a comprar. Aquí llegan todo tipo de personas, ya que ven una manera ecológica de comprar y respetuosa con el medio ambiente», matiza.
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Pero la ambición de todas las mujeres que forman parte de este taller va mucho más allá. Su sueño es seguir extendiendo su actividad al resto de la ciudad. «Tenemos unas metas muy amplias. Nuestra intención es ir incluyendo más mujeres en el taller cuando sea posible. Para ello tenemos que aumentar los ingresos. Por eso nuestra idea es abrir otras dos tiendas más en Badajoz. Estamos todas muy contentas con el éxito obtenido. No hay mejor retribución que la de ver que esto sigue adelante», sentencia Paloma Castro.
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