La nefróloga Ana Isabel Sánchez Fructuoso, académica electa de Nefrología en la Real Academia Nacional de Medicina de España (Ranme). R. C.

Ana Isabel Sánchez Fructuoso

Académica de nefrología
«Hay enfermos renales que todavía no son conscientes de que lo son»

Estrena el sillón de esta especialidad desde la creación en 1734 de la Real Academia de Medicina de España. «Me siento con la responsabilidad de acercar la nefrología a la sociedad»

Lunes, 3 de noviembre 2025, 00:16

Ana Isabel Sánchez Fructuoso (Madrid, 62 años) estrenó el pasado 29 de octubre el sillón dedicado a la especialidad de Nefrología en la Real Academia ... Nacional de Medicina de España (Ranme), la primera en hacerlo desde la creación de esta institución en 1734. Jefa de Servicio de Nefrología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y profesora en la Universidad Complutense, la experta dice que ser la primera persona en ocupar ese puesto en los 291 años de la Ranme le supone «toda una responsabilidad» por acercar la nefrología a la academia «y a todos los estamentos de la sociedad». Más allá de haber roto esos casi tres siglos sin nefrólogos en la Academia, la especialista recuerda que entre los 7 millones de enfermos renales que hay en España no todos son conscientes de ello, por lo que propone cribados mediante analíticas anuales de sangre y orina en pacientes de riesgo.

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–A veces los riñones avisan tarde… te sientes mal, pero no piensas en el riñón y de repente te diagnostican un cáncer renal…

–Algunas patologías renales son sintomáticas, por ejemplo un cólico nefrítico, que generalmente es muy doloroso, pero otras veces pueden cursar de forma más silente, solo con hipertensión renal. El cáncer renal en su inicio puede no dar sintomatología, aunque en otras ocasiones puede cursar con sangre en la orina, dolor persistente, astenia… a medida que progresan esos síntomas son más evidentes.

–Hay unos siete millones de enfermos renales en España, ¿son todos conscientes de ello?

–Desgraciadamente aún no lo son, sobre todo sujetos con enfermedad renal leve o moderada. Por ello, desde la Sociedad Española de Nefrología se insiste en el diagnóstico precoz de lo que llamamos 'enfermedad renal oculta'. Es muy importante realizar al menos una vez al año analítica de sangre y de una muestra de orina en pacientes hipertensos, diabéticos, ancianos, sujetos con antecedentes familiares de enfermedad renal o que tienen patología cardiovascular, e individuos con medicamentos que pueden afectar al riñón, como antiinflamatorios no esteroideos, tipo ibuprofeno o enantyum.

–¿Es el enfermo renal crónico el que más patologías adicionales padece?

–Las personas con enfermedad renal crónica tienen un mayor riesgo de sufrir infartos, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades cardíacas en comparación con la población general. Y también tienen mayor riesgo de infecciones y tumores.

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«Conviene una dieta baja en sal y grasas, evitar el tabaco y el alcohol y estar vigilantes de que los mayores beban agua»

–¿Cómo podemos cuidar nuestros riñones? 

–Con una dieta sana, baja en sal y grasas. Evitar el tabaco, el alcohol, consumo de medicamentos sin prescripción médica y drogas. Algunos suplementos para aumentar la musculatura, que a veces se toman en exceso en los gimnasios, también pueden producir daño renal. Otro aspecto es la ingesta de líquidos porque con la edad se pierde el control que tenemos del centro de la sed, por ello en personas ancianas hay que estar vigilantes.

–Y beber un par de litros de agua al día, ¿garantiza la salud renal?

–No, lo que sí es cierto es que una ingesta escasa de agua va a producir concentración de la orina. Por ejemplo, en personas con litiasis promueve la formación de cálculos al aumentar la concentración de sustancias litogénicas como el calcio y el oxalato. El problema más grave de falta de ingesta de agua es cuando el centro de la sed no funciona adecuadamente como en ancianos. Ello producirá deshidratación y aumento del sodio en sangre, que puede ser muy peligroso.

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–¿Cuánto deberíamos orinar cada día para estar tranquilos de que la función renal funciona correctamente?

–El volumen no indica que el riñón funcione adecuadamente. Se puede tener un volumen normal y tener patología renal. Un volumen normal debería ser superior a 800 mililitros, pero siempre dependerá de las entradas, ingesta y producción de agua corporal, de las pérdidas, sudoración, perdidas digestivas, quemaduras extensas, y de la capacidad renal para concentrar o diluir la orina.

–¿Y por qué se crean piedras y son tan dolorosas?

–Digamos que cuando la orina se satura de una sustancia en mayor proporción de lo que puede solubilizar se forman cristales que pueden evolucionar progresivamente a ser cálculos que se depositan en el riñón. En ocasiones es debido a alteraciones genéticas, pero también es importante la dieta, la hidratación, las infecciones e incluso las características de los conductos renales. Son muy dolorosas ya que la piedra obstruye la vía urinaria y eso produce mucho dolor y espasmo.

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Trasplante de donante vivo

–¿Entrar en diálisis resta años de vida?

–Supone un incremento de morbimortalidad. Se puede en ocasiones entrar en diálisis por una insuficiencia renal aguda, que posteriormente podemos tratar y recuperar la función renal. Otra cosa diferente es la enfermedad crónica terminal, para ello hoy en día no existe otro tratamiento que no sea la diálisis o el trasplante. El trasplante comparado con la diálisis aporta mayor supervivencia, menor morbilidad y mejor calidad de vida. Se sabe que a mayor tiempo de espera en diálisis hasta recibir un trasplante, peor impacto. Actualmente recomendamos el trasplante de donante vivo, ya que es algo que podemos programar, evitando que el paciente inicie diálisis, sobre todo en los grupos sanguíneos que tienen mayor tiempo de espera como son el O y el B.

–¿Es la diálisis domiciliaria una buena alternativa a la hospitalaria? 

–Sí, muy buena en sujetos seleccionados. Deben tener un espacio adecuado en casa, acceso a agua corriente, electricidad y un sistema de eliminación de residuos. Evita tener que ir frecuentemente al hospital y el médico responsable está perfectamente informado del proceso a través de telemedicina.

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–¿Se puede donar un riñón sin riesgo?

–No existe el riesgo cero. El donante se va a someter a un procedimiento quirúrgico y ello conlleva riesgos. En todas las unidades de trasplante realizamos estudios muy exhaustivos y somos muy rigurosos a la hora de decidir si seguir adelante o no. En alguna ocasión hemos diagnosticado patologías graves en el donante, de las cuales estaba asintomático y que él desconocía. Además, a los donantes de riñón les seguimos durante toda su vida haciéndoles revisiones de su riñón al menos una vez al año.

–¿A quién le donaría usted un riñón?

–A mis hijos, a mi marido, a mis hermanos y a algún amigo.

–Por cierto, qué siente al ser la primera persona en ocupar el sillón de nefrología en la Academia de Medicina en sus casi 300 años de historia?

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-Diría que me siento con una gran responsabilidad por acercar la nefrología a la academia y a todos los estamentos de la sociedad en general.

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